don't marry her [4]✨

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Dónde Volkov al fin se casa con quien de verdad quería casarse <3

Parte 2

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No debería de haberle sorprendido lo que Horacio quería hacer. Si los mejores meses de su relación se habían basado en viajes por el mundo, estaba claro que el chico querría hacer otro viaje antes de dar un paso tan importante como el de casarse. Lo que Volkov no esperaba era que fuera ese el lugar en el que quisiera hacerlo.

—¿¡Las Vegas!? —Horacio conducía con una sonrisa. Volkov aún se estaba ajustando los últimos botones de la camisa en el asiento del copiloto, porque su novio había querido marcharse tan rápido que apenas le había dado tiempo a coger un par de cosas y arreglarse—. ¿Pero eso no está muy lejos?

—No si vamos en coche —le hacía mucha ilusión lo que iban a hacer. Todas esas veces que había dicho que quería casarse a lo grande, jamás se había referido a tener muchos invitados o un gran banquete. Siempre hablaba de tener muchas luces, mucha adrenalina, mucha vida alrededor, y Las Vegas era el lugar perfecto.

—Pero dijiste que querías casarte ahora mismo —recalcó esas palabras, y Horacio lo miró de reojo. Al ser tan tarde, la carretera estaba casi vacía, por lo que podía permitirse dirigirle miradas cómplices y cariñosas al ruso.

—Ya, bueno, con "ahora mismo" me refería a dentro de unas cuantas horas y a muchos kilómetros de distancia —Volkov esbozó también una sonrisa ladina, e inclinó la cabeza haciendo que un mechón de su cabello claro le acariciara la frente.

—Tenemos ideas diferentes de lo que significa "ahora mismo"... pero está bien —giró la cabeza para mirar por la ventanilla, y suspiró—. Esto me trae recuerdos...

—Sí, estoy teniendo un déjà vu —giró él también la cabeza para dirigir su vista al perfil de Volkov. Tenía la mirada perdida en el horizonte de la carretera por la que ahora salían de la ciudad. La ventanilla estaba entreabierta y el viento era frío pero ellos tenían calor, así que les daba igual acabar resfriados. La brisa despeinaba a Volkov, que tenía la camisa blanca remangada hasta los codos y una expresión distraída. Horacio suspiró y Volkov dirigió su mirada a él.

Por un breve momento, ambos quisieron preguntarle al otro si estaba seguro de casarse, pues aunque ellos sabían que querían hacerlo, no sabían hasta qué punto al otro le parecía bien o había aceptado por compromiso. Pero después compartieron una mirada y una sonrisa tan sinceras que no hizo falta, porque todas las inseguridades que podían tener se fueron al instante.

Hablaban de vez en cuando, pero el silencio también era cómodo, cálido, acompañado del ruido de la carretera. La ciudad despertaba, ajena a todo lo que les estaba pasando a ellos dos. Para todo el resto del mundo era una mañana como cualquier otra, con cafés, autobuses y trabajo. Para ellos, no. Para ellos dos era un día diferente, y sumamente especial.

Volkov tenía su mano apoyada en el muslo de Horacio mientras él conducía. Se había puesto unas gafas de sol que guardaba en la guantera, y llevaba los primeros tres botones de la camisa desabrochados. Horacio dirigía su mirada a su rostro de vez en cuando, y colocaba su mano sobre la del ruso cada vez que paraban en un semáforo en rojo y podía soltar el volante.

Comenzaba a hacer calor, y todo les recordaba demasiado a esa época en la que viajaban en coche y dormían en hoteles cada noche. El himno de su libertad era el ruido de las ruedas sobre el asfalto, el viento colándose por la ventanilla, la radio sonando de fondo y sus risas suaves.

-

No les llevó más de un día llegar, porque su ciudad estaba relativamente cerca. Aún así, el viaje había sido agotador, sobre todo para Horacio que había sido el que más había conducido. A pesar de que Volkov había insistido en hacerlo él, pocas veces había aceptado a cederle el volante. Sólo necesitaban una ducha y unas horas de sueño para estar listos para todo mañana.

↳;; ❝Volkacio AUs♡Where stories live. Discover now