Capítulo 41

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Bajaron del vehículo, no sin antes pagar el taxi.

Caminaron tambaleándose, subieron unas escaleras y llegaron a una habitación.

Se detuvieron frente a la puerta.

Se miraron algo cansados.

—Harry, antes de entrar, por favor perdóname confía en mí, yo no estuve con ella

—¿por qué pides perdón entonces?

—por todo esto, ella es mi ex, y por eso tuviste que pasar un momento horrible, pero juro que no me acosté con ella

Harry agachó su mirada.

—no te preocupes, sé lo que es... No le creí

Lavell observó a Harry de abajo hacia arriba de forma amorosa.

—¡oh no, mira como estamos, todos sucios! —le dijo sonriendo.

—dímelo a mí, estoy todo lleno de lodo por todas partes —rio también Harry.

Ambos tenían sus ropas sucias, lo peor era que el atuendo de Harry se había arruinado por completo, tenía su camisa rota y sucia, al igual que su pantalón acampanado.

Lavell extrajo la llave de su pantalón y abrió la puerta.

Harry ingresó pidiendo permiso, como todo un educado.

—si quieres puedes darte una ducha, te prestaré ropa —decía al tiempo que cerraba la puerta con llave.

Harry, todo desaliñado enciende un cigarrillo y se apoya en la pared.

—creo que si, tendremos que ducharnos, mira mi pobre ropa blanca,  ya no sirve más, espero que no sea molestia...

—ni lo menciones Harry, siéntete como en tu casa, o mejor dicho, como en tu habitación, porque eso es lo que es esto —rio Lavell—. Siéntate, ¿quieres algo de beber?

—agua por favor, si es fría mejor —dijo sentándose en la cama de dos plazas.

El ojiverde, abrió una pequeña nevera y sirvió agua en un vaso.

—gracias ¿es tuya la nevera? —preguntó y luego bebió agua con desesperación.

—no, no es mía ya estaba aquí, pero debo cuidarla, si la rompo la tendré que pagar

Harry tomó como tres vasos con agua, Lavell tomó un pequeño pantalón corto, una toalla y la colocó sobre la cama.

—aquí tienes, cuando quieras puedes ducharte y luego lo haré yo

—gracias, eres tan amable —dijo tomando la toalla, el pantalón y fue directo al baño.

Lavell se dedicó a esconder muy bien las fotografías que tenía de Harry, no quería que se enterase de nada.

Instantes después, el chico blanco sale del baño, solo tenía puesto el pantalón corto y la toalla colgando de su hombro derecho. Se veía sumamente sexi.

Lavell no puedo evitar mirarlo por algunos segundos.

—puedes acostarte si quieres —le dijo atónito.

—gracias, eso haré...

El ojiverde ingresó al baño, se duchó rápidamente y salió. Tomó algodón y antisépticos.

—Harry, permíteme curarte la herida que tienes en el pecho, es un rasguño un poco profundo —profirió Lavell sentándose a su lado.

El chico se mantuvo callado, no podía dejar de mirar a Lavell con su cabello mojado, y solo una toalla atada a su cintura, se veía tan jodidamente sexy y hermoso, que al pobre chico no le salió palabra alguna.

—¿eso arderá?

—no Harry, no lo hará, siempre lo uso y no siento nada es solo para desinfectar la herida —decía al tiempo que colocaba el algodón mojado sobre la herida.

Se mantuvieron en silencio por unos instantes.

Harry no paraba de mirarlo.

—¿pasa algo? —preguntó el ojiverde.

—nada es solo que... Amo tu cabello, es hermoso, bueno... eres totalmente hermoso Lavell, perdón no sé porque lo digo... —se sonrojó.

—oh, Harry gracias también eres hermoso, creo que ya te lo he dicho...

Era el momento, era la oportunidad para confesarle a Harry todo lo que sentía, Lavell agachó su mirada.

Disco Studio (LGBT)Where stories live. Discover now