Capítulo 2

92 21 32
                                    


Los progenitores seguían desayunando.

—Espero que Harry no ponga música tan temprano —dijo la Sra. Casey.

—Ya sabes como es, no le importa el horario —comenzó a sonar a todo volumen el tema de Andy Gibb, titulado "shadow dancer"—. ¿Lo ves? Te lo dije —rio el hombre.

En la habitación, cuyas paredes estaban repletas de posters en su mayoría de Andy Gibb y de Bee gees, el joven elegía su elegante atuendo mientras bailaba y cantaba la canción. Eligió un Oxford color marrón claro y una camisa de seda blanca.

Tomó el secador de pelo y un cepillo, mientas se miraba al espejo y movía su cintura al ritmo de la canción. Comenzó a secar su lacio y suave cabello. La música se oía de verdad fuerte. Se escucharon tres golpes en la puerta, era su padre.

—¡Harry por amor a Dios, baja el volumen de la música y apresúrate!

—¡Es solo ésta canción y nos iremos! —exclamó sin dejar de bailar.

—¿Quieres la queja de los vecinos? Ya baja el volumen —lo regañó su padre.

El joven expresó en su rostro cierto fastidio, y bajó solo un poco el volumen, realmente no había diferencia, la música seguía alta. El hombre meneó su cabeza y fue por su chaqueta. Harry se vistió y colocó en sus pies unos hermosos zapatos de taco medio alto. Obviamente zapatos masculinos, los cuales eran muy usados en esa época. Se observó al espejo por última vez, acomodó su cinturón, se colocó algunos dijes sobre su cuello, dejando su camisa abierta de manera que su pecho podía verse. Un poco de perfume, (en realidad bastante) y se apresuró a salir. Besó a su madre en la frente y caminó fuera de la casa. Su padre ya lo estaba esperando arriba de su camioneta. Harry entró y miró de un lado a otro.

—¡Oh no, olvidé el cassette! —dijo preocupado.

—Hijo ya lo dejé aquí la noche anterior, ya sé que no puedes estar sin escuchar tu música —colocó un cassette en el estéreo del vehículo.

—¡Oh papá eres el mejor, gracias! —lo besó en la mejilla.

—Bueno, colócate el cinturón de seguridad.

El chico hizo caso.

El hombre encendió un cigarrillo y arrancó la camioneta. La Sra. Casey los saludó desde la entrada de la casa. Ambos le devolvieron el saludo y partieron de allí, rumbo al centro de la ciudad. El día era sumamente hermoso, una brisa rozaba el rostro jovial de Harry, haciendo mecer sus cabellos. El sol radiante de primavera brillaba como nunca, sería un largo día para Harry, era viernes y le tocaba ensayar sus pasos de baile en Disco Studio luego del trabajo. El estéreo comenzó a reproducir la canción "Good Times" De Chic. El chico no pudo evitar cantar y moverse en su asiento.

—¿Estás seguro que no debemos pasar a buscar a James? —le preguntó su padre.

—No papá, anoche hablé con él por teléfono, dijo que nos esperaría en el local.

—¿Irá a pie? Bueno nuestro local no está tan lejos, pero tiene catorce años me da un poco de miedo que vaya solo.

—¡Papá no te preocupes! Él ya es grande, quizás debía hacer algo antes de llegar al negocio.

Pasaron por un puesto de diarios, el vendedor los saludó, ya que los conocía desde hacía muchos años, y les entregó el diario matutino.

—¿Tienes algo de Andy? —preguntó Harry con entusiasmo.

—¡Oh sí, hoy llegó una revista donde trae un póster!

—¡La quiero! —exclamó sin pensarlo dos veces.

El vendedor le entregó la revista y luego de pagar, siguieron su camino. El chico comenzó a ojear la revista, sus ojos brillaron al ver la nota de su ídolo. Su padre meneó la cabeza una vez más. En su cabeza rondaba la misma frase de todos los días:  «¿Qué voy a hacer con este chico?».

Disco Studio (LGBT)Where stories live. Discover now