Disco Studio (LGBT)

Capítulo 14

Harry llegó a su casa y se sentía volando en una nube.

Su madre notó que su aliento era a alcohol.

—¿Harry de donde has venido? ¿Tuviste una cita con una chica? —le preguntó su madre. 

—mamá, solo tomé unas copas con mis amigos ¿por qué relacionas todo con chicas?

—debiste estar aquí hace dos horas, ¿vas a cenar?

—no mamá, gracias —dijo el joven llendo a su habitación, luego de cerrar la puerta se lanzó a la cama y sonrió como un tonto, suspiró pensando en Lavell.

Su mascota se posó en su cama dándole la bienvenida.

—hola bebé, ¿quién es mi hijo bonito? —le dijo Harry. 

—¿quién es mi hijo bonito? —repitió el ave. 

El chico suspiró una vez más.

Esa noche se durmió pensando en su cita.

.・゜-: ✧ :-　　-: ✧ :-゜・．

—¿dónde demonios estabas metido maldito infelíz? —le gritaba Jammelah en su departamento. 

—¡oye, solo fui a recorrer la ciudad un poco luego de entregarle el paquete a Al!

Ella violentamente lo empuja sobre la cama.

—¡maldito negro idiota, podrías haber avisado, pensé que los había llevado la policía, tendrás tu merecido! —gritaba tomando uno de sus cinturones y comenzó a pegarle, él solo atinó a cubrirse la cabeza, el cinto tenía una gran hebilla de metal la cual ella tomó y comenzó a pegarle especialmente en el rostro y el pobre chico se cubría como podía.

Le pegó hasta el cansancio y luego lanzó el cinturón con algo de sangre al suelo.

Al entró y vió la escena, se abalanzó a Jammelah y la empujó. 

—¿mujer que haz hecho? ¿Ya estas drogada denuevo? —le gritó Al. 

La chica tenía sus ojos achinados, y claramente había consumido estupefacientes.

Lavell, con dificultad se puso de pie, sentía su rostro golpeado.

—¿estás bien? ¿Vamos al hospital? —le preguntó Al preocupado. 

—¡ni se les ocurra o juro que los mato! —gritó la chica. 

—no te preocupes, estoy bien, me iré —dijo Lavell con su voz quebrada.

—espera, toma —dijo pasándole mil dólares—. Esto es por lo de hoy, ¿seguro que no quieres ir al hospital?

—no no, estoy bien —al instante salió del edificio. No pudo evitar llorar, se sentía un cobarde por no defenderse, pero no estaba en el levantarle las manos a una mujer.

Encendió un cigarrillo y caminó hacia la cochera.

Caminaba despacio, todo su cuerpo le dolía, al llegar a su habitación, se miró el rostro con un pequeño espejo, estaba hinchado. Lavó su cara con cuidado, cuando se quitó su camisa, pudo ver que tenía moretones en sus brazos , abdomen y espalda.

Con dificultad se recostó, siguió derramando lágrimas de bronca, encendió otro cigarrillo y no pudo evitar pensar en Harry, en su hermoso rostro y su simpática sonrisa. Suspiró y sintió que de ninguna manera estaba arrepentido por haber llegado tarde, para él la cita con Harry había validó la pena cada maldito segundo.

Se durmió pensando en el chico blanco, y desidió que no podría ir a verlo ensayar, hasta que su rostro no estuviera bien.