Capítulo 57

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Harry no tenía ni idea de lo que le esperaba al regreso a su hogar.

Debido a que la vez pasada, llegó muy tarde a su casa, esta vez no se quedaría con Lavell, sino que luego de la discoteca, debía ir a casa.

A las seis en punto, todos salieron de la disco, Lavell lo acompañó hasta unas cuadras cerca de su casa y lo despidió con muchos besos y caricias.

Harry llegaba animado hasta que vió que en la entrada de su casa, estaba esparcida su ropa, arrugado el entrecejo, el chico observó todo confundido, temió lo peor, como que sus padres habían sufrido un asalto o algo así. Tomó sus ropas y se dispuso a entrar rápidamente, en el living de su casa vió a su madre sentada abrazada junto a su padre, la mujer comenzó a llorar denuevo al verlo.

—¡mamá! ¿Qué ocurre?

La mujer se puso de pie y le propinó una gran cachetada al joven.

—¡maldito homosexual, ya nos enteramos de todo, has deshonrado a tu familia! —gritó como loca.

—Mamá ¿de qué hablas? —decía el chico tomándose su mejilla la cual comenzó a arder.

—¡encontré todas esas malditas cartas en tu habitación, nos haz mentido todo este tiempo, eres un enfermo!

—no puedo creer, ¿revisaste mis cosas? Y no mamá no soy enfermo, siempre he sido yo mismo, puedo explicarlo...

—¡no tienes nada que explicar! ¿o acaso quieres contarnos como te revuelcas con hombres? Me das tanto asco...

Al escuchar esto, el chico comenzó a llorar cabizbajo.

—muchachito, claramente estás enfermo, deberás ir a un psicólogo —profirió el padre al tiempo que abrazaba a su madre que lloraba sin parar.

—¡no, no iré a ningún psicólogo, no estoy enfermo, ustedes están locos!

La mujer impulsada por el odio, atacó a su hijo tirándole de los cabellos, luego lo empujó, provocando que el joven cayera al suelo.

—¿todavía tienes el descaro de llamarnos locos? —gritaba desesperada—. ¡Te irás ya mismo de esta casa, no tendré un hijo homosexual, para mí ya estás muerto! 

Harry se cubrió la cara con ambas manos y lloró desconsoladamente, esas palabras lo hirieron demasiado.

—¡Liz, por Dios cálmate, debemos apoyarlo, él está enfermo! —le decía el padre, pero la mujer parecía cada vez más nerviosa y dispuesta a echar a su hijo a la calle.

—¿Qué ocurre contigo Harold, no ves la gravedad de esto? Él nos mintió en la cara, seguramente todas esas asquerosas marcas en su cuello fueron hechas por ese maldito negro de ojos verdes...

Harry se puso de pie enseguida.

—¡te prohibo que hables así de Lavell, él es una persona como todos nosotros!

La mujer corrió hacia su habitación, en un instante volvió con un cinto en sus manos y procedió a pegarle a su hijo, uno de los golpes le dió de lleno en el medio del rostro.

Harry lloraba desesperado, el padre trató de detenerla pero la mujer parecía fuera de sí.

Le dió golpes sobre todo el cuerpo, a lo que el chico se cubrió la cabeza y se puso en el suelo en posición fetal.

—¡ya basta Liz detente! —le gritaba su marido.

—¡no me detendré, es una deshonra para la familia! ¿No lo entiendes? Hasta tú mismo lo viste besarse con ese negro ¿por qué no se lo cuentas?

—¿Qué, eso es cierto? —preguntó Harry, con su rostro marcado por los golpes.

—así es hijo, te he visto en la discoteca besándote con ese chico. 

—¿tú me espiaste?

—tuve que hacerlo, sabíamos que algo nos estabas escondiendo.

—¡tengo 23 años por amor a Dios, no puedo contarles todo lo que hago! 

—¡vete ya mismo maldito gay, admítelo Harry Casey, eres un asqueroso gay! 

—¡pues sí! —gritó poniéndose de pie—. ¡Soy gay, soy un maldito gay y no estoy enfermo, solo quiero amar a mi novio libremente, eso es todo!

La mujer explotó de furia al escuchar a su hijo admitir que era gay. Comenzó a pegarle denuevo con el cinto, pero Toby apareció y la atacó picoteando su mano. La mujer soltó el cinto enseguida.

El ave voló directo a su dueño, posándose en el hombro del chico.

El Sr Casey quedó atónito, no podía creer que Toby había defendido a Harry.

El chico tomó las cartas y se dirigió a su habitación, se encerró bajo llave, mientras en el pasillo la mujer golpeaba la puerta y gritaba toda clase de insultos hacia su hijo.

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