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Beso los labios de Ji Sung y me despido de él en la parada del autobús. Ese día no me acompañará a casa debido a que tiene un asunto que atender por su cuenta, me ofrezco a acompañarlo, pero él insiste en que regrese a casa. Así que, como no tengo mucho que hacer me decido por pasar por la despensa de la siguiente semana y dejarla en casa antes de irme al trabajo, noto que mi mamá llegó temprano así que la saludo y dejo las bolsas con despensa en la cocina.

—Hola, hijo —me sale, pero no percibo la misma energía que radía siempre.

—¿Sucede algo? —le pregunto guardando las compras en la nevera y las gavetas de la cocina.

—Sí. ¿Podrías explicarme que es esto? —Sobre la isla de la cocina tiende un diminuto cuadro de papel arrugado, frunzo el ceño descifrando qué es hasta que reconozco la impresión desgastada de una cara feliz plasmada en él.

—¿De dónde lo sacaste?

—Lo encontré en tu habitación, debajo de tu cama.

¿Cómo...? ¿Cómo llegó ahí?

¿Ji Sung lo escupió?

—Salimos de fiesta el otro día.

—Sí, me di cuenta —Claro, siempre se da cuenta—. Min Ho, tienes veintitrés años, yo sé que ya no eres un niño y que tú vida ya no me incumbe, ¿pero esto? ¿Te has estado drogando?

Termino de guardar la última lata, me es tan difícil encararla.

—Fue sólo una vez.

—¿Una de cuántas más?

—¿Papá lo sabe?

—No, pero se va a enterar.

—¡Mamá!

—No creas que soy tonta, Min Ho, estas cosas son peligrosas. ¿Cuánto tiempo te llevará hasta que te vuelvas un adicto? Con una sola probada...

—Estoy bien, mírame.

—Min Ho, si tienes algo, lo que sea, sólo dime.

—¿Por qué asumes que pasa algo?

—Porque tú no eres así, tuviste miembros difíciles, pero supiste superarlos. ¿Qué es lo que te está haciendo tanto daño que tienes que acudir a las drogas?

—No es nada.

—¿Tuviste problemas con ese muchacho?

—Las cosas están bien con Ji Sung.

—¿Entonces fue él quien te indujo a esto? —Me giro a verla. Pone todas sus sospechas en él— Min Ho, no dejes que ese chico te haga mal.

—Tú no lo conoces.

—¿Y tú sí?

—Mejor que tú, al menos.

—Min Ho, hablo en serio. Tuvieron relaciones desde el primer día que empezaron a salir, te hizo consumir drogas, gastas en él como si fueras el dueño del mundo. ¿Qué es lo que sigue? Que la policía toque a mi puerta diciendo que te encontraron robando a alguien.

—¡Él no es de ese tipo!

—¿Cómo sabes que no se está aprovechando de ti?

—Él me ama.

—Deja de ser un necio, Min Ho. ¿A dónde vas? —Cansado de escucharle decir cualquier otra palabra me marcho a mi habitación, empiezo a sacar ropa de mis gavetas y la empalmo toda en mi bolso de entrenamiento— ¿Qué estás haciendo?

—Me voy.

—Ajá, ¿y adónde irás?

—Lejos.

—Irás con ese chico —Inhala, exhala. No respondas—. Bien, vete. Vete. No vuelvas aquí cuando te deje porque se te acabó el dinero o se aburra de ti —Le cierro la puerta.

Él no es así.

ManonWhere stories live. Discover now