Traición

XXIX. ¿Gemelas?

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Valentina

Hace un mes que volví a mi país y todavía no tengo la valentía de visitar a mis padres, hace 20 años me dolió su rechazo y no quiero volver a pasar por ello, me costó muchos años de terapia aceptarme y aceptar que mis padres son unos homofóbicos que jamás me querrán como su hija por mi orientación.

Logré conseguir el número de teléfono de mi gemela, me siento tan feliz que haya logrado sus sueños, incluso casarse con Josh, no lo conocí en persona pero el tiempo que estuve en este país, notaba muy feliz a mi hermana estando a su lado, aunque me da curiosidad que a esta actualidad cuando nos vimos me lo resumió sí, pero el brillo en sus ojos fue hasta hablar de sus hijos y su carrera pero al nombrar a Josh no sucedió igual, quiero saber que pasa con mi hermana en su vida.

Estoy apresurada recogiendo todo mi desastre porque Carlota no debe tardar en tocar la puerta, ya que anoche quedamos en que vendría a mi departamento, sonreí como tonta al pensar en ella, no sé quién es, pero me cautivan tanto sus ojos azules, sé que es casada, bueno lo adiviné ayer pero es una mujer tan hermosa, se viste tan hermoso, es realmente perfecta, salí de mis pensamientos cuando escuché el timbre y sonreí.

Me miré al espejo un segundo y estaba bien, llevaba una licra negra, un top negro y agradecí internamente tener un abdomen plano, unos tenis negros, me hice una trenza de lado, me sentí excelente y volví cuando escuché de nuevo el timbre.

-¡Voy! – grité para acercarme a la puerta y abrirla, tragué saliva al verla sonriente y con ese short azul, la blusa de tirante que moldeaba muy bien su torso y con el cabello suelto, es la rubia más hermosa que he visto y eso que vengo de Rusia –
- ¡Hola! – saludó sonriente y le di permiso para que entrará –
- Bienvenida – le dije amablemente y pude admirarla mientras ella admiraba mi departamento –
- Es hermoso tu departamento – se volteó y sonreí –
- ¡Gracias! – le exclame y caminé hasta la cocina –
- Traje todo tipo de pan, ya que no se cuál te gusta – nos reímos y la vi apoyarse de la barra –
- Gracias, me gusta todo tipo de pan y más de aquí – asintió y sonreímos – ¿cómo te gusta el café? – le pregunté y se quedó pensativa por unos segundos –
- Negro con dos de azúcar, esta bien – asentí y me puse a prepararle el café –
- ¿Cómo ha ido tu mañana? – le pregunté mientras preparaba el café y la escuché bufar –
- Bien, varios regalos de cumpleaños y – me volteé de golpe y me miró confundida – ¿sucede algo? – preguntó preocupada –
- ¿Cumples años hoy? – pregunté sin creérmelo –
- Sí – se reía y yo estaba apenada –
- Dios, nota mental regalarte algo hoy – negó mientras se reía –
- El café me parece excelente regalo – negué, pero no le insistí –

Hablamos variedades de cosas, hasta que el café estuvo listo y desayunamos prácticamente, nos reíamos de todo, supe que es abogada, que lleva 20 años con su marido, tiene dos hijos, Paolo y Juan Carlos, es perfecta, sabe variedades de temas, ha conocido variedades de países y yo ando embelesada por esta rubia preciosa, hablamos muchos temas hasta que mi hermana me llamó interrumpiendo la conversación, me llamó para recordarme el cumpleaños de su comadre que sería una sorpresa y bueno le dije que allí estaría así conocía a mis sobrinos, le dejaré un regalo a Carlota antes de irme será.

- Bueno, debo irme – dijo Carlota mirando el reloj en su muñeca – ya es mediodía, como pasaron las horas tan rápido –
- Hablando contigo la hora pasa rápido al parecer – la oí reírse y declaré su risa mi favorita –
- Gracias por el halago – la acompañé hasta la puerta y le abrí – espero verte otro día – asentí sonriente –
- Para mí es un honor Carlota – dije apoyada de la puerta y ella sonreía – nos vemos luego – me despedí y sentí un beso en la mejilla que me hizo suspirar –
- Hasta luego Valentina – dijo y se volteó para caminar hasta su departamento –