i miss you, i'm sorry [2]✨

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Donde Volkov y Horacio arreglan sus problemas de pareja gracias a un gato.

Parte final <3

(University AU, ninguno de los dos es policía y ambos son más jovencitos. Sus pasados también son diferentes)

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Pasó toda la primera tarde ocupándose con las tareas más nimias para no tener que enfrentarse a tener que estar a solas con Volkov.

Dobló con cuidado todas las prendas de ropa que se había traído de su apartamento -que no habían sido muchas, no pensaba quedarse mucho tiempo- y tardó casi media hora en colocarlas en la parte del armario que Volkov le había dejado libre. La que solía ser suya cuando aún estaban juntos. La habitación de invitados que le había dejado estaba casi sin amueblar, lo cual era una desventaja. Sus cosas tendrían que estar en la del ruso, la que solían compartir cuando eran pareja.

Después, hizo lo mismo en el baño con su cepillo de dientes y sus cosméticos. Fue sumamente doloroso, porque era como revivir la escena en la que lo recogía todo para irse, hacía a penas un mes. También se encargó de cambiar las sábanas de la cama, quitar el inexistente polvo de las mesillas de noche, y abrir las ventanas para airear la habitación que le había dejado el ruso.

Otro de los problemas de que no tuviera casi mobiliario era que no tenía más excusas para distraerse. Después de toda la tarde fingiendo estar ocupado mientras Volkov estudiaba en la cocina, acabó decidiendo que era hora de salir.

La cocina daba al salón, por lo que de camino a éste vio las hojas de apuntes desperdigadas por la mesa. Volkov estaba tumbado en el sofá, descansando después de tantas horas de estudio, viendo un partido de fútbol en la televisión. Se enderezó en cuanto lo escuchó acercarse.

—¿Todo bien? ¿Necesitas algo? —Horacio negó con la cabeza. Se quedó quieto, jugando con las mangas de su sudadera.

—Tengo algo de hambre... ¿quieres que cocine? —preguntó. No quería abusar de Volkov. Si le estaba dejando un lugar donde quedarse, lo mínimo que podía hacer era devolvérselo de alguna manera.

—No, no, Horacio, no hace falta —se puso de pie y se acercó a él—. Voy a pedir algo de cenar.

—Vale —respondió. Clavó su mirada en la televisión para distraerse.

—¿Quieres algo en especial? —habló de nuevo Volkov.

—No, me da igual —escuchó al ruso pedir pizza por teléfono.

Mientras tanto, él no se movió de su posición. Tan sólo se apoyó en el respaldo del sofá para distraerse con el partido. Pocos minutos después, Volkov volvió al salón.

—Eh... ¿quieres ver algo en la tele? —preguntó.

Horacio podía notar que Volkov estaba tan nervioso como él. Habría aceptado, tan sólo para hacerle sentir mejor, pero entonces todo se habría parecido demasiado a cómo solía ser. Pizza y pelis cursis, abrazados y mimándose en el sofá, sonaba demasiado a algo que harían antes de romper.

—No, esto está bien —sabía que al partido no le haría mucho caso, así que lo dejó estar.

Se sentó en el sofá y fingió que estaba viendo algo muy interesante en su teléfono móvil, pero en realidad sólo quería evitar la conversación.

—Vale... —Volkov se mordió el labio. Se apoyó en la encimera de la cocina, manteniéndose alejado de su cuerpo—. Sé que no hace falta que te lo diga, ni nada, pero... pídeme lo que quieras.

↳;; ❝Volkacio AUs♡Where stories live. Discover now