XXXII. ¿Quieres que vaya por ti?

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Carlota

- ¡Mamá! - escuchamos a Sara gritar mientras buscaba a Fernanda y nos separamos de golpe –
- ¡Mierda! – susurró arreglándose el vestido y yo me arreglaba el cabello y me limpiaba la cara –
- ¿Estoy bien? - Fernanda sonreía embobada y me sonroje –
- Perfecta – susurró con voz ronca - y ¿yo? – suspiré –
- Perfectísima - respondí en un susurro para luego darle un beso en la mejilla –

La vi salir y encontrarse con Sara, estoy pérdida, amo a Fernanda y no sé como llevar esto, no quiero estar con más nadie y me da miedo que Emiliano se dé cuenta que ya no siento nada por él, suspiré y al ver partir a ambas chicas, entré para desviar mi camino hacia el baño.

Después de un rato, me fui a sentar y llegó Joaquín mi mejor amigo, me abrazo y nos pusimos a platicar, a mitad de platica llegaron Alejandra y Fausto, el grupo como tal somos cuatro, los cuatro mejores amigos de toda la vida, hablábamos de trivialidades cuando la vi pasar con Sara y nuestras miradas chocaron, haciendo que sonriera de golpe, cualquiera se daría cuenta que muero por esa mujer, suspiré pesadamente y desvió la mirada haciendo que saliera de aquel trance.

- ¿Es ella? – preguntó Alejandra y volteé a verla – la mujer con la que engañas a Emiliano – me quedé en silencio –
- Es hermosa – dice Fausto – jamás nuestra rubia ha tenido mal gusto – se ríen y niego sonriendo –
- Yo digo que lo mejor que puedes hacer es hablar con Emiliano, él no es mal hombre y merece la verdad Carlota – suspiré pesadamente –
- Tienes razón, pero simplemente no sé como hacerlo, son 20 años juntos Joaquín – dije con la voz entrecortada –
- Tienes 20 años mirando a esa mujer con otros ojos por favor, es más puedo jurar que realmente nunca amaste a Emiliano, aunque intentaste engañarte con que sí – bajé los hombros derrotada y sé me cristalizaron los ojos –
- Ahora mismo no sé si alguna vez lo amé, pero si sé que no quiero hacerle daño – susurré –
- Daño le haces si sigues en esta mentira Car – dijo Alejandra colocando una mano en mi hombro –

A eso de las 2 de la madrugada la gente empezó a irse, entre ellos mis mejores amigos, Valentina se despidió de mí y le hice prometer que nos volviésemos a ver para tomarnos un café o quizás una cerveza a lo que me respondió que con gusto, así iba a ser y le sonreí feliz, los chicos se fueron con sus amigos y luego a eso de las 3 de la madrugada se fueron Josh y Fernanda, Josh se despidió de mí pero más Fernanda no la vi, me pareció raro, pero decidí no darme ideas de nada, era lo mejor para ambas. Llegamos a casa Emiliano y yo, él estaba totalmente ebrio y yo fui hasta el baño para quitarme el maquillaje y ducharme, al salir del baño vi a un Emiliano tambaleándose mientras yo me sentaba en la cama.

- Amor – dijo Emiliano llegando a la cama tambaleándose – nos falta terminar la celebración – me agarra del brazo y me levanta –
- Emiliano estás ebrio, no empieces – dije calmadamente –
- ¿NO EMPIECE? – preguntó histérico - ¿HASTA CUÁNDO ME DICES QUE NO? SOY TU MARIDO NO UN AMIGUITO MÁS – gritaba molesto y suspiré –
- NO QUIERO ESTAR CON UN BORRACHO DE MIERDA – dije molesta – me voy al cuarto de Paolo – agarré una pijama y mi celular y salí de aquel cuarto dando un portazo –

Estaba completamente molesta y no quería verlo, últimamente borracho se comporta como un idiota, estoy agotada de ello, mi celular empezó a sonar y lo contesté sin mirar el nombre.

Llamada Entrante

Carlota: ¡Alo! - dije molesta –
Fernanda: ¿llamo en mal momento? – todo mi semblante cambio al escuchar aquella dulce voz –
Carlota: No, no, nunca es mal momento para que hablemos – sonreí embobada –
Fernanda: Quería desearte feliz noche pero no sabía si estarías con Emiliano – la voz de Emiliano pegando gritos me hizo voltear a la puerta - ¿ese es Emiliano? – suspiré –
Carlota: Sí, hemos peleado y como está ebrio es un caos – dije sin ánimos –
Fernanda: ¿Quieres que vaya por ti? - me sorprendí por su pregunta –
Carlota: Y ¿Josh? – pregunté titubeante –
Fernanda: Dormido, está totalmente ebrio también – asentí aunque no me mirase y otra vez los gritos de Emiliano me sacaron de aquella conversación –
Carlota: No te preocupes mi amor, yo puedo con esa bestia – dije tranquila –
Fernanda: ¿Segura mi vida? – preguntó en un susurro y sonreí –
Carlota:mi amor – le respondí –
Fernanda: Esta bien mi vida – sonreí embobada y quería correr a besarla – voy a dormir, llámame cualquier cosa, por favor – asentí –
Carlota: Vale, yo te llamo – nos despedimos y colgué, sonreí embobada pero la voz de Emiliano me saco de aquel trance –

Finalizada llamada

- Ábreme Carlota Oliveros - gritaba molesto –
- No te abriré Emiliano De Sousa – grité molesta –
- Jodete - dijo por último y escuché como a los segundos la puerta de nuestra habitación era cerrada de golpe –

Suspiré y me puse la pijama para acostarme, odiaba al Emiliano ebrio, le temía y aparte mis hijos no estaban para dormir con alguno de los dos, me acosté en la cama de Paolo y me arropé. Paolo tenía razón, nunca debí regresar con Emiliano, no entiendo, como abogada creí en ese imbécil, incluso Josh tenía razón y ahora parezco una tonta molesta por sus acciones, no sentí en que momento llegó mi hijo, simplemente caí rendida.

Traición Where stories live. Discover now