Skinny Love [ending]✨

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Dónde Volkov y Horacio se conocen de una manera poco común.

Parte final.

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Horacio se levantó de su regazo y se dejó caer a su lado, con la vista clavada en el techo. Sus brazos se rozaban por la cercanía, y ambos pechos subían y bajaban buscando recobrar el aliento perdido.

Volkov sentía que le hormigueaban los labios, y no sabía si era por el roce con los de Horacio, con su poca barba, o si se debía a algún componente psicológico que no estaba preparado para desmenuzar. Fuera lo que fuera, no pensó mucho en ello, aunque la sensación le hizo llevarse una mano a sus propios labios y acariciarlos suavemente.

Horacio apartó la mirada del techo para mirarlo a él, con unos ojos brillantes que, creía Volkov, tan sólo se deberían a los besos. Pero después le sonrió, con un rubor ligero y el cabello despeinado, y Volkov pensó que era la persona más atractiva con la que se había besado. Que era, probablemente, la persona más atractiva que había visto nunca.

—¿Estás bien? —acabó preguntando Horacio, su sonrisa disminuyendo de tamaño al colarse algo de preocupación en su expresión facial—. No te ha... molestado esto, ni nada, ¿no?

Volkov se tomó unos segundos para responder. Pero no porque no supiera qué decir, por todo lo contrario. Porque tenía la respuesta clara, y necesitaba asimilarlo él primero antes de expresarlo en voz alta.

Pero antepuso los sentimientos de Horacio a los suyos propios -como hacía siempre con todo el mundo, y sobre todo, con Horacio- y decidió responderle antes de que el silencio le generara inseguridades.

—No, Horacio, no... no me ha molestado —confesó, haciendo que Horacio se destensara al momento.

Porque sabía que había sido precipitado abalanzarse sobre él para besarlo de esa manera, y le había dado miedo que Volkov pudiera arrepentirse o apartarlo al instante. Pero le había seguido el beso, se había dejado guiar hasta la cama, y no había puesto queja alguna a liarse sobre el colchón de Horacio. De hecho, el propio Horacio había sido el que había puesto un límite a su sesión de besos improvisada para que no escalara a nada más. No porque él no tuviera ganas, sino porque no era el momento, y parecía que Volkov se había olvidado de eso al estar enfocado en otras cosas.

Se conocían desde hacía más tiempo, pero se habían visto por primera vez en persona la tarde anterior. Y, si haberlo besado sólo había servido para liar y complicar las cosas, hacer algo más habría sido peor.

Por eso, cuando Volkov volvió a buscar sus labios, Horacio apartó la cabeza y lo esquivó. Pero, por si el ruso malinterpretaba el gesto, colocó la mano en su mejilla para acariciarle la piel con el pulgar y, ahora sí, darle un besito rápido en los labios.

—¿Estamos bien, no? —la pregunta de Horacio, aunque compuesta tan sólo por tres palabras, escondía un significado mucho más difícil de descifrar. Posiblemente no lo decía por decir, sino que se refería a su relación, a su amistad. Quería saber qué había cambiado, si es que algo lo había hecho, y cómo debía actuar al respecto.

Pero preguntarle a Volkov era lo peor que podía hacer si quería respuestas, porque el ruso estaba esperando que fuera Horacio el que se las aclarara a él. ¿Estaban bien?

Parecía que sí, pero por algún motivo ambos sentían que no.

Volkov no respondió, tan sólo llevó su mano a arropar la de Horacio y se dejó acariciar por él.

Besarlo, evidentemente, no iba a dejar las cosas como estaban, porque destapaba una clase de sentimientos que no encajaban bajo la denominación de "amigos". Pero no tenía por qué ser nada necesariamente malo. No podía saberlo todavía, e intentar controlar las cosas de esa manera era lo peor que podía hacer. Muchas veces ni siquiera hacía falta buscar las respuestas para encontrarlas.

↳;; ❝Volkacio AUs♡Where stories live. Discover now