nunca estoy✨

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Dónde las relaciones a distancia no funcionan si uno de los dos no pone de su parte.

(Triste pero con final feliz, para llorar un rato pero acabar soft y así no necesitar terapia)

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Tropezó con sus propios pies mientras intentaba subir las escaleras. Apoyó las manos en el portal para no caerse, y sacó la llave del bolsillo para abrir la puerta, pero no era capaz de meterla en la cerradura.

El alcohol en su sangre lo mareaba, y sentía todo su alrededor dar vueltas. Las lágrimas que se acumulaban en sus ojos también ayudaban a emborronarle la visión e impedirle realizar la sencilla tarea de abrir la puerta. Después de unos segundos desistió, y tiró las llaves al suelo con violencia. Se sentó en el escalón que separaba el portal de la calle, pegando las rodillas al pecho y abrazándose a sí mismo.

Lloró sin importarle hacer ruido, escondiendo el rostro entre sus rodillas, sintiendo el maquillaje corrido ensuciar su ropa. Los espasmos de los sollozos agitaban su cuerpo violentamente, y sentía un nudo en la garganta. Las lágrimas calientes se deslizaban por toda su cara, y estaba mareado. El aire nocturno era frío, y no llevaba una chaqueta. Ni siquiera tenía alguien que pudiera abrazarlo. Hacía tiempo que había dejado de tenerlo.

No supo cuánto tiempo estuvo afuera, pero acabó temblando por el frío, con los labios morados. Había dejado de llorar, pero la presión seguía anclada en su pecho. Esa noche había bebido intentando distraerse, y había acabado llorando solo en la puerta de su casa.

Se secó los ojos y levantó la cabeza, sintiendo el aire frío chocar contra su rostro enrojecido. Tenía los ojos, la nariz y los labios hinchados y calientes, y le dolía la cabeza muchísimo. Sabía que la resaca de la mañana siguiente sería terrible, y además ni siquiera había valido la pena beber esa noche.

Todavía suspiraba por culpa del llanto, pero las lágrimas ya no se deslizaban por sus mejillas. A pesar de que el mareo y el dolor de cabeza persistían, el efecto del alcohol se le había pasado lo suficiente como para conseguir abrir la puerta. Subió en el ascensor, mirando su propio reflejo en el espejo. Su maquillaje corrido, su ropa desaliñada... Se sentía tan patético que lo único que quería hacer era darse una ducha caliente, ponerse un pijama cómodo y enterrarse bajo las sábanas todo el resto del fin de semana. Ni siquiera quería seguir llorando, tan sólo quería dormir las horas necesarias para tener de nuevo la energía que había perdido.

Aunque sabía que eso no se debía tanto al cansancio físico, sino a lo exhausto que estaba mentalmente por todo lo que había estado pasando ese último mes.

Entró en su piso en silencio para no molestar a los vecinos. Dejó los zapatos en el suelo de la entrada y se dirigió a la habitación. A pesar de querer ducharse, sabía que había algo que debía hacer antes. Sacó su móvil, sintiendo otro suspiro escapar de entre sus labios.

¿Por qué tenía que ser siempre todo tan difícil con su novio? El propio Volkov le había advertido de que él era complicado, y que hacía mucho que no tenía una relación con nadie, pero a Horacio le había dado igual. Estaba tan cegado por su amor por el comisario, que había ignorado todas las advertencias.

Decidió llamarlo. Una noche más, una discusión más.

Volkov lo quería, claro que lo quería. Se lo había dicho y se lo había demostrado miles de veces, pero también quería hacer el bien, por lo que a veces se centraba más en su trabajo que en sus relaciones personales. Y antes daba igual, porque no tenía ninguna relación fuera de la comisaría. Ahora, con Horacio, era diferente.

↳;; ❝Volkacio AUs♡Where stories live. Discover now