LX. Negociar contigo

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Carlota

Flashback

-¿Carlota? – alcé la mirada y vi aquel cabello castaño asomarse por mi oficina –
- Adelante – dije suavemente para seguir en unos casos que llevo pendiente –
- ¿Ocupada? – asentí – vine para invitarte un trago – volví a mirar a Sophie y negué –
- Le dije que no a mi pareja porque debo trabajar y te digo que no a ti por ambas razones – respondo –
- Anda vamos, una última conversación, nos lo merecemos ¿no crees? – mi semblante era serio –
- ¡No! Una conversación la pudimos tener hace 22 años cuando me dejaste en esa cama de hotel con aquella nota – vomité cada palabra que me quebrada por dentro y Sophie bajó la mirada –

Insistió un par de veces hasta que lo logró, como todo en su vida siempre lo logra, creo que eso era lo que me gustaba de ella y odiaba de mí, que un par de palabras y yo ya estaba allí para ella, Carlota del Carmen, que aceptaras este caso no significaba incluir tragos. Estamos en un bar muy bonito y concurrido, el ambiente es tranquilo y el chico de la barra nos trajo dos cervezas.

-¿No estas en planes de divorcios? – preguntó suavemente Sophie y asentí mientras tomaba de mi cerveza – ¿Y quién es tu pareja entonces?
- Fernanda Pollet – respondí con orgullo y sonriendo –
- ¡Oh Dios! Te brillan los ojos – dijo sorprendida y bajé la mirada sonrojada – que suertuda es – la miré y sonrío de lado –
- Suertuda yo que la tengo – le susurré y ella asintió –
- Perdóname el daño que te hice hace 22 años Carlota – agarró mi mano y respiré profundo –
- Te perdono Sophie creo que lo único que necesitaba era eso, esas palabras, porqué sí, sufrí mucho, pero luego de casarme y tener mis dos hijos, supe que todo dolor antes de ellos no valía tanto para llevar esa cruz conmigo, luego supe que estaba enamorada de Fernanda y allí entendí el verdadero amor, estás perdonada Sophie – ambas sonreímos y empezamos a hablar de trivialidades –

Cuando de repente todo se torna tenso y Sophie se acerca a mí, yo estaba en shock, no podía hacer nada, ni quería parpadear y Valentina me salvó, me levanté agitada y tenía esa mirada seria que tanto temo de su gemela, sabía que estaba metida en graves problemas y lo peor es que yo no había hecho nada, mi error es haberle aceptado un trago a Sophie

Fin flashback

Han pasado dos semanas y no sabemos nada de Fernanda, es como si la tierra se la tragó esa noche, no he dormido bien desde que no está, ninguno ha pegado un ojo para ser franca, hace dos noches fue el cumpleaños de Josh y no, no se hizo nada, Adrián le contó que le tenían una sorpresa pero será ya cuando vuelva Fernanda. Emiliano apareció esa noche, abrazó a Josh y ofreció ayuda para buscar a Fer, pero al menos yo no me lo creí, actualmente no sé que tipo de hombre es Emiliano pero lo que sí sé es que no confío en él, aún siendo el padre de mis hijos.

En cuanto a mis hijos, Juan Carlos anda extraño, sumamente extraño, Paolo no se despega de Adrián y lo agradezco muchísimo, es ahora que más lo necesita, en cuanto a los hijos de Fernanda, bueno Adrián está destrozado con la desaparición de su madre, Sara no para de llorar y pedir por ella. En cuanto a Valentina no para de buscar por cada rincón, junto con la policía, le he repetido que no es su culpa al igual que lo hace Irina pero no quiere entender, se culpabiliza por haberla dejado irse sola. Y Josh la verdad es un príncipe, no ha dejado de estar buscándola, estar pendiente de todos nosotros y seguir de pie.

-Fernanda ¿dónde estás? – susurré con los ojos cristalizados –
- ¿Puedo pasar? – alcé la mirada hacia la puerta y asentí para mirar al ventanal y poder buscar la calma que necesito –
- Mi hermana me contó lo de tu novia, lo siento mucho – tense la mandíbula o lloraría –
- Gracias – susurré y todo quedó en silencio –
- ¿Necesitas algo? Lo que sea – preguntó Sophie preocupada –
- Necesito que mi mujer aparezca, eso necesito – respondo apunto de quebrarme y la oí suspirar –
- Si necesitas algo, solamente llámame Carlota y también quería preguntarte de mi caso – volteé a verla y asentí –
- Estamos en las últimas ¿segura no lo quieres preso Sophie? – ella negaba –
- Yo sólo lo quiero fuera de mi vida y lejos de mí, sólo pido eso – suspiré y negué –
- Piénsalo Sophie así como te hizo daño se lo hará a otras mujeres – le dije para que tomará conciencia pero es muy testaruda –
- No Carlota, déjalo así, sólo quiero el divorcio y lo que me toca por ley, nada más – me molesta que sea así de testaruda pero no puedo hacer más –
- Vale, así va a ser, unos días máximo, ya serás libre – Sophie sonreía mientras asentía emocionada y sonreí por aquellos ojos brillando felices por su pronta libertad –

No entiendo como hay mujeres que se dejan humillar y cuando ya no ven regreso, es que deciden liberarse, un primer golpe es prueba de que el futuro no será nada bueno, un primer grito, un primer insulto, me recordé cuando disculpe a Emiliano y sentí asco por mí como mujer, nunca debí disculparlo y menos que volviese a casa, mi hijo tenía tanta razón, y miré entre mis recuerdos a mi madre queriendo protegerse de aquel desgraciado que eligió como mi padre. Agradezco tanto que ella haya elegido su bienestar y no la de mi hermano y mía, que sí, amábamos a papá, pero más amábamos que mi madre siguiera viva para nosotros.

Salí de la oficina luego de un rato que se fue Sophie y llamé a Valentina, quién me avisó que tenía algo urgente que decirme, me asusté mucho y salí corriendo a casa de Fernanda, cuando llegué todo estaba vuelto un caos, no entendía nada, los chicos estaban juntos, Valentina caminaba de un lado a otro con el capitán, Josh estaba aturdido y me acerqué a Irina.

-¡Hey! ¿Qué sucede? – nos abrazamos y me miró triste –
- Puede que ya sepan quién tiene a Fernanda – la miré sorprendida y le hice seña de que prosiga – no puede salir de esta casa, ni Paolo sabe, pero puede que sea Emiliano – me quedé paralizada –
- ¿Por qué lo piensan? – pregunté aturdida –
- Por unas notas que le enviaron unos días antes y con la inicial de D.S – me quedé pensativa –
- De Sousa – susurré, esas dos letras la usaba para anónimo cuando me estaba conquistando – No puede ser – me senté en el suelo y sentí un mareo –

Tenia las manos sudando, la mente quería explotar, la mirada nublada, estaba que no podía más, me quise levantar y las piernas me fallaban, me empezaba a desvanecer y poco a poco todo se volvió oscuro, me desmayé.

Desperté lentamente y desorientada, cuando abrí los ojos por completo me senté de golpe y un dolor de cabeza me volvió a acostar, sentí unas manos y miré de quién era, me decepcione al ver que no era de mi amor, era Valentina quién estaba a mi lado y tenía preocupación en su rostro. Hablamos un rato, le dije que estaba mejor, sólo fue la impresión de la noticia, me explicó que sólo es una suposición, ya que Josh les explicó que la única persona que conoce que use esas letras es Emiliano y es normalmente cuando no quiere ser conocido, más no es nada oficial.

-¡Debo irme! – le dije a Valentina quién me miró insegura –
- No estás bien Car, no puedes irte así  - dijo preocupada –
- Sí, estoy bien, debo irme – agarré mis cosas y salí de la casa –
- ¡Hey! – volteé y vi a Josh acercándose – rubia no hagas lo que pienso – lo miré unos segundos y negué –
- Debo hacerlo Josh, si tengo que arriesgarme por el amor de mi vida, lo haré – agarré sus mejillas – si sale como creo, cuídame a Fernanda y dile que la amo demasiado pero no le des razones – Josh negaba – mírame – Josh alzó la mirada y nuestras miradas se conectaron –
- No lo hagas Carlota, la vamos a encontrar – susurró y negué –
- Adrián y Sara no quieren un segundo más sin su mamá, y yo no me permitiré un segundo más sin que aparezca, si la tiene él voy a hacer que la suelte – Josh me abrazo fuerte –
- Rubia eres la mejor mujer de todas, mi Fernanda no pudo elegir mejor – negué y un nudo se me formó en la garganta – te admiro por amar tanto y sé que cuando acabe todo esto, ustedes van a ser muy felices – sonreí de lado y le dejé un beso en la mejilla –

Caminé hasta mi coche y me subí, le dejé un mensaje a Emiliano y arranqué a la casa, era hora de afrontar esta situación, de hablar y dejarlo todo porque ella éste bien y con su familia, ¡Maldito Emiliano! Unos minutos después llegué a casa y todo estaba en silencio, me fui a echar una ducha y me coloqué un vestido de casa, estaba descalza, me gustaba estar así en casa, una hora después llegó Emiliano, fui a abrirle y estaba sorprendido de que si le escribiese, lo dejé entrar y era el momento.

-¿Qué quieres Carlota? – preguntó seco –
- Negociar contigo – me miró curioso – sé que tienes a Fernanda – me miró sorprendido y luego se echó a reír –
- Inteligente mi querida esposa ¿qué quieres negociar? – su voz de malicia me producía asco –
- Suéltala y pídeme lo que quieras – su asquerosa sonrisa aumentaba –
- ¿Y si quiero que vuelvas conmigo y seas mi sumisa? – tragué saliva y mi respiración se volvía agitada –
- Lo seré, sólo cuando sepa que ya está suelta – me miró serio y aceptó para volver a irse –

Me sentía derrotada, asqueada, con ganas de llorar y así hice, al volver a estar sola en ese departamento, lloré incesantemente, estaba cansada, sólo quería saber que ella estaba bien y con sus hijos, por mi culpa ellos están sin ella, no es justo, me acosté en el sofá y no me di cuenta cuando me quedé dormida.

Traición Where stories live. Discover now