Capítulo 78

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Dos días después.

Lavell volvía a su trabajo luego de almorzar con Harry, el Sr. Casey y James. Al llegar a su oficina recordó a Tanika, llamó a la chica para saber cómo estaba y de paso contarle lo que había hecho su horrenda hermana pero al conversar con ella se enteró de algo verdaderamente esperanzador, Jammelah estaba con ella. Lavell le contó todo y le rogó que llamara a la policía.

Tanika explicó que Jammelah hacía semanas que vivía junto a ella y su madre, que la veía muy cambiada, ahora actuaba más tranquila, era claro que quería ocultar el intento de asesinato.

Tanika no sabía que hacer, sabía que debía entregar a su hermana a la policía, pero le era difícil, ella había creído que de verdad su hermana mayor había cambiado. Una vez que cortó la llamada con Lavell la chica se sentía confundida, solo le advirtió al ojiverde que cualquier cosa ella lo volvería a llamar al hotel para mantenerlo al tanto.

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La semana había transcurrido con normalidad, solo seguían las constantes discusiones de Harry y Lavell sobre el destino de su relación, que al parecer estaba destinada a la ruptura, el ojiverde no dejaría ni su trabajo, ni sus proyectos y estaba claro que el chico blanco tampoco.

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Sábado por la noche...

Era una noche muy especial, ya que sería la última vez que todos irían a Disco Studio, al menos en un largo tiempo. El próximo martes ya viajarían a San Francisco, así que acordaron pasarla lo mejor que pudieran.

A pesar de estar algo peleados, Harry y Lavell fueron juntos a la discoteca, se amaban de eso no había dudas, pero ambos estaban entre la espada y la pared, solo tenían dos opciones, dejar sus sueños de lado y seguir con su relación o cumplir sus sueños y estar separados.

Todos juntos llegaron a Disco Studio animados y dispuestos a pasarla genial.

Marcus miraba todo con nostalgia, extrañaría horrores ese lugar soñado.

Comenzaron a beber tragos, Harry ya se sentía muy mareado, pero quería lucirse por última vez sobre la pista que el tanto amaba y que desde sus 18 años había recorrido de punta a punta con sus extravagantes bailes.

Eran las 3 de la madrugada cuando Harry pidió a sus amigos que se ubicaran junto a la pista, fue hacia el DJ y le pidió que hiciera sonar una canción, con la cual haría su gran y último baile.

El DJ le dió el "OK" Y el chico se apresuró a volver al centro de la pista.

Las luces se apagaron, todos se hicieron a un lado de la pista, solo una luz blanca iluminaba a Harry, ya no sentía vergüenza de hacer frente a todos lo que más amaba.

Sus prendas brillaban sobremanera y Lavell se sentía dentro de un sueño, al ver su amado listo para bailar.




Comenzó a sonar la canción de Donna Summer "Last Dance".

La música sonaba lenta al principio, el chico comenzó a mover su cintura lentamente mientras sus manos recorrían su cuerpo. Desde lejos Harry observaba a Lavell, sus brazos se abrieron hacia él. Hasta que la música comenzó a sonar más bailable, todas las luces de colores se encendieron de repente y el chico comenzó a hacer extravagantes bailes que la gente admiraba estupefacta. Aquellos pasos demostraban todo lo aprendido aquellos años, eran perfectos y sincronizados, no hubo rincón de la pista en que no haya pasado dejando estelas de brillo y sensualidad.

En medio del baile, Lavell no puedo evitar salir a su encuentro y juntos bailaron hasta que todo el lugar se rendía a sus pies.

Era como si bailaran ellos dos solos, allí juntos entre las estrellas, como si sus cuerpos se hubieran unido y fundido en uno solo.

Harry abrió su camisa fuertemente, los brillantes botones volaron por el aire y el chico, en un acto de pura euforia se quitó su camisa, provocando que todo el mundo gritara aún más.

Sin camisa siguió bailando como si nada importara y lógicamente eso pasaba, ya nada importaba, era momento de brillar más y más...

El momento triunfal llegó luego de que Lavell después de varias vueltas, lo elevó por los aires para luego, acabar perfectamente con un Harry abriendo sus hermosas piernas hacia el suelo, y terminar con sus miradas hacia la gran esfera de espejos.

Todo el mundo gritó de emoción, Farrah no paraba de llorar, aquel último baile había sido majestuoso y sin igual.

Los novios se abrazaron en medio de la pista y no pudieron evitar llorar también, la emoción era mucha.

—Quiero bailar contigo hasta que el mundo se acabe —le dijo Harry al oído.

Lavell lo miró a los ojos y tomando su rostro con ambas manos, le dijo una vez más.

—¡Ya te lo dije Harry, que el mundo se destruya a nuestros pies, aun así seguiremos bailando!

Se besaron y nada más importó.

Nada más...

Todas las personas aplaudían eufóricas. El DJ estaba inmóvil, nunca había visto bailar a dos personas con tanta pasión. Luego, saliendo del trance que le provocó ver semejante coreografía, tomó el micrófono y no hizo otra cosa que felicitarlos.

Tony tenía su lugar privilegiado en su local, un primer piso sobre la pista donde, desde ahí él podía observar todo el lugar, él también se emocionó hasta las lágrimas y se sintió orgulloso de haber vivido ese momento tan particular.

Luego de que pasará la emoción, las personas volvieron a la pista listas para seguir bailando, incluso intentando imitar los pasos de baile que habían visto.

Harry se abrazó con sus amigos, y todos se unieron en un gran y emotivo abrazo grupal.

—¡Fueron perfectos, no tengo palabras para describir lo que ví! —decía Farrah secando sus lágrimas.

Ahora sólo faltaba pasar el resto de las horas en aquel lugar, y seguir divirtiéndose lo más que pudieran.

Disco Studio (LGBT)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora