XLV

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Llevo a Ji Sung conmigo en metro hacia orillas de la ciudad donde se halla la tienda de conveniencia donde trabajo y entra conmigo al local. Al entrar veo a Chan riéndole al teléfono que no separa de su oreja. Han está tomado de mi mano, pero me suelta al distraerse.

—¿Listo, Min Ho? —Se dirije a mí cuando llego al mostrador.

—Sí. Chris, uh... Traje a alguien conmigo, ¿hay problema si se queda por hoy?

—¿Amigo tuyo?

—Soy su novio —Ji Sung responde abrazándome por la espalda. No se cansará de repetirlo hasta que se quede bien dentro en la cabeza de cualquiera que se le atraviese.

—Es mi novio —concuerdo palmeando sus manos en mi estómago.

—¿Novio? No tenía idea de que fueras gay, como sea, no es asunto mío. Por mí no hay problema, puede ayudarte a vigilar, porque créeme, ni siquiera yo le entiendo a esa cosa —dice señalando al espejo redondo que cuelga del techo. Ji Sung se para enfrente de él alejándose y acercándose tratando de hallarle sentido—. Tomé una botella de licor de las vitrinas, lo descuentas del inventario, terminas de acomodar las cajetillas de cigarros, lo que se halle en la bodega y... creo que es todo. Oh, y ponte el uniforme, yo sé que es horrendo, pero ya contrataré a un mejor diseñador, lo prometo. Bang Christopher, fue un placer—dice tomando sus cosas y antes de retirarse tiende la mano a Ji Sung.

—Han Ji Sung, digo lo mismo —Regresa el gesto con una reverencia.

—Me retiro. No se distraigan mucho, ¿sí? Oh, mi botella —Pega media vuelta llevándose la botella en una bolsa de plástico—. No se diviertan demasiado, chicos.

Se despide una última vez dejando la tienda sola a excepción de nosotros. Han se gira a mí.

—Es agradable.

—Y parlanchín —añado en lugar de mandón.

—Tienes todo un paraíso aquí, eh —exclama viendo a sus alrededores con los ojos brillantes cual niño en dulcería—. ¿Tienes helado? Quiero comer helado.

Y entonces se va en dirección a las neveras. Mientras tanto atiendo un cliente que hizo aparición apenas unos minutos atrás y Han vuelve al mostrador más pronto de lo que esperaba.

—¿Encontraste algo?

—No hay del que me gusta —lamenta sujetando en sus manos una barra Hershey's.

—Disfrute su compra —digo al cliente finalizando de imprimir su recibo y empacar sus cosas en una bolsa de plástico recibiendo luego un agradecimiento.

—¿A todos les dices eso?

—Sí, ¿por qué? —cuestiono botando a la basura las envolturas de plástico de los cigarrillos en el suelo.

—No, no hagas eso. ¿Te imaginas que llegue una chica a comprar tampones y le digas “disfrute su compra”? —decía tratando de imitar mi voz de forma exagerada— Gracias, guapo, creo que haré muy buen uso de él.

Me es inevitable no soltar una carcajada por sólo imaginarme el hecho, Ji Sung ríe conmigo y me detengo cuando ya siento caliente el rostro.

—Buen punto —digo entre risas.

—Como sea, voy a llevar esto —Coloca la barra de chocolate en el mostrador—. ¿Necesitas cambio?

—Déjalo, corre por mi cuenta —afirmo escaneando el código del empaque.

—¿En serio no quieres que pague?

—Está bien, te lo prometo —Le devuelvo su dulce al chico que me ve con la mirada descolocada y digo por último—. Disfrute su compra.

Ahora es él quien se retuerce a carcajadas y no puedo más que embelesarme con el sonido de su risa.

—Idiota —dice cuando su risa está aplacada —. Oh, también quiero llevar uno de esos —Señala las paletas Chupa Chups, estoy por imprimir otra nota en la caja registradora, pero él saca un puñado de cambio dejándolo sobre la mesa—. Déjame pagarlo, tengo muchas monedas y quiero deshacerme de ellas.

Ruedo los ojos. Es tan lindo.

—Disculpe, ¿cigarrillos Malboro?

—Claro.

Me acuclillo tras el mostrador buscando el pedido de la nueva clienta rebuscando entre el desorden de cajetillas que dejó Chan, son unos segundos los que me toman encontrar su pedido y levantarme.

—Sabe que, así déjelo.

Pero antes de que pudiera hacerlo la mujer ya se había marchado. Extrañado veo su espalda escabullirse fuera de la tienda y me giro a Ji Sung, éste termina de juntar sus monedas y se encoge de hombros con la paleta en la boca.

ManonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora