XXVI. No es él, es por ti

2.4K 162 21
                                    

1/5

Carlota

-Carlota vamos por más cervezas – me dice Josh y salí del trance donde entré al ver a Fernanda bajar con esa falda, volteé a verlo y asentí sonriendo –
- Ya venimos – Fernanda me miró y Emiliano asintió mientras me plantaba un beso, sonreí de lado y seguí a Josh –
- Gracias por venir Car – me dijo Josh al entrar ambos a la cocina y negué mientras me reía –
- No agradezcas Josh, sabes que cuando quieras – Josh me abrazó y sonreí abrazándole fuertemente cuándo entró Fernanda a la cocina y nos separamos –
- Amor ¿cerveza o vino? – preguntó Josh tranquilamente acercándose a su esposa y yo no le bajaba la mirada a Fernanda –
- Vino, mi amor – me tense al oír esas palabras –
- Comadre y ¿tú? – se dirigió Josh a mí –
- Cerveza compadre – algo en el pecho me dolió al decir esa palabra sabiendo lo que hago a sus espaldas –

En cierta manera me duele lo mal que le pago a Josh, porque aunque quiera encontrarle un defecto no lo tiene, es más, me llamó temprano para que nos reuniéramos porque discutió o trató mal a Fernanda y se sintió mal todo el día por eso, Dios Emiliano a la primera se fue de mi casa y Josh sólo busca arreglar las cosas con su esposa, aunque yo sea la intermediaria y no sabe cuánto me duele haber aceptado.

-Amor Emiliano está allá afuera, ve allá y yo me quedó con mi comadre – no sé porque me dolió esas últimas palabras pero más que eso, no supe descifrar aquel tono casi que de sarcasmo –
- Vale amor – le respondió Josh para darle un casto beso y voltearse a darme un guiño de ojo y sonreí asintiendo –

Supongo que era el momento, el mismo momento que hace poco viví cuando ella decidió defender a Emiliano y pedirme que volviese con él, claro la diferencia es que yo ayudo a Josh porque un error lo comete cualquiera, pero el intento de pegarle a una mujer y el casi abuso no se defiende, cosa que Fernanda obviamente no sabe.

-¿Qué estaban haciendo? – me preguntó Fernanda al ver que Josh no estaba cerca –
- Hablando – le respondí tranquilamente mientras le daba un sorbo a mi cerveza – que bella estás – susurré y ella se quedó en silencio –
- Gracias – respondió y se acercó a mí, mientras yo estaba apoyada en la nevera – tú también estás hermosa – me dijo a centímetros –
- Gracias – sonreí nostálgica y rogué que no se diera cuenta –
- ¿Tienes algo con Josh? – me preguntó directamente y me quedé en shock –

Entre todos los seres humanos que quizá pudiese dejar que desconfíen de mí, jamás lo imaginé de ella, es más, nunca creí que mi amante me preguntara si soy amante de su esposo, ¿tanto he fallado? Claro, como confiar en alguien que engaña a su marido, sonreí irónica y la alejé de mí de golpe, la oí quejarse, caminé hasta la entrada de la cocina y cruzada de brazos me volteé a verla.

-Comadre si vine aquí esta noche fue porque Josh me pidió que hablase contigo y que le perdonarás el error de temprano, no para acostarme con tu marido, que claramente no me interesa – respondí sin que me oyeran afuera y Fernanda me miraba atónita –
- Carlota yo… - la volví a interrumpir –
- Espero puedan arreglar sus diferencias y vuelvan a ser aquel matrimonio perfecto – susurré con la voz quebrada y me di la vuelta para salir de ese lugar –

Al salir y estar frente a Josh y Emiliano quienes voltearon a verme, rogué a que no se dieran cuenta de mis inmensas ganas de llorar, me excuse para ir al baño y Josh me dijo que podía ir al de su cuarto, asentí y lentamente subí hasta su habitación, al entrar me impactó el perfume de ella y cerré los ojos mientras cerraba la puerta y apoyaba todo mi cuerpo en aquella puerta, una lágrima recorría mi mejilla para así pasar de una a miles que no paraban de bajar.

Fui al baño y me enfrenté a mí en el espejo, no podía seguir así, debía tomar una decisión y esa decisión era mi familia, claramente Fernanda piensa lo peor de mí y no me da la gana de estar engañando a mi marido y familia con alguien que piensa cualquier cosa de mí, estaba en ese trance cuando el sonido de la puerta me hizo voltear y aunque no me quería mover, sabía quién era.

-¿Qué quieres? – pregunté –
- Que hablemos – susurró y su voz sonaba triste –
- No tenemos nada que hablar – dije firmemente y me acerqué a la puerta que nos separaba –
- Por favor, Carlota un minuto – respiré hondo y abrí la puerta mientras me cruzaba de brazos –
- ¿Qué deseas? – sus dedos se acercaron a mi rostro pude ver en sus ojos culpabilidad –
- Perdóname – susurró y me alejé de ella –
- ¿Por qué comadre? ¿Por creer que estoy con su marido? – chasquee la lengua y bajo la mirada –
- Fui una idiota que se dejó llevar por los celos – sonreí de lado y me di cuenta que no tenía chance en contra de Josh –
- No debes tener celos, tu marido jamás querrá mirar a nadie más como a ti – Fernanda se quedó en silencio e intento acercarse pero yo me alejaba –
- No es él, es por ti – dijo con la voz quebrada y cuando me di cuenta estaba frente a mí y sus manos en mis mejillas –

Nuestras miradas se encontraron y mi corazón latía desbocado, se acercó y nuestros labios se encontraron, sin embargo, me alejé de ella y me limpié la boca, mientras vi sus ojos cristalizarse.

-Comadre ni se le ocurra volver a hacer eso – tragué saliva y abrí la puerta de la habitación –
- Carlota – susurró Fernanda y salí de la habitación, suspiré profundamente y limpié una lágrima que quería salir corriendo por mi mejilla –

Bajé las escaleras y sonreí como si no pasó nada, como si todo fuera perfecto, como si no hubieran secretos tan oscuros, como si ella y yo sólo fuéramos dos comadres sin secretos compartidos, como si realmente amase a mi marido, como si no estuviera traicionando a mi amigo, como si todo fuera como hace meses atrás.

Vi a Josh y Emiliano hablando y me acerqué a Emiliano quien sonrió al verme y lo besé para luego unirme a la conversación, fue amena, al rato bajo ella y se unió a la conversación, pude sentir su mirada en mí, pero más yo no la miraba ni un segundo y al irnos me despedí de ella como antes, como hace meses, como todos estos años, como mi amiga, mi comadre y la esposa de Josh, me dolía en el alma pero era lo mejor para mí y ambas familias.

-Ojalá Fer y Josh se arreglen – ese era Emiliano al llegar a casa – ¿Carlota? – volteé a verlo y fruncí el ceño –
- ¿Qué sucede? – pregunté de malhumor y Emiliano se cruzó de brazos –
- ¿En quién piensas? Desde que llegamos te estoy hablando y no me escuchas – me dijo molesto y le di la espalda para intentar ir al baño pero me inmovilizó al agarrar mi brazo con fuerza –
- Déjame en paz porque te recuerdo que volviste prometiendo que cambiarías el último error – dije tensando la mandíbula y me soltó pero aún así se veía molestia en sus ojos –
- Lo siento Carlota – no le respondí y seguí mi camino hasta el baño –

Me eché un largo baño y al salir me puse una camisa gris hasta los muslos, me solté el cabello de la coleta que llevaba, Emiliano ya estaba dormido y me acerqué a la ventana para ver la noche, la luna y sus estrellas, era una noche estrellada, de esas que me fascinan, fui hasta mi celular y tenía varías llamadas pérdidas de Fernanda y empezaba a entrar una la cual cancelé y apagué el celular, me acosté en mi lado de la cama y sentí los brazos de Emiliano para atraerme a él, la verdad no tenía fuerza de querer alejarme o algún parecido, había sido mucho por esta noche y sólo quería dormir, fue suficiente por hoy.

Traición Where stories live. Discover now