Capítulo 63

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Harry y Lavell estaban esperando un taxi mientras hablaban tranquilamente, a su alrededor habían chicas caminando y otros jóvenes los cuales también parecían irse tranquilos a sus hogares, cuando Jammelah se puso ante ellos.

—¡malditos homosexuales! ¿Creen que se pueden burlar de mí? ¡Ahora pónganse de rodillas y pídanme disculpas! —gritó la chica más que nerviosa.

—¡oh no, aquí vamos de nuevo! —dijo Lavell por lo bajo, luego se dirigió a ella—. Por Dios Jammelah ¿es enserio, denuevo todo esto? Acéptalo.


—¡no aceptaré más sus burlas, los odio y hoy acabaré con ustedes! —gritó sacando su arma, las manos de la chica temblaban sobremanera. 


La cara de Harry denotaba horror absoluto, sus ojos se abrieron en una expresión de terror.

—espera Jammelah, podemos hablarlo... —dijo el chico blanco tratando de calmarla, pero la joven parecía fuera de sí.

La gente de alrededor comenzó a correr despavorida gritando del susto.

—¡no te atrevas a hablarme maldita basura blanca, me quitaste a mi hombre, arrodíllate y pídeme perdón perro estúpido! —vociferó nerviosa apuntándolo con el arma.

—¡Jammelah por Dios, por favor baja esa arma, podemos resolverlo...! —le rogó Lavell.

—¡Jesús! Jammelah ¿te has vuelto loca? Deja eso... —gritó Al desesperado.

—¡Al cierra tu maldita boca y no te metas en esto! —gritó ella más que molesta—. ¡Ahora vamos! ¿Qué esperas madito perro blanco? Arrodíllate ante mí, no eres más que un sucio roba novios.

Harry y Lavell se miraron más que preocupados.


—¡espera Jammelah, no hay que llegar a estos extremos, por favor dame el arma y yo volveré contigo! —le mintió el ojiverde en un intento por zafar de aquella desesperante situación.

Ella rio a carcajadas.

—¿de verdad crees que yo me creo algo así? Maldito negro homosexual, te haz burlado de mí perro imbécil, te odio, los odio a los dos, pero tú, basura blanca, las pagarás primero! —gritó decidida a todo o nada.

Ya algunas personas habían llamado a la policía y se oía desde lejos unas sirenas policiales. Al se abalanza contra ella al igual que Lavell, la chica forcejeó con ambos pero logró hacer dos disparos hacia Harry. Uno de ellos le pegó en el abdomen del chico. Al le propinó un golpe en la cara a Jammelah e hizo que ella cayera al suelo. Harry cayó al suelo, al instante Lavell sin poder evitar llorar con todas sus fuerzas, lo sostuvo entre sus brazos.

—¡por favor Harry, no me dejes...! —luego gritó desesperado—. ¡Ayuda por favor, que alguien llame a una ambulancia!

Las personas alrededor gritaban de horror y huían.

Mientras tanto, Al forcejeaba con Jammelah, la despiadada chica había intentado escapar luego de lastimar a Harry, pero Al la detuvo aún cuando ella intentaba zafar pegándole.

La policía se hizo presente, y Al la entregó, contándoles lo sucedido. Ella fue esposada y trasladada al Departamento de Policía, mientras gritaba de rabia.

—¡mi amor, por favor no me dejes, Harry bebé mi amor responde...! —le decía mientras la vida de Harry se apagaba poco a poco, el chico solo balbuceó dos palabras antes de cerrar sus ojos...

"Mamá... Papá... "

La ambulancia llegó y Harry fue arrebatado de los brazos de Lavell, fue puesto en una camilla y atendido rápidamente, el moreno no pudo ir junto a él dentro de la ambulancia, por esto lloró amargamente si poder creer lo que había pasado.

La ambulancia partió hacia el hospital con sus sirenas a todo volumen, algunas personas aún corrían asustadas, todo había pasado tan rápido, pero Lavell lo que más quería era que su novio se salvara.

Se puso en cuclillas y comenzó a llorar de dolor, Al no hizo otra cosa que abrazarlo, pero el ojiverde preso de la bronca no lo permitió, luego de forcejear bastante, Al que también lloraba, logró abrazarlo.

Ambos se abrazaron fuerte.

—¡escucha Lavell, todo saldrá bien, ya verás, Jammelah pagará todo lo que te hizo! ¿Entiendes? —le decía tomándolo del rostro con ambas manos.

—¡mi novio, quiero estar con él, necesito estar con Harry...! —sollozaba desesperado.

Tomaron un taxi hacia el hospital, allí, nerviosos esperaron las noticias sobre la salud de Harry. Lavell temía lo peor, no paraba de llorar mientras esperaba junto a su amigo en un frío y blanco pasillo de hospital.

Disco Studio (LGBT)Where stories live. Discover now