↳;; ❝Volkacio AUs♡

sadderdaze [𝑒𝑛𝑑𝑖𝑛𝑔]✨

La parte final de este AU :(:

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Después de la pequeña conversación que tuvieron en el mirador, Horacio empezó a quedarse dormido. Volkov lo llevó en brazos hasta el coche y condujo el camino de vuelta a casa, mientras el menor se quedaba dormido en el asiento del copiloto, envuelto por la chaqueta de Volkov. 

Esa noche lo dejó dormir en su cama, pero él durmió en el sofá. Necesitaba pensar, y parecía que su mente dejaba de funcionar cuando estaba abrazado a Horacio, oliendo su colonia y sintiendo sus latidos. Esa noche decidió que necesitaba espacio, para aclararse él y para que Horacio se aclarara. No podían empezar una relación si no tenían claro qué era lo que buscaban el uno del otro, y Volkov lo tenía claro. Pero Horacio no, y era consciente de que debía averiguarlo. 

Se acercaban los exámenes finales de Horacio, así que aprovecharon eso como excusa para verse un poco menos durante esas semanas. 

Horacio intentó centrarse en sus clases, aunque fue complicado, porque su mente estaba ocupada con Viktor. 

Volkov hizo horas extra en su trabajo para compensar los días que había faltado, aunque fue complicado, porque su mente estaba ocupada con Horacio. 

Fue como volver a la época en la que no se conocían, en la que su rutina era extremadamente aburrida, pero con los sentimientos diferentes. Y se echaron mucho de menos, pero fue necesario estar lejos el uno del otro para avanzar. 

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Habían pasado exactamente catorce días desde la última vez que habían pasado un rato juntos, en el mirador, y desde la última vez que se habían besado. También echaba de menos eso. Se preguntó si Horacio habría besado a alguien más durante esos días. Se sintió celoso con el mero pensamiento, a pesar de no saber si  la respuesta era afirmativa o no. 

Esa noche, al salir del trabajo, llovía muchísimo, y él no tenía paraguas. Pero, apoyado en su coche rosa, el ángel de la guardia que le complicaba la vida, pero también le daba ganas de vivirla, lo esperaba con un paraguas. 

Horacio se acercó sonriendo, y Volkov tuvo ganas de darle un beso, bajo la lluvia como en las películas que solían hacer llorar a Horacio, pero no lo hizo. 

—¿Qué haces aquí? —preguntó, un poco avergonzado de que lo viera con su ropa del trabajo. Pero Horacio lo miró de arriba a abajo y su sonrisa aumentó, mientras colocaba el paraguas entre ellos para que no se mojara. 

—Quería venir a buscarte en coche, hoy ya no tengo que estudiar, he acabado mis exámenes, y llueve mucho para que estés aquí —le explicó—. Además, conduzco fatal, tengo que practicar un poco, y solo me gusta hacerlo contigo. 

Volkov asintió pero no dijo nada. Horacio podía fingir que no habían pasado dos semanas sin hablar, que todo seguía igual, pero él no podía. No era capaz. 

El ambiente dentro del coche era muy diferente a cómo había sido la última vez que habían ido juntos, más tenso. La música no aliviaba el ambiente, y el sonido amortiguado de la lluvia chocando contra el techo del coche tampoco. Horacio parecía buscar siempre algo que decir para no ahogarse en el silencio, pero Volkov no parecía querer continuar la conversación. 

Horacio era inexperto conduciendo, y la lluvia y la oscuridad de la noche se lo dificultaban más aún. Volkov miraba por la ventanilla, pero lo escuchaba bufar y suspirar a su lado, peleando por mantener el control del vehículo. 

—Mejor aparca, Horacio. Déjame conducir a mí —le pidió, dulcificando su tono de voz. 

—No hace falta yo lo tengo controlado —rebatió, mientras se mordía el labio para concentrarse mejor.