XXIV

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—Eleva más la pierna, Min Ho, no dobles el cuerpo —No dejo que mis pies se detengan mientras corre la música. Pas de deux. El encuentro entre Manon y Des Grieux es inesperado, inocente. Des Grieux queda perplejo por la belleza que emana semejante chica, huye de él, entonces no queda más que brindarle confianza. Me doy a conocer por medio de mi baile, estoy maravillado por ella—. Cuida tu aterrizaje, estás perdiendo el equilibrio —Me apoyo sobre una rodilla y la señalo con mis brazos, le quiero mostrar al mundo la rara joya que descansa sobre una silla ante mis ojos. Me paseo con timidez en la vereda, cuando llego a ella logro besar su mano. Continuo en son del ritmo de la melodía y la invito a bailar, danzamos en sincronía, con lentitud, dándonos nuestro tiempo para perdernos en los ojos del otro. Me toca levantarla— Desde aquí puedo ver tus brazos temblar, Lee —canturrea Choi. Camino por la pista sujetando a Yang Min con los brazos estirados, me concentro en mis miembros aguanten el peso, la pieza cobra desespero al igual que mis latidos—. ¿Estás seguro de que sabes la coreografía? —Yang Min resbala de mi hombro, un movimiento en falso y pudo haber chocado con el suelo. Lanza un chillido cuando cae y por mera inercia logro atraparla.

—Oye, ten cuidado.

—Lo siento —trato de decir.

La música se detiene y puedo ver a Choi restregándose una mano en la frente.

—Terminaremos por ahora, muchachos —avisa y se gira tomando sus cosas abandonando la sala.

Una ola de profunda tristeza me golpea, siendo inmediatamente reemplazada por frustración. Yang Min se para frente mío con el celular en mano y su bolso al hombro.

—Me quedaría más tiempo a ensayar para empezar con el número en la alcoba mañana, pero mi papá y novio ya están esperándome afuera. Si estás verdaderamente comprometido harás algo al respecto —Me señala con su teléfono y se marcha de la sala.

Sí, no necesito que me lo repitan dos veces.

Me quedo solo en la habitación y me pongo de cuclillas. Mi espalda me está matando. Si tuviese la misma elasticidad de antes las cosas serían más fáciles, mis músculos serían más fuertes, mi agilidad impecable, mi aguante retardado. Claro, si no me hubiese arrollado un maldito autobús.

No es tiempo para lamentarse, Lee, con suerte estás vivo. Ponte a ensayar.

Estiro cada una de mis extremidades una vez más preparando la pieza en mi teléfono. Doy inicio a la escena, mi encuentro con Manon después de que su libro cayera de sus manos, la chica huye de mí, la pista se queda sola. Alzo mi pierna en un fouttee ignorando el estirón que da mi músculo, me paro sobre mis puntas y giro, me concentro en los gestos de las manos y el rostro por el espejo. Le estoy bailando a la chica más hermosa del pueblo, debo de hacerle saber que puedo entregarle mi corazón.

Suelto un jadeo servido de un sobresalto cuando giro y hallo a Ji Sung ocupando el asiento de Yang Min. Ni siquiera lo escuché entrando. Me observa fijamente y no sé cómo reaccionar.

—¿Por qué te detienes? Sigue. Pretende que no estoy aquí —apela con un movimiento de mano. Decido ignorarlo y repaso desde el inicio sin reproducir la música. Llevo el conteo en mi cabeza. Uno, y dos, y tres. Foutte—. Deberías cuidar tus manos cuando das la vuelta —escucho a mis espaldas, me giro encontrándome con Han apartando la mirada y cruzándose de brazos fingiendo demencia. De nuevo lo ignoro, pero no paso por alto su consejo. Giro una vez más cuidando la posición de mis manos desde el espejo y continúo con el número—. Estás doblando la pierna cuando la alzas...

—¿Quieres callarte? —suelto con brusquedad volteando hacia él.

—Lo siento, sólo quería ayudar —Me ayudas mucho si te quedas callado. Con un suspiro me dirijo hasta la mesa donde dejé mi celular y bufo de frustración al notar que la pista fue cerrada. Tengo que buscarla otra vez—. ¿Puedo preguntarte algo? —vuelvo a escucharlo, no se ha movido de su asiento.

—¿Mm? —Doy una corta mirada a su dirección.

—¿Es verdad que te acuestas con la instructora para no obtener los papeles principales?

Algo muy personal a pesar de que se trate de una suposición.

—Yo no me acuesto con nadie para obtener los papeles, me los gano —respondo tratando de no sonar a la defensiva—. Son sólo rumores.

—Ah, está bien —es todo lo que dice. Vuelvo a murmurar en afirmación—. Me gustó que me enfrentaras el otro día, me pareció sexy.

Casi siento la saliva agolpándose en mi garganta, pero lo dejo pasar.

—Mhm —Vuelvo a asentir. Finalmente encuentro la pieza y dejo suspendido el índice—. ¿Tienes algo con Hyun Jin? —me atrevo a preguntar. Él agita el pie antes de responder.

—Fue cosa de un día —dice.

—Hmm —repito el mismo murmullo y finalmente aprieto el botón de reproducir.

Dejo pasar la parte en que Manon y Des Grieux chocan y me pongo en posición iniciando la parte siguiente. Me centro en mi reflejo moviéndose a través del espejo y hago caso omiso de él viéndome directamente en lugar de verme por el espejo, repaso la coreografía una vez más, continuando aun si me atraso o adelanto.

Ji Sung está sentado en la silla de Manon, cada uno de mis movimientos son dirigidos a su dirección incluso sin la intención de hacerlo. En mi reverencia le señalo con los brazos, no le quito la mirada cuando me encamino hacia él, noto que Ji Sung está sentado de piernas cruzadas tal como su personaje lo estaría, apoyando las puntas sobre el suelo. En una de esas extiende la mano, me dirijo a él y la tomo colocando mis labios en su dorso sin besarle. Es la primera vez que lo toco.

Me alejo dando seguimiento al número, me convenzo de que mi ritmo desenfrenado se debe a la manera frenética en que me muevo. Tomando una vez más el papel, soy quien debe invitarlo a bailar, vuelvo a tomarlo de la mano logrando que se levante y él me sigue, accediendo. Conoce la pieza. Le doy un giro y él se mueve sobre sus puntas, lo guío, el flexiona y contrae el cuerpo sin olvidarse de los gestos de sus manos y expresiones faciales, está en el papel. No somos Lee Min Ho y Han Ji Sung, son Des Grieux y Manon. Lo dejo ir de mis brazos para que nuevamente caiga en ellos, mis sueños se materializan al tener este tipo de contacto con él, lo tengo en mis manos, siento su cuerpo tan delgado. Me toca levantarlo y me percato de que es increíblemente liviano, da pasos en el aire, ida y vuelta, lo levanto todavía más, lo paseo por la pista mientras que él extiende sus brazos cual pájaro en vuelo. Es tan hermoso. Temo perder el equilibrio así que lo bajo, lo sostengo de la cintura y él extiende su pierna hacia atrás, nuestros pechos están unidos.

Han, tantas veces había deseado con tenerte así. Lo tengo a centímetros de mi rostro, su aliento choca contra mi cara. La música ya no llega a mis oídos. Deseo besarlo, lo deseo como tantas veces lo he hecho. Se coloca correctamente de pie, tiene sus manos en mi pecho, las desliza lentamente por mi torso, gira la muñeca en cuanto llega a la pretina de mis mallas y continua bajando camino a mi entrepierna. Antes que pueda hacer cualquier cosa alejo sus manos y pego la vuelta para irme de ahí.

ManonWhere stories live. Discover now