I. Familia Toy Pollet

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-¡Mamá! – Gritaba Adrián bajando las escaleras apresurado –
- ¿Qué sucede hijo? – sonreí al ver lo hermoso que estaba – ¿Para dónde vas? – se puso colorado y me enterneció –
- Una… Una cita mamá – responde nervioso y lo abracé –
- Estás muy guapo – me miró sorprendido y al segundo sonrió orgulloso –
- Ya, sólo necesitaba saber eso – me abrazó y corrió otra vez escaleras arriba –
- Te he dicho mil veces que no corras Adrián – digo alzando la voz y oí su risa, negué y volví a mis labores –

Esta es mi familia, la familia Toy Pollet, y yo ahora me presento… Me llamo Fernanda Pollet, soy entre otras cosas Psicóloga, tengo 45 años y tengo una familia súper hermosa. En descripción gráfica, soy castaña, ojos marrones, tez blanca con algunas pecas y lunares, labios carnosos, nariz respingada, mi cabello es medianamente largo y con un brillo con el cuál todos tienen que ver con el, mido 1.72 metros y tengo un cuerpo atlético gracias a que antes practicaba tenis pero ahora sólo voy al gimnasio, bueno últimamente voy muy poco, me gusta pintar, cantar y escribir, elegí la psicología por curiosidad en un principio, ahora amo lo que hago tanto como a mi familia.

Mis hijos, son lo más hermoso que tengo, Adrián Manuel tiene 20 años es el mayor y es precioso, sus ojos son marrones como los míos, cabello rubio como su papá, mide 1.76 metros y es tonificado gracias al gimnasio y el fútbol, mi hijo definitivamente es hermoso. Ahora hablaré de mi niña chiquita, que ya no está chiquita Sara Isabel, tiene 18 años y es una castaña preciosa, a diferencia de Adrián ella sacó el castaño de mí, pero los ojos verdes de su papá, en cuánto a altura es como yo 1.71 metros pero con una contextura normal, no es delgada pero tampoco talla grande, es preciosa, tiene un cabello de ensueño y una sonrisa preciosamente perfecta, una nariz respingada y unos labios gruesos como su papá. Adrián estudia ingeniería y Sara esta empezando a estudiar docencia, ella siempre se le ha dado muy bien los niños, muy diferente a mí que sólo he podido con los míos y porque los amo con mi vida.

Ahora hablaré de mi matrimonio, Josh Daniel Toy si le damos vueltas parece de familia norteamericana, realmente no, es familia Europea que se vino en el tiempo del holocausto, años más tarde mi suegra tuvo a Josh y a sus dos hermanos, en fin. Conocí a Josh a la edad de los 23 años, no fue mi único novio pero sí mi único amor, a los 25 años nos casamos, meses más tardes tuve a Adrián, tenemos 20 años de matrimonio, 20 hermosos años felices, hemos viajados, bailado, reído, amado esos 20 años juntos, soy tan feliz a su lado.

-¡Mi amor! ¡Llegué! – sonreí al escuchar la voz de mi hermoso marido –
- Estoy en la cocina – respondí para oírlo reír –
- Hoy cena especial – volteé a verlo después de sentir sus brazos en mi abdomen –
- ¿Razón? – pregunté curiosa –
- Soy el nuevo gerente de la empresa, después de firmar aquel negocio con los árabes, mi jefe me ascendió – lo abracé con efusión y lo oí reír –
- Felicidades, mi amor – lo besé y sus manos bajaron hasta mis piernas –
- Invité a Emiliano y a Carlota – asentí sonriente – Voy a bañarme mi vida – me reí y me dio un casto beso –
- Haré tu comida favorita – le guiñe un ojo y me sonrió emocionado –
- ¡GORDON BLUE! – me reí a carcajadas mientras lo vi desaparecer de la cocina –

Puse manos a la obra, tenía seguramente dos horas para tener la cena lista, llamé a los chicos y me dijeron que no podían venir pero mandaron felicitaciones a su papá. Después de dos horas, milagrosamente todo estaba listo, el Gordon Blue, las patatas, la ensalada y de último la mesa.

Me fui a arreglar dejando a Josh pendiente de que llegué la visita y eligiendo el vino, hoy era su día… merecido día. Luego de una hora de haberme metido a duchar, salí con un albornoz y mi ropa interior puestos, me eché crema en toda la piel y opté por un vestido azulado de encaje hasta los muslos, tacones de agujas a juego, me dejé el cabello suelto cayendo como cascada, simplemente me enrule las puntas, un maquillaje suave, labial rojo y estaba lista. Bajé lentamente escuchando las risas de Emiliano y Josh.

Cuando estaba en planta baja, caminé hasta ellos y pude ver un Emiliano guapísimo y Carlota con un vestido rojo ceñido al cuerpo, estaba espectacular, caminé hasta ellos y los saludé a ambos, la mirada de Carlota siempre me ha puesto nerviosa y su sonrisa me hace sentir cosquillas, jamás entenderé la razón para ser franca, fui hasta la cocina y Emiliano me acompaño.

-¿Te ayudo en algo? – alcé la mirada y sonreí –
- Llévate las copas y el vino – digo señalando la barra –
- Esto lo eligió Josh a donde vaya – me reí y asentí, Emiliano se unió a mi risa –
- Yo llevo esto – señalé donde estaba la ensalada, que era lo único que faltaba –

Salimos de la cocina y dejamos todo en la mesa, cuando alcé la mirada pude ver una mirada indescifrable en Carlota quién no me la quitaba de encima, algo en ella me ponía nerviosa y no podría decir qué es.

La noche transcurrió tranquila, cenamos y nos fuimos a bailar un rato en un bar cercano, a eso de las 3:20 de la mañana nos regresamos a la casa Josh y yo, mientras Carlota se llevó a un ebrio Emiliano, un rato después Carlota me avisó que llegaron bien, ya que le pedí que me avisará.

-¿Amor y mi regalo? – Josh me colocó cara de niño chiquito y sonreí negando varias veces - ¿nada? – alcé una ceja y me crucé de brazos –
- Puede que si – le respondo con voz ronca –
- ¿Qué será? – se sentó en la cama y le sonreí –

Lentamente me quité el vestido, quedando en ropa interior, que era negra y de encaje, sabía que vendría esto, le sonreí al ver sus ojos embelesados, alzó la mirada y pude ver sus ojos verdes oscurecidos, se levantó con firmeza y me alzó haciendo que enredara mis piernas a sus caderas, me reí y me besó con intensidad. Hicimos el amor hasta cansarnos, mi marido me hacía feliz y no sé hasta cuando se lo agradeceré a la vida.

Traición Where stories live. Discover now