Capítulo 33

44 14 5
                                    




Tanika lloraba en los brazos de Lavell.

—no puedo creer que Jammelah te haga hecho eso, te hechó sin importar nada, eres su hermana... —le decía el ojiverde molesto.

—así es, además se atrevió a levantarme la mano, no quiere entender que la vida que lleva no es buena 

—quédate en mi habitación de hotel por un tiempo, no tengo problema en compartir el espacio contigo

—oh, no Lavell no te preocupes, debo volver a Chicago, con mi madre, lamento no poder hacerla entrar en razón 

—al menos lo intentaste, ¿estás segura que no quieres quedarte? Yo también lamento mucho todo esto 

—gracias Lavell pero es hora de que vuelva con mi madre, igualmente te dejaré el número telefónico y la dirección de la casa de mi madre, así estaremos en contacto

La chica tenía a su lado un bolso con sus pertenencias.

—si por supuesto, estaremos en contacto. ¿Quieres que te acompañe al aeropuerto?

—oh, que amable eres Lavell, claro me encantaría, eso si es que puedes —decía Tanika secando sus lágrimas.

—claro que puedo, iremos juntos, no te dejaré sola

Era viernes por la tarde y Lavell ya había partido de su trabajo, no dudó en acompañar a la adolescente al aeropuerto.

Una vez allí la chica sacó un pasaje, esperaron por dos horas el turno para abordar el avión.

Cuando fue hora de que partiera hacia su hogar, la chica lloró una vez más, Lavell tampoco pudo evitar llorar.

—le hablaré a mi madre de tí, podrás visitarnos cuando quieras, cuenta con nosotros para lo que sea, no somos como Jammelah —decía entre lágrimas.

—muchas gracias Tanika, nunca olvidaré lo buena que fuiste conmigo y lo que hiciste por mí, que tengas buen viaje, estaremos en contacto

La chica tomó al ojiverde de los hombros y lo miró a los ojos.

—Lavell, nunca vuelvas con Jammelah, si de verdad amas a ese chico Harry, lucha por él ¿entiendes? He visto como se miran, y siento que ese chico está muy interesado en tí

—gracias Tanika, así lo haré, te quiero  gracias por todo —le dijo abrazándola con emoción.

Se separaron, y la chica tristemente abordó el avión.

Lavell No podía creer la maldad que tenía Jammelah asique, aunque ya hacía una semana que no la veía, desidió ir a hablar con ella y reclamarle el por qué de su odio hacia su hermana.

♛┈⛧┈┈•༶༶•┈┈⛧┈♛

Al llegar al Departamento de Jammelah, el chico ingresó sin avisar.

—Jammelah ¿dónde estás? —la llamaba pero no obtuvo respuesta.

Luego abrió la puerta de la habitación y lo que vió lo dejó perplejo, no podía creer lo que tenía ante sus ojos.

Jammelah estaba sobre Al, manteniendo relaciones sexuales.

—¿que mierda es esto? —dijo Lavell casi sin poder hablar.

Los dos se separaron enseguida. La chica se colocó una bata transparente y fue hacia su ex novio.

—¿y tú que mierda haces aquí? —le gritó Jammelah. 

—¿que qué hago? Vine a reclamarte el porque has hechado a tu hermana a la calle y ya veo el porque —le gritó él también.

Al se colocó solo ropa interior y corrió hacia Lavell con sus dos manos juntas pidiendo perdón.

—¡Lavell, no fue mi intención, por favor hermano perdóname! —le rogaba Al. 

—¿qué acaso ustedes no eran primos? —hubo un click en la mente de Lavell—. Un momento ¿ustedes nunca fueron primos verdad? Solo me utilizaron para sus sucios negocios de drogas, no puedo creer lo tonto que fuí

—¡no hermano, no es tan así, déjame explicarte...! —le rogaba Al muy arrepentido.

—muy bien, ¿quieres saberlo? No somos primos —le gritó Jammelah—. ¿Y quieres saber más? Él me coje mucho mejor que tú, maldito homosexual

—¡por Dios, que asco me das Jammelah, eres una maldita cerda! —le gritó Lavell, no pudo permanecer más allí y se fué.

Al lo siguió.

—¡hermano , por favor, es mentira lo que ella dice, solo fue hoy, yo solo me dejé llevar...!

Lavell se volteó y le propinó un golpe en la cara a Al.

—¡no te acerques a mí, no quiero volver a verlos jamás! —le gritó y continuó su camino.

Ante esto, Al no se defendió. Se quedó en el pasillo del edificio llorando arrepentido, y es que él de verdad estimaba mucho a Lavell.

El ojiverde salió del edificio conmocionado, no podía creer lo tonto que fue. Encendió un cigarrillo y se fue al hotel.

En medio de toda esa conmoción, no dejó de pensar en Harry, y pensó que ya era hora de confesarle su amor al chico blanco, lo haría el sábado en Disco Studio.

Disco Studio (LGBT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora