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No sabía la hora y casi que ni quería saberla, solo quería seguir sintiendo a Kihyun abrazado a su cuerpo, respirando tranquilamente. Al tenerlo tan cerca por tanto tiempo podía sentir ese perfume que tanto le había gustado y esperaba a que se quedara impregnado en sus sábanas para poder seguir disfrutando de su aroma.
  Una tenue luz entraba por la ventana, el sol casi se oculta y las luces de mercurio de la calle iluminaban lo suficiente para que Changkyun pudiera ver el rostro dormido de Kihyun. Con su dedo iba acariciando suavemente algunas de sus facciones, así como las cejas, pómulos y nariz, mientras que su vista se detuvo en los labios abultados. ¿Qué estaría soñando? ¿O cómo lo haría? Tal vez Kihyun ya no podía visualizar en los sueños, pero la mente de Chang no podía imaginar cómo era soñar sin ver algo. Su curiosidad le ganaba nuevamente, aunque no quería incomodar al mayor con sus preguntas.
  Kihyun se removió suavemente, apretando sus párpados antes de abrirlos un poco. Changkyun se mantuvo en silencio, simulando estar dormido para ver qué hacía.

—¿Chang? —le llamó por lo bajo. El menor no respondió, aunque se aguantaba el impulso de hacerlo. Kihyun esperó unos segundos para separar su brazo del cuerpo ajeno, Chang iba a quejarse, pero cuando notó que la mano se dirigía a su rostro cerró sus ojos.

Kihyun reposó sus dedos suavemente en su rostro y acarició un poco la zona para entender que estaba ubicado en las mejillas. Siguió subiendo hasta llegar a sus ojos, donde afirmó que estaba dormido, no quería molestarlo, solo le regaló una leve caricia antes de alejar su mano y volver a abrazarlo.

—Ki —le llamó con una sonrisa.

—¿Te desperté? Perdón

—No pasa nada. ¿Dormiste bien? —preguntó, mientras subía su mano para acariciar su mejilla.

—Me sorprende que no me duela la cabeza —volvió a cerrar sus ojos y disfrutó de las caricias—. Seguro es porque dormí bien

—¿Puedo preguntar algo?

—¿Qué es lo que sueño? —Changkyun abrió su boca sorprendido y asintió, seguro era una de las preguntas típicas que la gente hacía—. Ya no sueño tanto con imágenes, se van yendo con el tiempo, son sueños muy aburridos. Y las pesadillas son más raras —rió bajito.

—¿Pesadillas? —preguntó, dejando su pulgar quieto.

—Sueño con que estoy hablando y nadie responde, se siente feo, como un vacío. No hay nadie, ni veo nada, tampoco escucho nada —levantó sus hombros y soltó un suspiro—. Cuando despierto, aunque no pueda ver, es lindo escuchar el viento o los pájaros. Sentir el olor a comida... el pan tostado es mi favorito

Ambos rieron y Changkyun volvió a acariciarlo, le gustaba su piel suave y como pestañaba lentamente. Se acercó y dejó un corto beso en su nariz, aunque quería volver a besarlo, no quería ser molesto, tal vez abrumaba al mayor por tanto contacto repentino.

—¿Qué hora es? —preguntó Kihyun, frotando uno de sus ojos.

—Ya te digo —se separó del cuerpo del mayor y buscó su celular por la mesita de luz—. Son casi las siete

—¿Ya? —dijo sorprendido, sentándose con cuidado sobre el colchón.

—¿Te tenés que ir? ¿No te quedás a comer? Después te puedo acompañar

—Se van a preocupar y tampoco quiero que mi papá me pase a buscar —tanteó las frazadas hasta llegar a su buzo—. Aparte va a ser tarde para vos también

—Pero no pasa nada

—Es peligroso —se puso la prenda y peinó sus cabellos con sus dedos.

—Bueno, ya entendí que no querés estar conmigo —dijo en broma, sentándose a su lado. Kihyun frunció su ceño y golpeó su brazo.

—No digas eso, me gusta estar con vos —Changkyun sonrió y se levantó de la cama para ayudarlo a salir y buscar sus zapatillas.

Kihyun no quería irse, pero sentía que comenzaba a molestar y seguro en cualquier momento su madre llamaba para que volviera. En la sala acomodó su bufanda, mientras escuchaba como Changkyun cerraba su campera, seguro afuera hacía frío.

—¿Te presto una campera? Me parece que vas a tener frío —Changkyun lo miró y río a lo alto mientras se acercaba al mayor. Éste se quedó confuso y Chang habló—. Tenes el buzo al revés

Kihyun tanteó sus brazos y sintió la costura de la prenda en sus dedos, soltando una risa mientras volvía a desanudar la bufanda.
  Changkyun le dijo que no se tardaba mientras iba a su habitación para buscar una prenda más abrigada para el mayor, si dentro de su casa tenía frío no se imaginaba lo que sería afuera, incluso esperaba que no lloviera porque no tenía paraguas, de esa vez que salieron terminó tirándolo a la basura.

—Volví —avisó Changkyun, acercándose al castaño—. Toma

—El martes te lo devuelvo —sonrió y agarró la prenda, examinando la msima con sus manos para saber cómo tiene que ir. Chang espero paciente, para luego ponerse a espaldas del mayor y acomodar la capucha.

—Te queda mejor que a mi —rió, alejándose para buscar sus llaves.

—Después me veo en el espejo

—Dios, casi te digo que vayas al baño —Kihyun soltó una carcajada y cubrió su boca. Chang lo miró rápidamente, porque no quería perderse esos hoyuelos que se marcaban en sus pómulos.

—Ya estoy listo —dijo luego de aclarar su garganta. Sostuvo el bastón con firmeza y esperó a que el menor lo guiara hacía la calle.

Al salir sintieron el fuerte viento frío, ambos se escogieron de hombros mientras el pelinegro cerraba la puerta. Luego de la tarea, tocó su hombro suavemente y comenzó a caminar.

—¿Tenes frío? ¿Querés otra remera? —preguntó antes de que pasen más cuadras.

—Estoy bien, es calentito —sonrió. Changkyun lo miró unos segundos y buscó su mano para entrelazar sus dedos.

Kihyun mordió su labio para no sonreír tan amplio y siguió caminando, balanceando su mano suavemente, aunque se sujetaba con fuerza para no perder la estabilidad.

No tardaron mucho en llegar la plaza, aunque Changkyun insistió en acompañarlo a su casa Kihyun se negó, por lo que estaban en la esquina donde se encontraron, abrazándose como despedida. Ninguno quería ser el primero en separarse, pero no podían pasar toda la noche como estaban.

—Gracias por invitarme —habló Kihyun, acariciando su espalda suavemente.

—Gracias a vos por venir —sonrió, separándose un poco para verlo—. Y perdón si es mucho contacto físico, seguro te incomoda

—Dije que me gusta estar con vos. Creeme que si no quisiera ya te hubiera alejado —sonrió y subió su mano para acariciar su mejilla—. Hasta el martes, Chang

Changkyun acarició su mano y se acercó a su rostro para darle un suave beso en su boca. Kihyun fue quien mantuvo sus labios unidos, besándolo con calma antes de separarse, agradeciéndole una vez más antes de alejarse y caminar tranquilamente en dirección a su casa.
  El menor se quedó viéndolo hasta que cruzó la calle, intentando ignorar el cosquilleo en sus labios y su corazón saltando, casi saliéndose de su pecho. Era mucha emoción para un día, ni siquiera podía ordenar sus pensamientos adecuadamente, solo quería seguir besando y abrazando a Kihyun hasta el cansancio. Pero lamentablemente debía volver a la realidad...

el sonido de tu voz ¡! changkiWhere stories live. Discover now