LXI. Mis padres regresaron

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Fernanda

Flashback

- Así qué por eso no querías que nos viéramos, si ibas a salir con tu gran amor – dije con una sonrisa irónica –
- ¡No! Yo estaba trabajando, pero llegó a mi oficina y después de una hora convenciéndome, acepté – dijo Carlota preocupada – amor te juro que no es como piensas – se acercó Carlota y me di la vuelta para irme –

Salí muy molesta de aquel lugar, no podía creer que con ella si saliera y no conmigo, que se supone que me ama, no entiendo porqué y de paso no me dijo, yo sé somos adultas pero venga que yo debía al menos prevenirme, bufé y me crucé de brazos cuando siento un golpe por la espalda y todo se vuelve negro.

Fin flashback

-¡Por fin comes! – dijo un hombre que aún no reconozco –
- ¿Quién eres y cuánto tiempo llevamos aquí? – pregunté aturdida y con las manos atadas a la cama –
- Dos semanas en los cual has comido apenas tres veces, no puedes estar así – lo miré aterrada –
- ¿Por qué a mí? – pregunté asustada –
- No lo sé, pero hay cosas que no se perdonan – respondió para finalizar la conversación e irse –

Después de pensar tanto, me acordé de aquellas notas que me mandaron varias veces, me preocupaba Carlota, mis hijos, mi hermana, Josh, todos, no sé hasta cuándo estaría aquí, me dolía todo, sé que eran dos hombres porque uno hablaba conmigo y se preocupaba por mi sobrevivencia, mientras que el otro aparecía sólo para golpearme y no hablaba. Después de golpearme se iba y no decía nada, para luego llegar el otro hombre, curar mis heridas e intentar darme de comer. Para mí parece una eternidad esto y apenas van dos semanas.

-Dios sálvame – susurré y la puerta se abrió de golpe, me asusté mucho –

El hombre que nunca habla, me agarró con fuerza, después de desatarme y me saco a lo que parecía una sala, me puso una bufanda en los ojos, me subieron a algo, supongo que un coche y oí dos puertas abrirse y cerrarse. Después de prender el coche, sentí la necesidad de llorar y rezar, no sabía que sería de mí y que estaría pasando con mi familia, me dolía en el alma si me matan y no poder estar con mis hijos. No sé cuánto tiempo pasó, pero el coche se detuvo y mi corazón latía desbocado, tenía terror. Oí las puertas abrirse, cerrarse, y abrirse otra vez, me sacaron de golpe y me sentaron en algún lugar.

-No te muevas de aquí y disculpa los golpes de mi amigo, vas a estar bien – dijo aquel hombre que me cuidó todos estos días y asentí – haz las cosas bien y sé feliz – me susurró y se fue –

El tiempo pasaba y estaba temblando de nervios, cuando sentí unas manos y la bufanda caer por mi rostro, cerré los ojos fuertemente y sentí un abrazo que me hizo reaccionar, abrí los ojos y reconocía ese perfume, tenía a mi gemela frente a mí, por Dios estaba libre, era libre, empecé a llorar fuertemente, era libre, gracias a Dios era libre.

-Tranquila hermanita estas con nosotros ya – me acunaba Valentina en sus brazos –
- ¡Mamá! – gritaron mis hijos corriendo hacia mí y sonreí de solo verlos –
- Estoy aquí mis amores – les susurré mientras los abrazaba y lloraban –
- Mamá mira como te dejaron – dijo Adrián y sus ojos estaban llenos de rabia –
- Estoy bien, ya pasó mi amor – los volví a abrazar y darle besos en la sien a ambos –
- ¡Fernanda! – me abrazó Josh y sonreí, estaba viva definitivamente –
- Y ¿Carlota? – todos se tensaron y nadie me veía a la cara - ¿qué pasa? – Josh carraspeo y me miró a la cara –
- Ella no pudo venir pero estamos tu familia, ella va a estar feliz de saber que estás bien – me dio un beso en la frente y algo me decía que algo estaba mal –

Nos subimos a la camioneta de Valentina y fuimos a casa, cuando llegué todos me abrazaron, mis padres, Irina, Paolo, Alberto, le pregunté a Paolo por Carlota pero no me respondió, Adrián se lo llevó y no entendía nada. Subí a mi habitación, me encerré y me fui a echar una ducha, cuando estaba en la tina lloré, fueron días horribles, días que jamás podré olvidar, me abracé a mis piernas y la cabeza la apoyé en las rodillas mientras las lágrimas salían como agua, la puerta se abrió pero no quise ver quién era, cuando sentí que alguien se metió a la tina conmigo y me asusté, me di la vuelta y pude ver otra vez ese mar azul que lleva en sus ojos.

Traición Where stories live. Discover now