LIX. Vuelve Fernanda, mi amor

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Valentina

-¿Lista? – le pregunté a Fernanda y asintió sonriente – debo admitir que eres la gemela más guapa de todas – se ríe y niega –
- Exagerada – me hice la ofendida con la mano en el pecho y nos reímos –
- Con razón Carlota babea por ti, mírate – agarré su mano y la alcé para darle una vuelta – eres perfecta – Fernanda se reía –

La muy humilde llevaba unos vaqueros azules, con rasgos en el muslo de modo horizontales, una blusa de tirante blanca con escote uve, tacones de agujas a juego con los vaqueros, un maquillaje suave que hacía resaltar el café de sus ojos, una chamarra negra y una trenza de lado en el cabello, y se hace la humilde cuando le digo que es hermosa.

Nos despedimos de los chicos, le di un beso a Irina quién se quedaba hoy en la casa de Fernanda, supuestamente para seguir arreglando todo de la fiesta de cumpleaños de Josh, pero yo necesitaba salir con mi gemela y eso hicimos, nos montamos en mi camioneta nueva y fuimos a algún bar.

-¿Y Carlota? – volteó a mirarme –
- Con mucho trabajo – respondió suavemente –
- ¿No la has visto? – negó y respondió –
- No, no ha podido escaparse de unos casos importantes que lleva – respondió mi hermana despreocupada o eso quiero pensar yo –
- Y ¿tú estás bien? – la oí suspirar y pego la cabeza a la ventana del copiloto –
- Estoy bien, aunque admito que quisiera estar con ella, pero desde que apareció la tal Sophie, no sé, la noto distante – me respondió con una voz triste y me preocupé –
- ¿Sophie? – pregunté pérdida –
- Su primer amor y ex algo así es, pero de que es su primer amor lo es – dijo triste y suspiré –
- ¡Llegamos! – grité y Fernanda se reía –

Bajamos del coche y entramos sin mucho problema, conocía al de seguridad, amigo de infancia, un saludo y entramos sin lío, al llegar a la barra pedimos dos cervezas y miramos el panorama encontrándonos con los chicos, Antonio, Marcos, Adriana y Mauro, grandes amigos nuestros de siempre, Mauro es mi mejor amigo, y Adriana la mejor amiga de mi hermana, ambos están juntos, Antonio está casado con una alemana y Marcos, es divorciado pero papá de dos niñas.

-¡Pero si son las gemelas más bellas! – nos reímos ambas –
- ¡Pero si es el más zalamero de todos! Mi querido Mauro – lo abracé fuerte mientras Fernanda saludaba a Adriana –
- ¿Tequila? – le señalamos las cervezas pero, sin embargo, fue por cervezas y tequilas –
- ¡La noche es joven y apenas comienza! – gritó Adriana apenas llegaron las bebidas y todos reímos mientras chocamos nuestras bebidas –

Es cierto la noche era joven y apenas comenzaba. Cuando se hizo las 2 de la madrugada, ya ninguno tenía conciencia de lo que hacía, yo bailaba con Antonio, Mauro con Fernanda y Marcos con Adriana, habían colocado Salsa, en eso somos buenísimos. Cuando Antonio me da la vuelta miro una cabellera rubia que se me hizo conocida pero decidí ignorarla. Luego de una hora bailando decidimos sentarnos y fue cuando la vi mejor, estaba con una mujer de nuestra edad y cabello como castaño, miré a Fernanda quién estaba sumergida en una conversación con Adriana y le hice una seña a Mauro para que las entretuviera mientras me iba unos minutos, a lo cual aceptó.

Caminé hasta donde estaba la rubia y está le tenía agarrada la mano a aquella mujer, me quedé petrificada cuando aquella mujer se le acercó peligrosamente y la rubia no movía ni un dedo, tragué saliva y me acerqué evitando aquel contacto que le partiría el alma a mi hermana, no podía dejar que sucediera.

-Carlota… - susurré fría y volteó su mirada, era de sorpresa y su respiración se volvía agitada –
- ¡Mierda! Valentina ¿qué haces aquí? – preguntó asustada –
- Aquí chica comprando verduras – respondí sarcástica y Carlota se quedó callada - ¿Por qué lo haces? Tanto te costó estar con mi hermana y ¿la vas a cagar así Carlota? – pregunté molesta –
- ¡No hice nada! – la miré sorprendida - ¡Gracias por acercarte! – se lanzó a abrazarme pero la alejé de golpe –
- Te pido que no le hagas daño a mi hermana – le dije tajante –
- ¿Cómo hacerme daño? – volteamos ambas al escuchar aquella voz y tragué saliva para luego mirar a Carlota quién estaba como un papel de pálida –
- Fernanda – susurré y aquella mujer nos sacó de aquel momento –
- Cariño, me tengo que ir, fue un gusto verte y gracias por aceptar mi caso – le dio un beso de media luna a Carlota y miré de reojo a mi hermana quién estaba tensa –
- Lo hago por tu hermana y porque odio el maltrato – dijo seria Carlota –
- De igual modo gracias rubia – dijo coqueta y paso por nuestro lado con una sonrisa falsa –
- ¡Nos vamos! – le dije a Fernanda a quién la vi con los ojos cristalizados y cruzada de brazos –
- Así que por eso no querías que nos viéramos, si ibas a salir con tu gran amor – dijo mi hermana con una sonrisa irónica –
- ¡No! Yo estaba trabajando, pero llegó a mi oficina y después de una hora convenciéndome, acepté – dijo Carlota preocupada – amor te juro que no es como piensas – se acercó Carlota y Fernanda se dio la vuelta para irse –
- ¡Déjala! – agarré de la muñeca a Carlota y la senté conmigo – se le pasará la rabia, sólo déjala sola y que drene su dolor – le dije suavemente a Carlota quién tenía la mirada baja –
- Yo no hice nada, lo juro, yo acepté venir por una última conversación, perdonar mi pasado, nada más eso, era justo – alzó la mirada y me partió el alma ver aquella mirada triste –

Duré un rato hablando con Carlota, hasta que se acercó Adriana para avisarnos que se iban, pregunté por Fernanda y me dijeron que no sabían nada de ella desde que salió echa una furia, a todos les dio miedo acercarse a ella así, miré a Carlota y me preocupé, las llaves del coche las tengo yo, llamé a Fernanda pero no contestaba, llamé a Adrián quién me dijo que no había llegado, miré a Carlota y pude notar que estaba preocupada y su respiración agitada, salimos hasta la camioneta y miramos por todas partes a ver si la veíamos pero nada, no pudo perderse así como si nada, respiré profundamente y quise calmarme ya que Carlota se puso histérica, llamamos a Josh quién avisó que llegaría en 10 minutos.

Antonio y Marcos decidieron buscarla en el coche de Marcos, Mauro y Adriana en el de ellos. Cuando llegó Josh, Carlota y yo nos fuimos en el mío, mientras Josh iba en el de él, Carlota llamaba cada cinco minutos a Josh, quién no sabía nada de su paradero y luego llamaba a Mauro y a Antonio quienes tampoco veían nada.

-Tengo miedo Valentina – entrelace nuestras manos para darle confort –
- Tranquila, ella va a estar bien rubia – Carlota suspiraba, pero algo dentro de mí me decía que nada estaba bien –

Dos horas después todos llegamos a casa de Fernanda, dónde nos dimos cuenta que nadie sabía nada, Carlota empezaba a tener una crisis y Josh estaba en shock, Adriana lloraba y Mauro la abrazaba, salieron los chicos asustados al escuchar los gritos de Carlota quién yo mantenía abrazada para que se calmará, y decidimos decirles la verdad a los chicos, Irina abrazaba a Sara quién lloraba incesante y Adrián estaba sentado en la acera sin asimilar todo lo que le decíamos.

-Mi mamá está bien ¿verdad papá? – preguntó Adrián como si fuera un niño pequeño y Josh me miró mientras se le cristalizan los ojos –
- Sí hijo, tu mami está bien, ella va a regresar – dijo Josh con la voz entrecortada –
- Vuelve Fernanda, mi amor – susurraba Carlota con temor – vuelve para casarnos – decía mientras miraba al cielo, con fe de alguna pequeña respuesta pero nada –

Abracé a Irina quién se acercó a mí y me invadieron las ganas de llorar, ella fue conmigo a aquel bar y la dejé sola, la dejé sola cuando más me necesitaba, ahora no sabemos donde está y yo quiero morirme, si le pasa algo no sé que haría yo, mi hermana tiene que estar bien.

-Ella tiene que aparecer bien – susurré con la voz quebrada –
- Ella va a venir sana y salva mi amor – me susurró Irina abrazadas –
- Dios que sea así – respondí con muchas ganas de llorar pero debía ser fuerte por mis sobrinos, por Josh, por Carlota, por ella, por mí, por todos –

Traición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora