XLII. Soy gay

2K 146 4
                                    

Paolo

-¿Paolo? – volteé hacia aquella voz y sonreí al ver a Sara –
- Hola Sarita – me levanté a abrazarla - ¿qué haces por aquí?
- Quería invitarte un café – dice nerviosa y me dio tanta ternura –
- Venga, vamos entonces pero yo pago – agarré mis cosas y ella se reía –

Hace algunos meses voy saliendo con Sara es tan linda persona, más allá de lo que estoy acostumbrado a ver porque la conozco de toda la vida, con razón Juan Carlos estuvo enamorado de ella y puedo asegurar que si yo no fuera gay también estaría enamorado de Sarita, fuimos hasta su café favorito y nos sentamos cerca de un ventanal maravilloso, empezando a hablar de todo un poco y reírnos de todo.

-¡No te creo! – dije entre risas –
- ¡Enserio! Que vergüenza tan grande – dijo sonrojada y me reía más –
- Ya sé para no hacerlo – asentía lentamente –

Me puse a detallar a Sara y es tan idéntica a mi madrina, pero con los ojos de mi padrino y con la sonrisa de Adrián, suspiré al recordarlo y era el momento de hablar con Sara.

-Sara – volteó a verme y respiré hondo para hablar y no trabarme – antes que nada quiero decirte que eres una mujer maravillosa y que cualquier persona se enamoraría de ti – agarré sus manos y vi confusión en sus ojos –
- ¿Qué sucede? – preguntó preocupada –
- No puedo dejar que me sigas mirando con esos ojitos – señalé su mirada y ella la bajó – por Dios quién tenga esa mirada será tan afortunado – dije sonriendo – pero yo no puedo – suspiré –
- ¿Qué hice? – preguntó con la voz entrecortada y negué –
- No hiciste nada, soy yo – le respondí y cuando iba a hablar proseguí – soy gay – terminé y ella quedó petrificada – sólo te pido dejar que yo se lo diga a mis padres y a los tuyos, no te me adelantes por favor – dije con un nudo en la garganta pero Sara seguía en shock –

Esperé un rato, dejé que Sara reaccionará y cuando lo hizo me abrazó fuerte, yo pensé que me odiaría y ahora esta abrazándome, ella es oro puro. Suspiré pesadamente, duramos un rato así hasta que se separó de mí y nos miramos un rato, sonrió de lado y entendí que no diría nada, nunca, se lo agradecí con mi sonrisa y me guiño un ojo.

Todo iba a estar bien, confío en que todo va a estar bien, Sara y yo duramos un rato más en el café hablando y riéndonos hasta que se hicieron las 7 y nos fuimos, la dejé en casa y me fui al departamento, dónde me encontré a mis padres peleando de nuevo, estoy tan cansado de esta escena que se repite tanto últimamente.

-¡Paolo! – exclamó mi madre al verme llegar y sonreí para acercarme a ella y abrazarla –
- Hola mamá, hola papá – los saludé y mi papá alzo la cara nada más, pero no le quitaba la mirada a mi madre –
- ¿Cenaste? – preguntó mi madre y negué – ¿pizza? – asentí sonriendo –
- ¿La haces tú? – pregunté y mi madre se reía –
- Con todo el amor del mundo para mi bebé grande – me reí y la abracé para irme hasta el cuarto luego –

Llegué a mi habitación y me quité todo para cambiarme, salí de nuevo y ya mis padres no peleaban, lo agradecí internamente porque ni Juan ni yo soportamos una pelea más, vi a mi madre hacer la masa para la pizza estaba pensativa, distante y algo no va bien con ella.

-¿Está todo bien? – pregunté sentándome en la barra –
- Sí hijo, creo – susurró y asentí –
- ¿Todo bien con papá? – la oí suspirar y seguía haciendo la masa –
- Hace rato que nada va bien con él – respondió triste y fruncí los labios haciendo un puchero –
- ¿Con Valentina la vecina? – pregunté tanteando y mi madre me miró sorprendida –
- Sí, bueno hasta lo que sé sí – respondió para luego sonreír y asentí –
- Y ¿con la persona que te ves? – mi madre sonrió tanto que sus ojos se iluminaron y había una luz en su rostro que daba paz –
- Todo está bien hijo – respondió en un susurro y asentí satisfecho - ¿no te importa qué... – dejó las palabras en el aire y negué –
- Hace meses te dije que dejarás a papá, que ya ustedes no se aman, se hacen daño y sé que eres feliz con esa persona con la que estás – me levanté y agarré sus manos para que me mirará – sé feliz madre – le dije y se lanzó a mis brazos en un fuerte abrazo –

La oí sollozar y acaricié su espalda hasta que se calmó y volvió con la pizza, la terminamos entre los dos y muchas risas, nos sentamos los cuatro a cenar y cada quien habló de su día, mi padre se molestó que le dije a Sara que no y empezó otra vez a meterse conmigo, sin embargo, mi madre me defendió y Juan Carlos decidió ponerse a mi favor también, la cena estaba muy tensa pero todo se calmó al finalizar y cada quién se fue a su habitación, menos mi madre quién se quedó leyendo en la sala, le pregunté si quería que me quedará a lo que se negó y me dio un beso en la sien, así que decidí irme y dejarla sola, quizás lo necesitaba.

Traición Where stories live. Discover now