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Pasaron casi el resto de la tarde comiendo el bizcochuelo y tomando dos tazas de café cada uno. Changkyun había puesto música de fondo para que el ambiente no estuviera en completo silencio, porque los relatos ya los aburrió. Ahora tenía que pensar en qué comer a la noche, seguramente tendría que ir a comprar.

—¿Tomas cerveza? —preguntó Chang, jugando nuevamente con los dedos del mayor.

—No tomo alcohol, me hace doler la cabeza. ¿Me querías emborrachar?

—Noo... —estiró la última vocal a modo de broma. Kihyun sonrió—. ¿Te gusta la pizza?

—¿A quién no?

—Creo que Minhyuk —entrelazó sus dedos y reposó su cabeza en el hombro ajeno, cerrando sus ojos—. Dijo que le asqueó, pero porque había tomado mucho vodka

—Ésta juventud que vive borracha, Dios mío —rió, ladeando su cabeza para apoyarla contra el menor.

Pero esa sonrisa que tenía se fue borrando, mejor dicho, sus pensamientos lograban borrarla. Pensaba en lo mucho que le gustaba Changkyun, en lo mucho que le gustaría estar junto a él, pero a su vez sentía que Chang necesitaba a alguien mejor, alguien que pudiera verlo, incluso sin ser tan superficial alguien que tenga un futuro, no quería ser una carga para él ni para nadie.

—¿Estás bien? —la voz del menor lo trajo a la realidad. Sonaba algo preocupado, entonces supuso que lo estaba viendo.

—Estoy bien, ¿por qué?

Changkyun lo miró unos segundos más, para luego estirarse y besar su mejilla. Kihyun sonrió leve y agachó su cabeza, una acción que oprimió el corazón del menor, porque ya conocía sus sonrisas falsas.

—Ki, ¿Qué pasa?

—Me gustas —soltó, sin moverse de su posición.

—¿En serio? —Changkyun sonrió ampliamente, levantando su mano para acariciar la mejilla del contrario. Aunque esa sonrisa, al igual que las caricias, se desvanecían al pasar los segundos—. ¿Pero?

—Pero... pero.... —murmuró, ladeando su cabeza pensativo—. Había un pero, no me acuerdo cuál era

—Entonces no lo hay

—Sí hay —soltó un suspiro y agarró la mano ajena para alejarla de su rostro—. Me gustas, aunque es muy confuso. Te hablo como si sintieras lo mismo, qué vergüenza

Changkyun se acercó a su cuerpo y cuando Kihyun levantó su cabeza por el repentino movimiento del menor, éste unió sus labios sin previo aviso como solía hacer. El castaño pareció resistirse un poco y cedió cuando sintió una lengua pasar por sus labios. Changkyun sostenía su rostro, mientras disfrutaba de los besos y suspiros que Kihyun le regalaba sobre su boca.

—Me gustas, Ki —murmuró sobre sus labios.

El nombrado mordió su propio labio y alejó al menor por los hombros. Changkyun se le quedó mirando, pensando que había hecho algo mal.

—¿Pero? —preguntó Kihyun.

—No hay pero. En serio me gustas —volvió a admitir. Pensó en volver a acariciarlo, pero se detuvo a medio camino al pensar que era demasiado el contacto que le estaba dando, seguramente Kihyun se sentía abrumado y por eso lo había alejado.

Ambos se quedaron en un silencio algo incómodo, no se iban a engañar. Changkyun analizaba la situación, pensando qué palabras podría decir después de una confesión que obviamente fue mutua. ¿Debería preguntarle para salir? Aunque no se sentía muy listo para una relación.
  Kihyun pensaba lo mismo, por eso no se animaba a hablar. Con la diferencia de que él sí quería estar en una relación, solo que tenía miedo, porque las palabras de su padre todavía le perseguían. No quería arruinar su futuro. ¿Y si Changkyun lo había dicho por lástima?

el sonido de tu voz ¡! changkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora