LVI. Esa persona

1.8K 155 43
                                    

Josh

-¿Y tu mamá? – Sara alzó los hombros y di una vista panorámica – Vale mi amor – le di un beso en la mejilla y fui por unos tragos –
- Dios mío, que no se descontrole todo esta noche – susurré –
- ¿Qué no se descontrole qué? – alcé la mirada y vi entrar a la cocina a Valentina y negué sonriendo –
- Nada cuñada – me miró interrogativa y negaba –
- ¿Está con ella? – asentí –
- Creo que sí – respondí abriendo las cervezas – ¿quieres?
- ¡Quiero! – respondió Valentina eufórica y me reí –

Terminé de abrir las cervezas y vi bajar a Carlota sonriente, suspiré pesadamente, no estoy acostumbrado, amo a Fernanda, pero al ver a Fernanda bajar con esos ojos brillantes como hace años los tenía conmigo cuando éramos novios, allí entiendo que no tengo lugar en su corazón, si no es como el padre de sus hijos y un gran amigo, seguí entregando las cervezas hasta llegar a Emiliano quién anda extraño y machista, a veces no entiendo como lo quiero tanto como un hermano, este es uno de esos momentos, no sé que pasó con el Emiliano bueno y empático.

-¡Gracias! – exclamó y asentí –
- ¡De nada hermano! – dije para darle un sorbo a mi cerveza –
- ¡A cenar! – gritó Fernanda y caminé sonriendo hasta el comedor –

Todos llegamos al comedor y nos sentamos, Fernanda y yo en ambas cabeceras, Valentina con Irina y Alberto, Paolo con Adrián y Sara, Juan Carlos y Emiliano de los lados de Carlota, hoy la mesa debía ser más grande y sólo Fernanda sabe hacer eso, estamos todos juntos.

-¿Quién da los agradecimientos de navidad? – preguntó Fernanda sonriendo y todos nos miramos –
- ¡Diré unas palabras! – dijo Valentina y asentimos – quiero agradecer a la vida por el estar aquí con ustedes, con mi gemela – miró a Fer quien empezaba a cristalizarse sus ojos – por conocer a mis sobrinos – mis hijos la miraron sonriente – por tener a mi hijo a mi lado, Gracias Irina – la rusa le guiñó un ojo sonriendo – y por conocer gente tan maravillosa como Carlota y su familia – alzó la copa y gritamos “Salud" –

Cada uno dio sus agradecimientos, unos más emotivos que otros, para al final gritar un emocionante “Salud" y empezar la cena, entre risas y anécdotas de años anteriores, dónde no era con los De Sousa, ni estaba Valentina, si no puro los Toy Pollet, pero definitivamente cada año trae lo suyo, incluso navidad.

Luego de terminar la cena todos nos fuimos al jardín trasero hasta esperar las 12:00 de la medianoche para ir por los regalos de navidad, el ambiente estaba mezclado pero sin duda, ver a Fernanda sonriendo de oreja a oreja me calmaba. Ya casi era la hora y me levanté por una botella de champán, le serví a todos, Alberto ya dormía y empezamos a gritar los segundos sonrientes.

-5… 4… 3… 2… 1 – gritamos al unísono - ¡Feliz navidad! – empezamos a abrazarnos –
- ¡Feliz navidad rubia! – dije acercándome a Carlota y abrazarla –
- ¡Feliz navidad rubio! – nos reímos de lo chistosa que es la vida, nos separamos unos centímetros y nos miramos a los ojos sonriendo - ¡Hazla feliz! – le susurré al oído luego de volver a abrazarla –
- ¡Te lo prometo! Sí ella me lo permite – me susurró y nos reímos, luego nos alejamos –
- ¡Feliz navidad rubiecita! – Valentina abrazaba a Carlota –
- ¡Feliz navidad mi vida! – abracé a Fernanda quién me abrazó fuertemente –
- ¡Feliz navidad mi vida! – me susurró suavemente – Gracias por ser el mejor de todos los hombres – me reí y negué –

Estábamos entre abrazos y risas pero tenía una mala sensación, fuimos hasta el árbol de navidad y cada quién abrió sus regalos, como no sabíamos que esta noche vendrían los chicos, no les dimos regalos, sin embargo, Paolo y Adrián tenían algún plan porque llegaron con varios regalos, sorprendiéndonos a todos.



Las horas pasaban y cada vez tomábamos más, Emiliano ya estaba embriagado y fuera de lugar de vez en cuando, le pedí a Carlota que me acompañará por unas cervezas y me siguió, entramos a la cocina hablando y riéndonos.

-¿Lucharás? – le pregunté mientras sacaba las cervezas –
- ¡Sí, sí ella me lo permite! – respondió sonriendo de lado – pero me da miedo Emiliano – susurró y le hice un gesto para que prosiguiera – me amenazó con matar a quién sea mi amante – me susurró y le miré impactado, ese no es mi amigo de toda la vida –
- Vale tranquila – me acerqué a ella y la abracé fuerte – las protegeré a ambas con mi vida – le susurré y oí un “gracias" de su parte –

Salimos con las cervezas y le dimos una botella a cada quien, pero Emiliano me fulminaba con la mirada no entendía y me acerqué a él, pero me empujó y caminó hasta entrar a casa, miré a Carlota y está me miró interrogativa, fuimos detrás de él y entramos a la casa, lo vimos en el living pensativo, caminamos sigilosamente y lo vimos mirando a algún punto fijo.

-¿Cuándo me lo iban a decir? – su voz era rasposa, más rasposa y seca –
- ¿Decir que? – preguntó Carlota titubeante –
- No entiendo – dije pausadamente y Emiliano volteó la mirada hacia nosotros, sus ojos estaban oscuros –
- ¡Maldita sea! ¿En serio mi amigo? ¿No podías buscarte otro maldito amante si no mi mejor amigo? – gritaba Emiliano y Carlota estaba petrificada cuando vi llegar a Fernanda –
- ¿Qué pasa aquí? – preguntó Fernanda seria –
- ¿Le dicen ustedes o le digo yo? – Carlota estaba en shock cruzada de brazos –
- ¿Qué te pasa Emiliano? – pregunté aturdido –
- ¿Cuándo me iban a decir que eres el maldito amante de mi mujer? ¿NO TE DA PENA JOSH TOY? – gritaba Emiliano - ¡Fernanda es una maravillosa mujer y la traicionas! ¿Por qué mi mujer? – gritaba herido –
- Josh no es capaz – dijo Fernanda pero Emiliano la interrumpió –
- ¡LOS VI EN LA COCINA! – sus gritos aumentaban cada vez más y Carlota subió la mirada –
- Josh no es mi amante – dijo suavemente y Emiliano se reía irónico –
- ¡Papá cálmate! – le decía Paolo a Emiliano pero eso lo hacía molestar más –
- ¿Qué me calme? Si por tu culpa duré todo este tiempo cabezón, pero tranquilo ya encontré al “qué hace feliz a tu mamá” – dijo irónico y haciendo señas de las comillas con los dedos –
- ¡Que Josh no es mi amante! – gritó Carlota aturdida, mientras Fernanda suspiraba y colocaba sus dedos en el puente de la nariz y bajaba la mirada –
- ¿Tienes el descaro de negármelo? Traicionas a tu amiga y con mi mejor amigo – me miró con rencor mientras se acercaba peligrosamente a Carlota –
- Te lo niego, porque todo no gira a lo que tú pienses, esa persona sí me escuchaba como tú nunca lo has hecho incluso ahora – Emiliano se ríe irónico y nos mira con desprecio – Sí, si tenía un amante, que me hacía feliz, plena, libre, amada, alguien que jamás pensé que sería tan importante para mí, alguien que me escuchaba, me aconsejaba, me ama – Emiliano mira con rencor a Carlota y luego me mira a mí – pero no es Josh Toy – sentenció Carlota –
- ¿Quién maldita sea es? – reclamó Emiliano –
- Esa persona – Carlota se quedó en silencio y sus ojos estaban cristalizados –
- ¡Habla! – gritó Emiliano haciendo asustar a todos –
- Esa persona es Fernanda, ¡Amo a Fernanda! – gritó Carlota mientras una lágrima recorría su mejilla y toda la sala se quedó en un sepulcro silencio –

Traición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora