💿Nueva York 1976 💿
Esta es una historia de amor que trascurre alrededor de Disco Studio, una discoteca muy especial, un lugar único y soñado, donde cada fin de semana, miles de jóvenes se encuentran para bailar y pasarla genial.
Un Sábado por la...
Al llegó a disco studio con la intención de tener un acercamiento con Lavell, pero eso estaba por verse.
Mientras tanto Harry estaba junto a sus amigos en la barra, cerca a ellos había una pareja de cubanos, ella parecía muy interesada en Harry, ya que lo observaba demasiado y Lavell se percató de ello.
La chica de tez trigueña, no dejaba de mirarlo, de repente comenzó a sonar la canción k-Jee de MFSB. La joven decidida, saca a bailar al chico.
—¿puedo? —preguntó Harry a su novio.
—adelante —le dijo con expresión de celos.
Harry fue a la pista y comenzó a bailar con la joven, eran perfectos, bailaban genial.
—¡Hola, soy Roberto! —le dijo a Lavell el acompañante de la chica.
—hola, soy Lavell —contestó al tiempo que estrechaban las manos.
—parece que mi hermana está muy interesada en tu amigo.
—él no es mi amigo, es mi novio —le dijo sin rodeos.
Roberto lo miró sorprendido.
—oh, ¿son pareja? Perdón, no lo sabíamos, parece que ella tendrá que buscar otra pareja de baile —rio.
—no tengo problema con que bailen, solo que no intente nada más con él, soy muy celoso —decía el ojiverde sonriendo, aunque en el fondo moría de celos.
—no te preocupes, en cuanto terminen de bailar, se lo diré.
Eran las 00:15 y el Sr Casey salió de su vehículo, no podía evitar seguir con la mirada a unas chicas muy guapas que pasaban a su lado.
El hombre encendió un cigarrillo y se dispuso a entrar en la discoteca.
Una vez que ingresó comenzó a buscar con la mirada a su hijo, hacía muchos años que el hombre no iba a una discoteca y estar ahí era como un mundo nuevo para él.
Se adentró aún más entre la gente, hasta que vió a su hijo bailar con la joven cubana, supuso que era su novia y eso lo puso orgulloso.
Pudo ver el talento de su hijo en el baile, veía como reía junto a la chica mientras bailaban.
Cuando terminaron de bailar, los jóvenes se acercaron hacia los demás, conversaron simpáticamente.
El Sr Casey se sentía más que orgulloso de su hijo, pero ese orgullo se desmoronó al observar a su hijo abrazarse con Lavell, luego el ojiverde tomó el rostro de Harry con ambas manos y lo besó desenfrenadamente, en un intento por auyentar a aquella intrusa.
Instantes después, los jóvenes cubanos se despidieron de ellos y siguieron su camino.
El estómago del hombre se contrajo al ver a su hijo abrazar y acariciar al moreno, al tiempo que no dejaba de besarlo y hablarle al oído.
El Sr Casey sintió que todo su mundo se caía a pedazos, algo mareado dió la media vuelta y volvió a su vehículo estupefacto, era como si hubiera recibido un balde de agua helada. Todo le daba vueltas, comenzó a preguntarse si era conveniente contarle a su esposa lo que había visto, sabía que ella se pondría muy mal.
Instantes después de salir de su asombro, arrancó el vehículo y emprendió el camino a su hogar.
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