XLVII. Me quiero morir

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Carlota

Han pasado dos meses desde que hablé con Josh y claramente dos meses desde la última vez que vi a Fernanda, la llamé un par de veces luego de lo sucedido pero jamás me respondió, decidí darle su espacio era lo mejor para ambas.

-¿Puedo pasar? – la miré extrañada pero asentí – Laura no estaba así que decidí seguir a tu oficina – asentí lentamente, odio su parecido con Fernanda porque me recuerda a ella –
- ¿Cómo estás Valentina? – pregunté luego de verla sentarse –
- Mejor que tú si es seguro – sonreí de lado y suspiré entristecida -
- ¿Qué te trae por aquí? – pregunté curiosa – ¿café? – pregunté al levantarme e ir a la cafetera –
- Sí, por favor – asentí y seguí preparando ambos cafés – tengo dos meses sin verte aún siendo mi vecina y he querido saber ¿cómo te encuentras? – le doy el café y camino hasta mi sillón – Gracias – sonreí amablemente –
- Pérdida – respondí sin ánimos – lo único que hago es trabajar y trabajar para no pensar en ella y su distancia, que claro es mi culpa – mire al café y Valentina acercó su mano hasta mi mano derecha –
- Ella no se la ha pasado muy bien últimamente – susurró y la miré con los ojos cristalizados –
- Créeme que yo tampoco – me levanté y caminé hasta el ventanal –

No escuché más a Valentina, pero me sobresaltó sus manos en mis caderas, me volteé y me abrazó fuerte, en dos meses había llorado mares pero ahorita es cuando siento que no puedo más, me rindo, no puedo esperar más porque Fernanda se decida, no quiero seguir esperando, me duele su distancia y no puedo alejarme más de mis hijos, Emiliano claramente se da cuenta que no lo quiero y lo mejor es que termine con él lo más pronto posible, que nos separemos. Estaba pérdida entre los brazos de Valentina y mis pensamientos que no oí la puerta hasta que escuchamos un carraspeo, viendo a Emiliano cruzado de brazos en la puerta y Valentina sonreía amablemente mientras yo limpiaba mis lágrimas.

-¿Qué deseas Em? – pregunté con la voz entrecortada y carraspee para mejorarla –
- Hoy reunión en casa de Josh – responde sonriente y miré a Valentina confundida –
- ¿Cómo así? – preguntó Valentina – disculpen – Emiliano sonreía –
- Tengo dos meses sin saber de mi hermano, así que lo llamé para vernos y aceptó una cena en su casa – tragué saliva y Valentina agarró mi mano fuerte –
- Vale allí estaremos ¿quieres venir? – le pregunté a Valentina con la mirada suplicante –
- Claro que sí, voy a ir – sonreí y asentí pero a Emiliano no le pareció bien –
- Venga entonces me voy – Emiliano caminó hasta estar frente a mí e intentó darme un beso pero volteé la cara y me lo dio en la mejilla, sonreí y él se veía furioso –

Se fue de la oficina como alma que lleva el diablo y yo sentía que iba a colapsar, no podía mirar a los ojos a Josh, ni acercarme a ella, por Dios, esto no puede estar pasándome a mí, Valentina me abrazó y fue cuando me di cuenta que tenía la respiración agitada.

-Me quiero morir – susurré y Valentina me abrazó más fuerte –
- No digas eso, va a salir bien – dijo dándome ánimos y negué –
- Nada va a salir bien, tengo un mal presentimiento Valentina – la miré a los ojos y me volvió a abrazar –
- Veras que no – me respondió para quedarnos en silencio –

Una hora más tarde, después de calmarme y hablar un rato más, Valentina se fue prometiendo que iría a la cena y que todo iba a salir bien, como siempre, le sonreí de lado y me lanzó un beso antes de irse, me reí y seguí en mi trabajo, aunque no salía de mi mente aquella futura cena que me daba tanto pánico.

Paolo me llamó avisando que todos irían y yo le dije que me esperarán, hablamos un par de cosas más y colgamos, seguí trabajando, cuando me di cuenta eran las 8:10 de la noche, vi que Laura ya se había ido, así que seguí hasta el ascensor y bajé hasta el estacionamiento, para ir por mi coche y llegar a casa, al llegar al departamento me encontré a un Emiliano en cólera, fui rápido a ducharme y opté por unos vaqueros negros, una camisa de seda manga larga con botones, era de color blanca y por último tacones de agujas color negros, accesorios, agarré mi cartera negra y salí para encontrarme a todos listos, saludé a la novia de Juan y salimos del departamento para bajar al coche.

Una hora después ya estábamos llegando a casa de los Toy, tenía muchos nervios, demasiados para ser específica, llegamos junto con Valentina una casualidad muy grata, nos saludamos y caminamos hasta la puerta, Emiliano tocó y Josh nos abrió, no podía mirarlo a los ojos así que bajé la mirada, pero fue el mismo Josh quién me saludó y no pude evitar sentirme mal, era maravilloso y le hice daño, entramos a casa precisamente cuando Fernanda iba bajando con un vestido negro tipo cóctel, manga larga, era precioso, suspiré idiotizada pero ella jamás me miró, sólo miraba a Josh y bajé la mirada, era obvio que iba a salir corriendo, iba a ser una noche larga.

Traición Where stories live. Discover now