↳;; ❝Volkacio AUs♡

water✨

3-> being sleepy ✨

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Recibió un puñetazo tan fuerte en la cara que se quedó aturdido por unos segundos. Abrió los ojos y escupió la sangre que se había formado en su boca, mientras miraba con el ceño fruncido a los tres sujetos que lo tenían atado. 

Hacía tiempo que los secuestros a policías habían aumentado, por lo que Conway tenía más seguridad y protección que antes. Lo que querían los hombres que habían secuestrado a Volkov era sencillo: el ruso tenía que engañar a Conway, decirle que quería quedar con él para hablar en algún sitio a solas y secuestrarlo allí. Le habían dicho que si les ayudaba a conseguir a Conway lo soltarían a él, pero se había negado completamente. No iba a vender a ninguno de sus compañeros, prefería morir. 

—Tú eres el que lo hace difícil, comisario. —le dieron una patada en el vientre que lo dejó sin respiración. Tosió, sintiendo arcadas y apretó los dientes. 

Se sentía inútil y débil y sabía que iba a morir. 

—M-matadme ya… no os voy a ayudar. 

—Aún no. —sintió un golpe fuerte en la cabeza que lo dejó inconsciente. 

-

Se despertó por todas las voces que hablaban a la vez. No sabía donde estaba, y a penas recordaba nada. En su cabeza se formaban imágenes, pero no estaba seguro de si eran recuerdos o fragmentos de sueños, porque estaba todo mezclado. Golpes, sangre, alguien dándole agua y comida… 

Miró a su alrededor, intentando reconocer el lugar, pero estaba demasiado oscuro. Dejó que su vista se acostumbrara a la penumbra y después escudriñó la habitación. Una sala oscura, llena de polvo y cajas viejas, parecía el sótano de una casa. A su derecha había una ventana pequeña, por la que se veía el césped del jardín. Pensó que si la rompía y luego saltaba por ella podría salir a la superficie, pero descartó esa idea. Haría mucho ruido y probablemente no cupiese por la ventana, y, además, le dolía todo el cuerpo. 

Sentía su ropa mojada con una mezcla de sudor y sangre, y rozaba todas sus heridas. Si hubiese tenido la energía necesaria se habría quitado la ropa, pero sentía que si se movía un solo centímetro se iba a volver a desmayar por el dolor, y necesitaba estar consciente. 

Escuchó una puerta abrirse y se hizo el dormido. Fue un impulso, no supo por qué, pero sintió que si lo veían consciente iba a ser peor. 

Escuchó pasos de dos personas acercarse a él. 

—¿Está dormido? —preguntó alguien. Sintió una patada suave en su abdomen. 

—Pues claro, lo que le dí era bueno,  no se va a despertar en un rato —Volkov sonrió internamente—. Joder, ¿y ahora que hacemos? 

—Tenemos que deshacernos de las pruebas, negarlo todo. Agárralo por las piernas —sintió como unas manos lo sujetaban por debajo de las rodillas y otras por debajo de los hombros. Después, dejó de sentir el suelo bajo él. 

Intentó no gruñir ni hacer ningún gesto de dolor, a pesar de que las manos que lo sujetaban lo hacían sin cuidado y con demasiada fuerza, y tenía el cuerpo lleno de heridas. Sintió como subían unas escaleras y lo sacaban al exterior. Reprimió un escalofrío al sentir el aire frío contra su cuerpo. 

—Oye, ¿qué coño hacéis? —escuchó una tercera voz. 

—¿Pero tu eres tonto? ¡Deshacernos de las pruebas! ¿O acaso quieres que Conway lo vea? —¿Conway sabía donde estaba? ¿Iban a venir a por él? No quería morir, si se daban prisa quizá lo encontraban.