XIX. Se fue

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Carlota

“Creo que debo marcharme por unos días, Paolo me odia y yo no puedo vivir con su dura mirada y Carlota por Dios no tengo la cara para verla a los ojos, después de lo que hice, sé que por ahora no tengo perdón y es merecido, quiero decirles a los tres que son mi vida, que los amo y Carlota jamás podría pensar que me engañas, eres el amor de mi vida
                                                          Con amor: Emiliano.

-Hijo de … - susurré con una lágrima en la mejilla –
- ¿Qué sucede mamá? – alcé la mirada mientras arrugaba con mi mano derecha aquella nota –
- Tu papá se fue – dije con un nudo en la garganta y la mirada en un punto fijo de la pared mientras apretaba la mandíbula –
- ¿Cómo que se fue? – preguntó Juan Carlos con los ojos cristalizados y le pasé aquella nota de su puño y letra – papá – susurró para luego llorar y lo abracé fuerte –
- ¿Qué sucede? – preguntó Paolo perdido –
- Papá se fue – dijo Juan Carlos entre lágrimas y Paolo quedó estupefacto –
- Papá – fue lo único que susurró y me partió el alma –
- Hijos, chicos vengan – ambos se sentaron en el sofá conmigo – su papá seguirá siendo su padre aunque tengamos problemas él y yo ¿entendido? – ambos asintieron lentamente sin terminar de creerlo – y quiero decirles que elegí al mejor hombre para que sea su padre ¿vale? – Juan Carlos no paraba de llorar en mis brazos y Paolo estaba en shock –
- Eres la mejor madre, mamá – dijo un rato después Paolo y volteé a verlo, sus ojos estaban cristalizados y yo fruncí los labios y los abracé a ambos –
- Ustedes son lo mejor que tenemos ambos – susurré –
- ¿Vas a trabajar? – preguntó Paolo y negué, luego me abrazó y lloré –

Me sentía tan sola, tan quebrada, han sido 20 años juntos, primera vez que se va de casa, primera vez que me grita tan fuerte, que me besa torpemente, que pide algo tan sencillo como hacer el amor y yo no querer, primera vez que me sube la mano, primera vez que me da tanto miedo sus ojos oscurecidos por la rabia, no puedo, solo no puedo, me siento mal, abandonada, sola, me siento tan culpable de engañarlo, de mentirle, nunca antes lo había hecho y ahora le soy infiel y no sólo eso, si no que ahora no nos tenemos, él se fue, no sé a dónde.

- ¡Maldición Emiliano! – grité molesta –
- Calma mamá – me susurra Juan –
- Iré a dormir chicos, quiero estar sola – susurré y me levanté, haciendo que ellos se levantaran conmigo y les di un beso a cada uno para luego irme a aquella fría habitación –

Era sólo una habitación fría y con miles de recuerdos, ¿qué tan difícil era hablar? ¡Maldición! Volví a llorar mientras estaba sentada en la cama y volteé a la mesa de noche del lado de Emiliano y había una foto nuestra, hace 10 años en un viaje, nos veíamos tan felices, la agarré y me acosté con ella en mi pecho.


-Mamá – susurraban y me desperté lentamente –
- ¿Qué hora es? – pregunté aturdida, no sé en qué momento me quedé dormida –
- Mamá son las 6 de la tarde, estamos preocupados Juan y yo porque no has comido nada – dijo Paolo con rostro preocupado –
- ¿Pedimos pizza? – Paolo sonrió de lado y asintió –
- Voy a llamar para pedirla – asentí y me dio un beso en la frente para luego salir de la habitación –

Sólo una persona podría saber de Emiliano y ese es Josh, claro quién más que su mejor amigo, agarré mi celular, vi el porcentaje y tenía oportunidad de llamarlo, así que lo busqué en mi agenda telefónica y le di para llamar al encontrar su número, al tercer timbre contestó.

Llamada entrante
Carlota: ¿Josh no has hablado con Emiliano? – pregunté preocupada –
Josh: Desde aquella noche no hemos hablado ¿sucede algo? – me tape la boca con una mano para no sollozar y que él se diera cuenta –
Carlota: Se ha ido de casa – dije unos segundos después con un nudo en la garganta –
Josh: ¡Mierda! ¿Cuándo? – preguntó asombrado –
Carlota: Hoy me desperté y tenía una nota en la barra donde me decía que se iba, pero no decía dónde
Josh: Seguro esta donde Miranda, calma Carlota, si se fue es porque necesita algunos días a solas ¿pasó algo cómo para qué se fuera? – me quedé en silencio y una lágrima corrió por mi mejilla –
Carlota: Solamente peleamos muy fuerte – respondí intranquila –
Josh: Todo va a estar bien ¿vale? Cualquier cosa si sé algo te aviso comadre
Carlota: Gracias Josh, eres un gran amigo – se reía y me calmó un poco –
Josh: Emiliano es mi hermano y lo amo como tal y a ti te agradezco por amarlo tanto – no supe como contestarle precisamente a Josh –
Carlota: Si sabes algo llámame,  gracias Josh, hasta luego – oí su despedida y colgué –
Llamada finalizada

-¡Mamá listo! – alcé la mirada y vi a Juan Carlos en la puerta, sonreí y me levanté –
- Vamos mi amor – le dije tranquilamente –

Al salir de la habitación me di cuenta que seguía en pijama, me asombra tantas horas dormidas, todo ha sido tan rápido, tan volátil, tan fugaz, como es que un día todo es perfecto y luego todo se va a la mierda, voy camino a la barra de la cocina con mi pequeño quién me abraza fuertemente y Paolo nos recibe con ese olor peculiar a pizza que me encanta y suspiré para luego escucharlos reírse.

Pasamos todo ese rato hablando y riendo y por un momento tuve la ilusión de que Emiliano volvería pero no fue así, después de comer, vimos una película y me fui al cuarto, al ver el reloj era las 9:10 de la noche, me acosté y los recuerdos me volvieron a atormentar haciendo que volviera a llorar, pienso que en algún momento me voy a quedar sin lágrimas de seguir así.

Cuando estaba apunto de quedarme dormida, el celular empezó a sonar y sonar, miré la pantalla y definitivamente no quería responder, creí por un segundo que sería Emiliano pero no era así. Dos llamadas pérdidas y pensé que no volvería a intentarlo, cuando volvió a sonar el móvil, un tono, dos tonos y suspiré pesadamente al tercer tono contesté.

Llamada entrante

Carlota: ¿Si? – digo seca –
Fernanda: Soy Fernanda – me quedé en silencio un segundo y suspiré –
Carlota: Hola Fernanda – susurré –
Fernanda: Josh me contó que Emiliano se fue de casa ¿Cómo te sientes? – cerré los ojos fuertemente y me obligué a no llorar -
Carlota: Mal, no puedo creer que lo haya hecho – respondí con voz entrecortada –
Fernanda: No sé que decirte, pero ¿qué sucedió? – preguntó aturdida -
Carlota: Tuvimos un problema y no quiero hablar de eso ahora – no quería sonar que estaba a la defensiva pero me salió así –
Fernanda: Lo siento – susurró –
Carlota: No te disculpes cariño – dije pausadamente –
Fernanda: ¿Puedo hacer algo por ti? – me quedé en silencio un segundo, sólo quería una cosa –
Carlota: ¿Podemos vernos mañana en tu departamento? – pregunté en un susurro –
Fernanda: Claro que sí cariño – dijo y me sentí tan en paz, su sola voz me causaba paz –
Carlota: Hasta mañana corazón – susurré –
Fernanda: Hasta mañana – dijo y colgó –
Llamada finalizada

Miré por segundos mi celular y me di cuenta que la pantalla se apagó unos segundos después, bloquee el móvil y lo puse en la mesita de noche, donde vi aquella foto de Emiliano y yo y suspiré pesadamente, me volví a acostar y cerré los ojos fuertemente, simplemente no quería saber más nada del mundo por hoy, había sido demasiado, en cuestión de segundos me quedé profundamente dormida.

Traición Où les histoires vivent. Découvrez maintenant