Capítulo 25

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La chica reía, estaba emocionada.

Llegó a la cochera y tocó la puerta.

—¡adelante! —dijo Lavell desde adentro.

Ella ingresó sonriendo, pero al instante, su sonrisa se borró para darle paso a una expresión de espanto.

—¡oh, por Dios Lavell! ¿Qué te ha ocurrido?

—no es nada, no te preocupes —le dijo mientras curaba una herida en su pierna derecha, uno de sus hombros parecía tener rasguños.

—¡demonios! ¿Fue Jammelah denuevo?

—así es, ni siquiera sé por que se enojó, está cada vez más loca

—¿quieres que vayamos al hospital?

—no, no hace falta. ¡Pasa! ¿Cómo te fue?

La chica se sentó a su lado.

—bueno, fue más fácil de lo que yo pensé, pero ese chico Harry, es demasiado tímido, tuve que insistirle mucho para que aceptara tomarse fotos.

Lavell rio dulcemente.

—es que él es así, al principio es muy tímido, ¿Pudiste tomarle fotos? ¿Cuantas?

—perdón, solo fueron cuatro, dos junto a sus amigos y dos él solo. La primera que le tomé fue por sorpresa, creo que en ella no saldrá sonriente, pero en las demás sí.

—genial, no importa. Solo quería fotos de él. ¡Oh, Tanika muchas gracias! 

—de nada, pero eso no es todo hay algo más, adivina que me pidió Harry...

Lavell la observó arrugando el entrecejo.

—¿él te pidió algo?

—así es, me pidió fotos tuyas, verás yo le comente que él era uno de los mejores bailarines de allí, lo negó y me dijo tú eras el mejor y que te tomara fotografías a ti.

Lavell quedó inmóvil.

—¿qué? —dijo casi sin poder hablar.

La chica sonrió.

—es en serio, además mencionó que tienes unos ojos preciosos, que seguramente saldrán fotos tuyas muy bonitas. ¡Ay, por favor Lavell, ya cuéntame que hay entre ustedes! Se suponía que ya no debía volver más, pero le prometí que el viernes le llevaría tus fotografías.

—¡¿qué...?! ¡Lo siento, no me tomaré fotos!

—ah, no Lavell, esta fue tu idea, él confió en mí, tendré que tomarte al menos dos fotos. No me hagas quedar mal, él y sus amigos fueron muy amables.

El ojiverde se sonrojó.

—¿cómo saldrán bien mis fotos si en mi rostro tengo algunos moretones?

—bueno, al parecer a él no le importó, pero eso tiene solución, yo tengo mucho maquillaje.

Lavell suspiró, sonriendo.

—está bien, lo haremos mañana por la mañana

—¡genial! Y con respecto a Jammelah, creo que ya es hora de que la dejes, iré a hablar con ella, no puede ser que te haga esto

—no, por favor, no le digas nada. Escucha, hoy recibí dinero trabajando con Al, con eso me iré a un hotel, viviré allí hasta cuando se me acabe el dinero.

La chica lo abrazó.

—Lavell, sabes que Jammelah alguna vez debe tener su merecido. Tiene una maldad incontrolable. Te dejaré la cámara fotográfica aquí, cuídala y mañana haremos todo lo demás.

—ok, gracias, eres una muy buena amiga.

—tú también, ¡te quiero! —le dijo ella dándole un beso en la mejilla, y luego partió de allí.

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Al día siguiente:

Eran las diez de la mañana, el sol estaba radiante. Lavell y Tanika estaban en una plaza de la ciudad.

La chica estaba a punto de tomarle una fotografía al chico.

—Lavell, ¿podrías abrirte más la camisa?

El chico lo hizo y se veía sumamente sexy.

De forma natural, él se apoyó en un árbol y colocó ambos dedos pulgares dentro del bolsillo de su pantalón Oxford.

Ella se acercó a él aún más.

—¿podrías mirar un poco hacia arriba? Solo un poco, así se notarán mejor tus ojos.

El chico sonrió y ella tomó una foto sin avisar.

Luego él levantó un poco su mirada, sus ojos color esmeralda destacaban sobremanera.

Ella tomó la foto.

<<¡Dios, que hermoso es! >> 

Pensó. 

Ella sin dejarlo de observar, le preguntó:

—¿ustedes se gustan, verdad?

Lavell no sabía que contestar.

—solo es un sentimiento de admiración mutuo.

—si claro, no soy tonta. ¡Vamos, confía en mí, yo no le diré a nadie!

El ojiverde agachó su mirada.

—bueno, si me lo preguntas a mí, pues...

—¿pues...?

—sí, él me gusta mucho. Pero por favor, no se lo digas a Jammelah, ya sabes como se pondría

—¿entonces eres homosexual? ¿O qué? ¿Jammelah nunca te gustó?

—si, cuando la conocí ella me fascinó, pero cuando la conocí más, comencé a no sentir nada más por ella

—entonces ¿estás confundido?

—no Tanika, no estoy confundido. Verás, nunca lo he querido decir, pero siempre me sentí atraído tanto por hombres como por mujeres

La chica pensó por unos instantes.

—o sea que te gustan los hombres y las mujeres, mmm interesante —le sonrió.

Una vez que terminaron su cesión de fotos, se apresuraron a revelarlas.

Al día siguiente, la chica debía cumplir con su promesa de llevarlas a Disco Studio.

Disco Studio (LGBT)Where stories live. Discover now