↳;; ❝Volkacio AUs♡

let's pretend I am in love✨

Donde Horacio es parte de una mafia y debe seducir al mejor comisario de Los Santos para conseguir lo que quiere. O donde a Horacio se le va de las manos el plan y acaba seducido él.

Parte 1 de 4 ;)

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Si el plan conllevaba hacer uso del encanto natural de alguien, evidentemente iban a elegir a Horacio. Porque, ¿quién había más encantador que él? Nadie.
Su sonrisa se contagiaba tan fácilmente, y era tan persuasivo, que con un par de palabras y miradas, ya tenía a quien quisiera comiendo de su mano. Y Volkov no era una persona fácil de encandilar, pero, al fin y al cabo, el hielo se derrite si le da el sol.

Necesitaban borrar el historial de uno de sus compañeros para que no se fuera a perpetua y habían averiguado que el comisario guardaba el historial de las detenciones en un USB guardado en un cajón bajo llave en su casa. Desde que habían descubierto la presencia de un topo en el CNP, habían decidido que no era seguro guardar los papeles más importantes en comisaría, y el superintendente y el comisario Volkov guardaban cada uno una copia en sus viviendas. Eso lo había averiguado Gustabo, usando su pico de oro para que los alumnos respondieran todas sus preguntas. Y, bueno, usando un poco la fuerza física también.

El plan parecía sencillo. Bueno, en realidad parecía muy complicado, y la verdad es que lo era. Horacio debía dirigirse a comisaría para intentar pasar las oposiciones. Evidentemente no quería ser policía, pero tenía que fingir ser un inocente alumno que necesitaba la ayuda de un superior para aprobar las oposiciones. Después, irían a un código 3, que realizaría la propia mafia, y Volkov probablemente llevaría a Horacio para que practicara. La mafia debía herir a Horacio lo suficiente como para que necesitara reposo pero sin llegar a necesitar asistencia médica. Entonces, el pelirrojo debía convencer a Volkov de que lo llevara a su piso a dormir, robarle la llave mientras no mirara y conseguir el USB.

Parecía complicado de cojones, y Horacio estaba cagado.

Estaba sentado en la entrada de comisaría, mensajeandose con Gustabo para comprobar que todo el plan funcionara correctamente, cuando la voz de un agente lo sacó de sus pensamientos.

—Caballero, ¿qué necesita? —era un chico joven, y probablemente sólo fuera un alumno.

—Hola, quisiera hablar con el comisario Volkov. ¿Está disponible? —usó una de sus mejores sonrisas.

—Preguntaré por radio —se apartó del chico y toqueteó un par de botones en la radio de su hombro. No tardó más de unos minutos en volver junto a Horacio—. Ahora viene, espere aquí.

Horacio volvió a sentarse y le confirmó a Gustabo que Volkov seguía en comisaría. A los pocos minutos, Volkov se dirigió a su lugar.

—Buenas tardes, me han dicho que me busca —Horacio asintió, mientras se ponía de pie—. ¿Puedo preguntar qué quiere de mí?

—Me llamo Dan —mintió, tendiendo su mano para que Volkov se la estrchara. El ruso así lo hizo—. Me gustaría formar parte del Cuerpo Nacional de Policías.

Usó el tono más formal que pudo encontrar, y la sonrisa más sincera que pudo fingir, porque el simple hecho de formar parte del "Cuerpo Nacional de Payasos", como los llamaba Gustabo, le revolvía las tripas de los nervios. Las dificultades y los riesgos eran constantes, y era incluso más peligroso que ser parte de una mafia.

En el fondo, muy en el fondo, una parte de él siempre había querido ser policía. No se sentía tan bien como Gustabo haciendo el mal, él quería hacer el bien. Pero nunca confesaría eso, porque la mafia lo mataría. Apartó esos desoladores pensamientos y centró su atención en el comisario.