↳;; ❝Volkacio AUs♡

back to the start✨

(título en la multimedia, as always)

Donde toda la historia es igual, con la diferencia de que, esta vez, es Volkov el que se enamora.

Si los acontecimientos se dieran de una forma diversa, ¿podría cambiar el destino de dos amantes o acabarían corriendo la misma fortuna?

¿Está escrito el final de su historia en tinta imborrable o son ellos los que pueden redactar los capítulos?

O mejor, ¿puedo redactarlos yo? 👀😈

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Lo conoció gracias a una denuncia en la policía.

Bueno, en realidad lo conoció tras detenerlo en una fiesta ilegal, pero se fijó en él cuando vino a denunciar a unos hombres que lo habían amenazado por Twitter.

Y sólo pudo pasar tiempo con él cuando entró en el cuerpo de policía. Destacó, sobre todo, por su humor. Volkov no era una persona que soliese reír con frecuencia, por eso le sorprendió que Horacio le sacara más de una sonrisa genuina pidiéndole a Conway que hiciera flexiones o diciendo tonterías durante las oposiciones.

No entendió qué le estaba pasando cuando las cosas comenzaron a crecer. No sabía cómo interpretar lo que le estaba ocurriendo, y estaba empezando a entrar en pánico. Pero, por desgracia, la muerte de su mejor amigo apaciguó sus dudas y ocupó su mente con otros pensamientos.

Durante poco tiempo, porque el hecho de que Horacio estuviera siempre ahí a su lado, dispuesto a animarlo, no ayudaba a su situación.

Estaba claro que Horacio le había cogido cariño, pero el problema es que no era el mismo tipo de cariño. No era el mismo sentimiento. O eso pensaba Volkov, porque en realidad él no tenía ni idea sobre sentimientos o cómo manejarlos.

Supo que era amor gracias a Greco. Después del Fame or Shame, cuando dejó al chico dormir en su cama, Greco se pasó la noche bromeando sobre ellos dos. A Volkov, lo que más rabia le dio de todo, fue que tenía razón en la gran parte de cosas que decía. Y le hizo entender que lo que le pasaba era algo natural, algo normal a lo que no había que temer y que él estaría a su lado para ayudarle en lo que pudiera.

Horas más tarde, cuando volvió a su casa, seguía pensando en sus palabras. Greco le había dicho que era mejor si iba poco a poco, si esperaba a tener más signos de que él también le gustaba a Horacio, pero Volkov, en ese momento, tuvo ganas de decírselo ya.

Al abrir la puerta de su habitación, el arrebato de valentía desapareció. Lo vio ahí, durmiendo entre sus sábanas, con expresión de paz, y se mordió el labio mientras su rostro se acaloraba porque nunca había sentido eso por nadie y estaba avergonzado y tenía miedo. Suspiró y se acercó más.

Se tumbó a su lado, sin mover las sábanas para no despertarle, sin siquiera rozarlo. Se autoconvenció de que era porque dormir en el sofá le dejaba dolor de espalda, pero en realidad era porque necesitaba asegurarse de que dormía bien, de que estaba bien, de que seguía allí. Planeaba quedarse despierto, pero la calidez que desprendía el cuerpo de Horacio y su respiración tranquila se lo dificultaban.

Tiempo después no recordaba el momento en el que se durmió, pero sí el momento en el que se despertó con Horacio abrazándolo por la espalda y haciendo su pecho vibrar de emoción. Se había ganado un lugar en su corazón. Demasiado hondo, demasiado dentro como para arrancarlo antes de que creciera más. Así que creció, creció...

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Abrió y cerró la boca un par de veces, intentando justificarse, pero finalmente se quedó en silencio. Gustabo notó el rubor en el rostro de Volkov, y sonrió. Horacio, si lo notó, no hizo alusión a ello ni mostró ningún gesto en su expresión que diera a entender que sabía lo que estaba pasando.