Disco Studio (LGBT)

Capítulo 51

Harry y Lavell entraban riendo a la habitación, sentían que la habían pasado genial.

El ojiverde apenas cerró la puerta con llave atacó a Harry a besos, ambos estaban ebrios y mareados, pero aún concientes de lo que hacían.

—oh bebé, quiero hacerte el amor —decía el moreno entre besos.

Apoyó a Harry contra la pared, juntaban sus entrepiernas con desespero.

—Lavell, hazme tuyo mi amor —susurró Harry con su voz temblorosa.

Lavell se quitó rápidamente su pantalón, su camisa  y  ropa interior, luego volvió a besar desenfrenadamente a su novio, incluso mordiendo sus labios, se puso de rodillas e intentó con tirones, desabrochar el cinturón de Harry, el cual estaba muy ajustado, el chico blanco sonrió al ver la desesperación de su novio por quitarle el pantalón; una vez que pudo hacerlo no dudó en introducir la gran erección en su boca.

Lavell cerró sus ojos mientras succionaba desesperado el pene de su novio, Harry con expresión de placer en su rostro, observaba al moreno más que excitado, sintió cierta vergüenza, pero no había tiempo de apagar la luz, él también tenía muchas ganas.

Harry gritó al sentir que su novio introdujo sus testículos dentro de su boca, los succionaba desesperado como si fuera la última vez, jamás había sentido esa sensación y le encantó tanto que temblaba dando suspiros.

Luego de unos deliciosos minutos en los que Harry sentía que tocaba el cielo con las manos, el moreno subió hasta el cuello de su novio y le dió besos tan profundos que le quedaron marcas.

Lavell aun tenía a su novio contra la pared y procedió a alzarlo, de manera que las piernas de Harry rodearon su cintura, tomó con ambas manos los glúteos del chico, de forma suave comenzó a moverse lentamente y comenzó a penetrarlo.

Se miraron a los ojos por un segundo, pero Harry sintió vergüenza.

—Lavell, me duele... —susurró el chico blanco.

—no te preocupes bebé, lo haré con cuidado —profirió Lavell, al tiempo que movía su cintura muy suavemente como si estuviera bailando una canción lenta.

¡Oh sí, ambos se movían tan bien en el sexo como en la pista de baile!

Harry sintió como estaba siendo penetrado, fue un poco molesto al principio, pero luego de unos minutos, sentía escalofríos como nunca antes, era la primera vez que estaba recibiendo, lo sintió tan rico y mucho más porque se lo estaba haciendo el hombre de sus sueños.

—mírame, mira a tu hombre como te hace el amor Harry —susurraba Lavell mirándolo a los ojos, pero el chico sentía vergüenza a pesar de que le encantaba—. Mírame a los ojos bebé, te amo ¿entiendes? Te amo con toda mi alma...

Harry por fin se animó a mirar con expresión de placer a su novio, ambos estaban transpirados mientras lo hacían contra la pared.

—también te amo Lavell, no pares... —susurraba el chico tomando a su novio por los hombros.

La erección de Harry era muy notoria.

—masturbate para mí, yo sé que quieres hacerlo, hazlo para mí Harry —profirió el moreno más que excitado, sin dejar de penetrarlo una y otra vez.

El chico se masturbó frenéticamente, ambos gritaban de placer absoluto, luego de un largo instante, Harry eyaculó sobre el abdomen del moreno, este no pudo soportarlo más y llegó al orgasmo dentro de su novio, Harry sintió como su ser interior se llenó del semen de su amado, esa sensación le encantó demasiado.

Ambos se dejaron caer en el suelo transpirados, se abrazaron fuerte.

Las piernas de ambos temblaban como hojas, ellos rieron.

—mi amor, mira como me tiemblan las piernas, pero me ha encantado ¿y a ti? —preguntó Lavell riendo.

—fue lo mejor, me encantó también.

—¿que tal si nos bañamos juntos?

—si mi amor, buena idea —profirió Harry agitado.

Ambos se bañaron juntos y apenas tocaron la cama, se durmieron abrazados.

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Jammelah en su departamento, se encontraba desnuda frente al gran espejo de su cuarto, tras ella, Al estaba dormido profundamente sobre la cama.

Ella extrajo de un cajón un arma, la acarició.

Se miraba en el espejo mientras pasaba el arma por su mentón suavemente sintiendo las caricias metálicas del arma de fuego.

—jamás se volverán a burlar de mí, lo juro —susurró mirando a sus propios ojos a través del espejo.