💿Nueva York 1976 💿
Esta es una historia de amor que trascurre alrededor de Disco Studio, una discoteca muy especial, un lugar único y soñado, donde cada fin de semana, miles de jóvenes se encuentran para bailar y pasarla genial.
Un Sábado por la...
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Pasó como media hora más en la disco.
Comenzó a sonar la canción de Bee Gees "you should be dancing", Harry y Lavell se pusieron a bailar, se destacaban tanto en la pista, que les hicieron una ronda.
La gente aplaudía a su alrededor, mientras ellos improvisaban una maravillosa coreografía.
Jammelah desde las sombras, los obserbaba con mucho odio, luego fumando comenzó a observar a su alrededor, notó que había un grupo de cuatro hombres, los cuales bebían y miraban a los bailarines de forma molesta, era como si les molestara la presencia de los novios en la pista.
La chica achinó sus ojos y se acercó a ellos.
—que molestos son ¿verdad? No puedo creer que dejen entrar a estos idiotas aquí —les dijo Jammelah.
—y los dejarán entrar siempre, ellos han ganado el concurso, ahora tendrán vía libre —le dijo uno de ellos mientras bebía.
—¿qué tal si les damos su merecido a la salida de Disco Studio? Que sepan que no se apropiarán de nuestro lugar —les propuso la chica.
—me encantaría, los homosexuales y los latinos están apareciendo por todas partes, hay que darles un escarmiento —dijo otro de ellos.
—les propongo algo, ustedes les dan una buena paliza, a cambio les puedo dar algo —dijo ella con su maldad a flor de piel.
—¿algo como qué muñeca? —le preguntó.
—drogas, solo pídanme lo que quieren y yo se los daré luego de la golpiza.
Los cuatro se miraron y sonrieron.
Aceptaron el trato, ella rio con tanta maldad que era impresionante.
Los matones siguieron de cerca a los amantes.
Cuando a las 5:36 am decidieron partir de allí, los cuatro sujetos fueron hacia ellos.
La vereda de Disco Studio estaba llena de gente que salía de ahí.
Los novios caminaron junto a sus amigos, animados se disponían a irse, Lavell orgulloso tomaba a su novio de la mano.
Los cuatro sujetos los atacaron por sorpresa, Marcus y Davon los defendieron, cada uno peleó con un matón, había un tumulto y gritos por doquier...
—¡no los queremos aquí malditos homosexuales! —les gritó uno de los sujetos.
La pelea seguía y Lavell se defendió como pudo, derribando a uno de los jóvenes.
Por su parte, Harry con sus zapatos de plataforma alta, se defendió muy bien lanzando patadas.
De repente apareció la policía y todos se dispersaron, Harry y sus amigos corrieron escapando de allí, la novia de Marcus lloraba asustada, su novio trató de calmarla.
—Harry, bebé ¿estás bien? —le preguntó Lavell tocando su rostro.
—si mi amor, estoy bien...
—ya intuyo quien fue la causante de todo esto —dijo Davon agitado mientras abrazaba a Farrah.
—¿crees que Jammelah tuvo algo que ver? —profirió Lavell, secando la sangre que le caía de su boca.
—no lo sé...
—¡demonios, esto nunca me pasó, vengo a Disco Studio hace años, desde los 18 y nunca pasó nada como esto, es obvio que esa perra tuvo algo que ver, la odio! —exclamó Harry con bronca, luego no puedo evitar llorar en los brazos de su novio.
—¡esto es horrible! No puede ser... —decía llorando la novia de Marcus.
Todos volvían cabizbajos. Tomaron taxis para llegar más seguros a sus destinos, Harry y Lavell, fueron al hotel donde se quedarían juntos hasta un poco más del mediodía.
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Era mediodía, los novios se encontraban desnudos y abrazados sobre la cama. Recién habían despertado.
Ambos tenían marcas de la pelea en sus rostros.
—demonios, ya debo volver a mi casa, no quiero separarme de ti Lavell... —decía con su voz ronca.
—¿no puedes ir un poco más tarde? —le preguntó mientras lo acariciaba.
—creo que unas horas más no le harán daño a nadie —rio Harry.
Cuando fueron las dos de la tarde, el chico desidió ir a su casa, su novio lo acompañó hasta la esquina y se despidieron sin besarse para no levantar sospechas.
Al ingresar a su casa, su madre estaba en el living junto a una amiga, bebiendo un té.
El chico saludo a ambas mujeres y se dirigió a su habitación.
