Disco Studio (LGBT)

Capítulo 56

Lavell en el baño de la disco, estaba haciendo sus necesidades cuando un hombre se coloca a su lado.

—¿qué tal amigo? —lo saludó Al.

—bien ¿y tú? ¿Te ha enviado Jammelah?

—no, para nada, es más ella hoy no ha venido. 

—¿entonces que quieres? —preguntó el ojiverde subiendo el cierre de su pantalón.

—amigo, escucha, ya sé que no eres gay, se que estás con ese chico por interés y no te culpo. 

—¿disculpa? ¿Qué demonios dices? No tienes idea. 

—oh, vamos Lavell, no soy idiota, quiero que sepas que aún puedes contar conmigo en lo que necesites, incluso si le quieres dar un golpe al chico te ayudaré, pero no puedes caer tan bajo y hacerte pasar por homosexual, eres mi amigo, te conozco, tú no eres así. 

—¿dar un golpe? Creo que te estás confundiendo, Harry es mi novio y si te refieres a que si le quiero robar, lo lamento por tí, pero lo mío con él es sincero. 

—¡vamos hermano, admítelo!

—Al es mejor que te alejes de mí, no estoy jugando con los sentimientos de Harry, lo amo, sé que debe ser chocante para tí, pero es mi verdad. 

—bien, pero piénsalo, cualquier cosa avísame, no dudaré en ayudarte. 

—adiós Al, que tengas suerte —dijo el chico alejándose.

Al rodó sus ojos, sabía que no daría resultado.

Lavell fue hacia su novio el cual estaba bebiendo.

—Harry, no quiero pelear, pero que sea la última vez que bailas con alguien más. 

El joven encendió un cigarrillo.

—mi amor ¿estás celoso? Solo fue un baile, además te pedi permiso. 

—no estoy celoso, pero la próxima vez no me preguntes, ya sabes que debes decir que no, ya pasé suficiente el jueves pasado cuando tocaste con tu banda, miles de mujeres se acercaron a tí. 

—Lavell, mi amor, no seas así, sabes que te amo, por favor no empieces. 

Los jóvenes se abrazaron y besaron enamorados. Al los veía desde lejos.

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El Sr Casey volvía a su casa y se sentía estar en otro mundo, cuando ingresó, vio a su esposa llorando desconsoladamente en el living de la casa.

—¿Liz, que te ocurre? —le dijo el hombre preocupado.

—¡mira todo eso, Harry es homosexual, no puedo creerlo! —dijo señalando miles de cartas sobre la pequeña mesa del living.

El hombre observó todo, habían fotos de Lavell y sobre el reverso frases de amor escritas por su hijo.

Además leyó algunas cartas que al parecer eran escritas por Lavell.

—¿cómo obtuviste esto?

—revisé su habitación, estaban debajo de su colchón, Harold, juro que lo echaré de aquí no tendré un hijo gay, seremos la vergüenza de todo el barrio.

—Liz, quizás esto es una confusión. 

—¿confusión? ¡Por favor! 

—nuestro hijo está enfermo, debemos ayudarlo, lo llevaremos a un psicólogo y se curará, es todo debemos apoyarlo. 

—estoy segura que Davon tuvo algo que ver, seguramente lo convenció, no quiero ni pensar en que quizás hayan tenido algo entre los dos, me da asco de solo pensarlo. 

—¿Harry y Davon? No lo creo, por favor cálmate. 

—no me calmaré ¿no entiendes la gravedad de todo? Ahora entiendo porque venía golpeado, por favor dime que averiguaste en la discoteca ¿lo has visto con su novia?

—querida, este chico —tomó la foto de Lavell y se la enseñó—. Este chico al parecer sale con nuestro hijo, los ví en la discoteca... Besándose. 

La mujer rompió en un ahogado llanto, sentía que había perdido a su hijo.

—¡lo sabía, sabía que ese negro tenía algo que ver, ví con mis propios ojos como lo miraba de forma lujuriosa a Harry, lo ví y yo como una idiota no lo eché, ese estúpido negro corrompió a Harry! —gritaba desesperada.

—¡Querida, por Dios cálmate! —le dijo tomándola de los hombros. Luego se abrazaron fuerte, mientras lágrimas caían de sus ojos.

—no lo haré, le daré su merecido cuando vuelva, se burló de nosotros, nos mintió ¿eso te parece correcto? Seguramente lo sabían hasta sus amigos, todos se burlaron de nosotros, te juro Harold, no viviré bajo el mismo techo con un homosexual. 

—es nuestro hijo Liz, no digas eso. 

—¡lo quiero fuera de esta casa! —gritó la mujer más que nerviosa.

Corrió hacia el cuarto del chico. Toby salió volando hacia la cocina, el ave se había asustado con los gritos de la mujer.

Desesperada, sacó toda la ropa del chico y la comenzó a arrojar a la calle, su marido trató de detenerla, pero la mujer estaba histérica sobremanera.