Capítulo 12

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Comenzaba un nuevo día de rutina en la familia Casey. Era lunes y además de trabajar junto a su padre, a Harry le tocaba practicar sus pasos de baile, por algún motivo se sentía ansioso, pensaba que quizás Lavell se haría presente en el ensayo, pero eso estaba por verse.

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Esa tarde:

Lavell se encontraba en el departamento de su novia, discutiendo la entrega de un paquete.

—¡Ya te he dicho que tienes que entregarle el pedido a Al a las 18:30! Debe ser a esa hora sí o sí.

—¿por qué en ese horario, no puede ser más temprano? —protestó Lavell.

Jammelah enfurecida le lanza un vaso, que por suerte no lastima al chico.

—maldito infelíz ¿no puedes hacer algo sin protestar? —le gritó. 

Lavell bajó su mirada. Lamentaba que aquel día quizás no podría ver a Harry, no veía la hora de poder entablar una conversación con él, de forma tranquila. Pero ese horario que le impuso Jammelah, se lo complicaba todo.

El joven debía llevar un paquete a Al, solo eso.

Lo que le parecía muy extraño era que Jammelah le advirtió que evitara cruzarse con la policía, si llegaba a ver una patrulla, debía tomar otro camino.

A Lavell no le quedó otra que obedecer, o si no su novia le pegaría y lo dejaría en la calle, era una advertencia que siempre le recordaba su novia si él no hacia lo que le pedía.

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Eran como las 18:10 h y Lavell partió con una pequeña bolsa que llevaba dentro de su chaqueta. No era tonto, sabía que seguramente era estupefacientes lo que había allí.

Algo nervioso se apresuró para llegar a horario al lugar acordado. Quería que todo pase rápido, no veía la hora de ir a Disco Studio y ver a Harry, pero todo se complicó aún más cuando ya eran las 18:30 h y Al no había llegado.

Encendió un cigarrillo y miraba a ambos lados, recién a las 18:47 h apareció un automóvil, Al salió del vehículo y con suma cautela, Lavell le pasa la pequeña bolsa.

—genial amigo, nos veremos más tarde —dijo Al despidiéndose rápidamente, montó denuevo el auto y se marchó junto a dos hombres más.

El joven de ojos verdes caminó lo más rápido que pudo hacia Disco Studio, rogaba a Dios llegar a tiempo. Llegó a las 19:10 hs. Se aproximó al mostrador y le preguntó a Tony si un tal Harry Casey, estaba en alguno de los salones. El hombre lo dirigió hacia el número doce, el que casi siempre ocupaba a esa hora.

Lavell nervioso caminó hacia allí, la puerta corrediza estaba cerrada, no se oía nada de música, dudó si abrir la puerta o no, pero cuando oyó que comenzó la canción de Yvonne Elliman "if I can't have you", se dió cuenta que quizás había alguien. Lentamente corrió la puerta y se asomó, vió a Harry bailando solo, el joven se veía sumamente sexy con su Oxford color celeste y su remera ajustada marrón clara. Se lo notaba un tanto cansado pero seguía bailando.

Lavell ingresó y lo primero que hizo fue unise a su baile, Harry le sonrió y ocurrió lo mismo que en la discoteca, bailaron juntos sintiendo una gran química. Entrelazaban sus brazos y daban giros perfectos.

La canción terminó y ambos sonrieron un tanto cansados. 

—Lavell ¿cómo has estado? —preguntó agitado.

—muy bien ¿y tú?

—perfecto, de verdad no comprendo como lo haces, sabes cada paso que daré, eres genial ¿cómo lo haces?

—gracias, pero solo te he estado observando, eso es todo.

—¿me has observado? ¿Cuándo? —decía vergonzoso. 

—bien, el viernes pasado vine aquí con mi novia y recorrí los pasillos, me detuve a verte a ti y a tus amigos, bailan fenomenal.

—¡oh, eras tú el que nos veía! Ahora entiendo, ¿has venido con tu novia? ¿No se enojará conmigo denuevo verdad?

—no, ella no está aquí hoy, vine solo. Tengo que pedirte disculpas, ella es muy odiosa. Cree que puede tratar mal a las personas, nunca es amable.

—no te disculpes, suele pasar —le dijo Harry simpático.

Hubo un silencio incómodo, los dos se miraron y rieron como tontos.

Harry se sonrojo sobremanera.

—perdón, no sé qué más decir  —dijo el chico con suma vergüenza.

—bueno, ¿que tal si te enseño los pasos que me pediste?

—¡oh, sí, eso! Me han encantado, creo que tenemos quince minutos.

El joven de ojos verdes procedió a enseñarle los complejos pasos y Harry como podía lo seguía, reían cuando el chico blanco casi cae al dar un giro. Los pasos implicaban entrelazar las piernas y eso se le dificultaba a Harry.

Los quince minutos pasaron volando.

—¿tienes algo que hacer ahora, te gustaría tomar un café? —lo invitó Lavell. 

—¿un café? Si sería bárbaro

—¿al coñac?

Harry rio. 

—sería bárbaro también. Perdona, debo cambiarme, estoy transpirado. Me daré una ducha rápida y saldremos ¿tienes problemas con eso?

—no para nada, solo haz lo que tengas que hacer —dijo Lavell despreocupado.

El chico tomó su pequeño bolso y juntos se dirigieron al baño del lugar, Harry ocupó una de las pequeñas duchas, y cerró la cortina.

Lavell lo esperó, encendió un cigarrillo y le hubiera encantado poder espiar como se bañaba Harry pero pensó que eso sería algo atrevido de su parte, aunque ganas no le faltaban.

Una vez que el chico ya se había vestido, partieron de allí, en su mente Lavell no dejaba de pensar en lo sexy que se veía Harry.

Disco Studio (LGBT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora