50

372 60 65
                                    

El primero en despertar fue Kihyun debido al dolor de cabeza y el dolor atrás de sus ojos. También su cuerpo estaba adolorido, Changkyun había dormido toda la noche sobre su cuerpo y seguía sin moverse. No quería despertarlo, aunque sus movimientos al querer acomodarse lograron que Chang abriera sus ojos, desorientado por lo que estaba pasando.

—¿Ki? —murmuró ronco, también la resaca le había afectado. Notó al instante que estaba sobre el cuerpo del castaño y habló, separándose con cuidado—. Perdón, me hubieras despertado o tirado de la cama. ¿Estás bien?

—Me duele todo —se quejó, frotándose el rostro con sus manos para despabilar. Luego se sentó y separó sus manos lentamente, mientras de su boca se escapaba un sonido de asombro.

—¿Ki? —preguntó confuso Changkyun, con miedo de que el castaño vomitara o algo de eso.

—¡Veo! —gritó, asustando al pelinegro, quien no supo como reaccionar ante lo escuchado—. ¡Chang!

—¡¿Qué?! —dijo en el mismo tono, agarrando las manos del contrario y viéndolo fijamente.

La sonrisa de Changkyun se fue borrando mientras veía a Kihyun echarse hacia atrás para largar todo el aire de sus pulmones de una risotada.

—¡¿Sos pelotudo?! —soltó sus manos y se le quedó mirando con enojo. Su corazón se había parado por un momento, no entendía cómo Kihyun podía bromear de esa forma.

—Perdón —dijo poniendo sus manos en el estómago, casi llorando de la risa y del dolor que tenía en aquella zona—. Ay...

—No te invito más

Se levantó de su cama y buscó su celular para ver la hora. Eran casi las diez, aunque la habitación parecía más oscura al tener las ventanas cerradas.

—Me voy a duchar rápido, no hagas ningún chiste malo mientras no estoy —le dedicó una mirada y se dispuso a buscar ropa por los cajones.

—Voy a intentar —sonrió, volviendo a acostarse mientras se tapaba con la sábana.

Changkyun agarró las prendas que iba a usar y se acercó a la cama para ponerse a la altura y besar la frente del mayor—. Ya vengo

—Te espero —respondió, con un ligero sonrojo en su rostro. El pelinegro sonrió y se separó para dirigirse al baño.

Casi que se quedaba dormido luego de un tiempo, pero un ruido lo mantuvo atento. Era como la pisada de unos tacos acercándose a la habitación, y no creía que Changkyun usara esos zapatos. Giró sobre el colchón para darle la espalda a la puerta y se quedó quieto, fingiendo estar dormido por las dudas. También se alegraba de haberse vestido en la madrugada antes de dormirse.
  La puerta se abrió, pero no hubo palabra alguna, fueron los segundos más eternos antes de escuchar la misma ser cerrada. No sabía por qué, pero se sentía nervioso.

Al rato la puerta volvió a abrirse, de una manera más apurada. Kihyun nuevamente se mantuvo quieto por las dudas.

—Ki —la voz de Chang sonó a su espalda, aliviando un poco la situación—. ¿Estás dormido?

—Estaba fingiendo, antes entró alguien —avisó mientras se sentaba en la cama.

—Era mi vieja, no sabía que venía hoy —se sentó a su lado y soltó un suspiro—. No es por echarte, pero...

—No pasa nada —sonrió el castaño—. ¿Me podrías acompañar hasta la plaza?

—Sí, obvio —respondió al instante.

No quería echar a Kihyun de esa forma, incluso mientras se duchaba pensaba en preparar el desayuno y tal vez el almuerzo si es que Ki aceptaba quedarse más tiempo, ahora sus planes habían sido arruinados por la inesperada llegada.

La puerta nuevamente fue abierta, ambos se mantuvieron en silencio y Changkyun observó a su madre asomarse.

—¿Se queda a comer? Así veo qué cocinar

—Ma —le reprochó, dedicándole una mirada de molestia. Ni siquiera saludó a Kihyun.

—¿Qué? —respondió la mujer, levantando sus hombros.

—Ya me iba, no se preocupe —habló el castaño, salvando la incómoda situación.

—No es molestia, total Changkyun siempre hace lo que quiere. Mira, ni levantaste los papeles del suelo ¿No te da vergüenza que tu amigo vea esto? —dijo señalando el suelo. Kihyun apretó sus labios para evitar reírse, mientras Chang se moría de vergüenza.

El pelinegro se levantó de la cama y casi empujando a su madre de los hombros salió de la habitación para hablar con algo de privacidad.

—¿Lo haces a propósito? Él es ciego —con el ceño fruncido, Changkyun intentaba no levantar la voz. La mujer abrió sus ojos sorprendida.

—¿Sos estúpido? ¿Por qué no me avisas?

—Es un poco obvio

—Me estaba viendo —dijo confundida.

—Se guía por el sonido, o algo así —explicó, soltando un suspiro—. Ni siquiera lo saludaste

—Como si fuera tan grave —chasqueó su lengua y dio media vuelta para alejarse—. Me voy a acostar, estoy cansada. Si quieren comer pidan algo

Changkyun mordió su labio y volvió a su habitación. Kihyun estaba atando sus zapatillas.

—Perdón —se disculpó, seguro era una situación bastante incómoda para Kihyun.

—Yo no quería decirte nada, pero si queda feo que no levantes los papeles —dijo señalando el suelo y con la justa casualidad que su dedo apuntó a donde estaba el desorden. Changkyun rió y se acercó para golpear la mano del mayor—. No te disculpes, mi padre es peor

—Igual, que vergüenza —Kihyun se levantó y abrió sus brazos para recibir al menor, quien no tardó en aferrarse al cuerpo ajeno—. ¿No te vas a quedar a comer?

—No quiero molestar más, aparte mi mamá ya estuvo llamando —murmuró, apoyando su cabeza en el hombro del menor—. La pase muy bien, otro día nos podemos ver

—¿Podes parar? —se quejó, acariciando su espalda. Kihyun rió y se separó unos centímetros.

—¿Me acompañas?

Changkyun asintió, pero antes de separarse juntó sus labios en un tranquilo beso. Iba a extrañar a Kihyun, pasar tanto tiempo juntos seguramente no era bueno, lo iba a extrañar demasiado.

el sonido de tu voz ¡! changkiOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz