Disco Studio (LGBT)

Capítulo 31

Era Miércoles y Harry se encontraba en el living de su casa limpiando la repisa con miles de fotos que su madre había puesto.

La mañana estaba soleada y su madre, que no se encontraba ya que se había ido a realizar algunos trámites, le había encargado a su hijo la limpieza del hogar.

El joven había llevado su tocadiscos al living y colocó un simple.

Sonaba la canción de America "horse with no name", limpiaba sin dejar de cantar y bailar, mientras Toby estaba posado sobre un sillón.

Ese día no había ido al negocio, no quiso dejar solo a Toby en la casa.

De repente suena el teléfono.

Harry corre pensando que tal vez lo llamaba Lavell.

—ah, hola papá —dijo desilusionado—. ¿Qué ocurre?

—Harry, es urgente, debes venir al negocio, hay muchos clientes James y yo no podemos con tantos, todos al parecer buscan atuendos para la fiesta de Disco Studio y ya no podemos más

—papá, no puedo dejar a Toby solo en casa, ya sabes como se pone si está solo, romperá cosas

—entonces ven con él, afuera ya hay una fila de hombres esperando su turno, ¡Hijo por favor! 

El chico suspiró resignado.

—bien, espérame, iré enseguida con Toby. ¡No puedo creerlo!

—gracias hijo, por favor apresurate

Ambos colgaron el teléfono y Harry se apresuró a alistarse.

Posó al ave en su hombro derecho y salió de su casa no sin antes cerrar la puerta con llave, no había preocupación ya que su madre  tenía una copia. 

Caminó lo más rápido que pudo las once cuadras que lo separaban de su casa y el negocio.

Al llegar no podía creer que afuera había una fila de hombres esperando.

Ingresó y lo primero que hizo (siempre amable y con una sonrisa) fue atender a algunos clientes. Uno tras otro.

Realmente el día fue agotador, cuando ya estaban por cerrar el negocio, Harry se encontraba sobre el mostrador, anotaba algunas cosas sobre una planilla, mientras tenía a Toby sobre su hombro derecho.

Ingresa un último cliente y se coloca frente a Harry.

—hola, soy Harry ¿en que puedo ayudarlo? —dijo sin levantar su mirada de lo que estaba anotando.

—¡hola Harry, un gusto! 

El chico levantó su mirada y ante él estaba Lavell riendo.

—¡Lavell! —dijo sorprendido, al tiempo que se ronrojaba sobremanera—. ¿Cómo estás? Justo estabamos por cerrar el local

—oh, estoy bien, lo siento vine a esta hora porque pasé más temprano y ví una fila de hombres afuera, no pude esperar, tuve que volver denuevo a mi trabajo

—no hay problema Lavell

Toby de algún modo recordó haber escuchado ese nombre y repitió:

—Lavell te necesito

Harry abrió sus ojos enormemente.

—oh, que lindo, sabe mi nombre ¿de dónde lo conoce? ¿Tú se lo mensionaste? —le dijo Lavell acariciando al ave.