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Changkyun estaba leyendo muy concentrado, para ser un libro que nunca leyó en su vida estaba más o menos interesante, incluso parecía gustarle a las personas que estaban sentadas.

Dejó de sentirse incómodo, Jooheon tenía razón, ellos no podían verlo. Aunque algunos ojos blancos parecían estar mirándolo, solo era una ilusión y una mirada fija. También había quienes ocultaban su mirada detrás de unos anteojos negros, y otros quienes tenían sus iris de color, pero la mirada perdida en algún punto de la habitación.
  Luego de un largo rato leyendo dijeron que era bueno darle un descanso y algo de tomar. Changkyun les agradeció y tomó varios tragos de agua.

—Queda media hora, ¿quieren que siga leyendo o quieren contarle algo? —preguntó Minhyuk, porque la mayoría estaba hablando de algo distinto al libro.

—¿Tenes novia, Chang? —preguntó la chica dueña del libro. El pelinegro rió y todos se quedaron atentos a la respuesta.

—No, no tengo —sonrió y miró a su amigo, quien parecía estar burlándose de él.

—Entonces tengo chances —rieron en conjunto y Chang cubrió su rostro con una mano de vergüenza.

—¿Y yo tengo chances? —bromeó uno de los viejos.

—Dejen de acosarlo pobrecito, se puede sentir la tensión —rió la señora a su lado.

—¿Pueden sentirlo? —preguntó impresionado, sin pensar dos veces en la pregunta. Otra vez se rieron, ahora burlándose de su ingenuo.

—Perdimos la vista, pero no ganamos un sexto sentido —explicó uno de los chicos, con una sonrisa burlona.

—¿Entonces eso de que se agudiza un sentido es mentira?

—¿De dónde sacaste eso? —rió el viejo— me gustaría agudizar mi oído, pero ya estoy viejo

—Perdón si les ofendí o algo —dijo rápidamente el pelinegro. La mayoría negó al instante, todavía algunos reían.

—Entendemos tu curiosidad —habló el castaño— yo pensaba lo mismo, pero nada es como lo cuentan en películas o lo que leí

—¿Qué te pasó? Si queres contarlo, claro —esta vez Min habló.

—Tuve un accidente de auto—sonrió algo apenado— varios cristales se clavaron en mis ojos, perdí la conciencia y al despertar nunca más pude ver

—Lo siento —murmuró Changkyun, sin saber de qué se disculpaba.

—Bueno... ¿vas a estar el próximo martes? —Minhyuk le preguntó a su amigo. Éste abrió sus ojos sorprendido y se quedó en silencio.

—Nos gusta tu compañía, Chang. Nos haces reír mucho —habló la señora, todos asintieron y le dieron la razón—, pero vamos a entender si tenes cosas que hacer, no lo sientas como una obligación

—Está bien, sí voy a estar —finalmente aceptó. Le dieron un aplauso y Changkyun sonrió, sintiéndose culpable por no saber cómo reaccionar a tanto afecto.

La media hora había pasado. Tanto Minhyuk como Changkyun saludaban a los participantes del club, algunos se quedaban a hablar y otros ya se iban.

—Chang, vamos a salir después —le dijo Min, mientras acomodaba las sillas en su lugar.

—Bueno —asintió. Iba a ayudarlo, pero al dar un paso hacia atrás chocó con alguien. Se disculpó rápidamente y volteó— perdón, no te vi

—Yo tampoco, no te preocupes —rió el castaño. Changkyun apretó sus labios, otra vez no había medido sus palabras— quería saludarte, ya me voy

—Ah, cuidate, Kihyun —estrechó su mano y el castaño sonrió.

—Puedo enseñarte braille, si querés obvio. No creo que te sirva, pero...

—Me gustaría —lo interrumpió. Kihyun sonrió más, mostrando unos colmillos bastantes adorables para ojos de Changkyun.

—Nos "vemos" el martes —hizo comillas con sus manos y rió.

—¿Cómo se dice? —notó la cara de confusión de Kihyun y se intentó explicar— ¿Cómo se despide a alguien?

—Creo que un simple "chau, hasta el martes" está bien —comenzó a armar su bastón y levantó su vista, como buscando cruzarse con Changkyun entre tanta oscuridad.

—Entonces chau, hasta el martes —saludó el pelinegro.

—Hasta el martes. Chau Min, no sé dónde estás —río mientras caminaba con cuidado, pero seguro hasta la salida.

Ambos amigos quedaron solos y en silencio, ninguno tenía algo que decir o eso pensó Chang, porque al rato Minhyuk habló.

—Kihyun es muy lindo, ¿no? —agarró su mochila para sacar su celular y caminó hasta la puerta.

—Supongo —elevó sus hombros y lo siguió— la sigo cagando cuando hablo

—Ah me pasaba, ya te vas acostumbrar —le dio ánimos— son todos muy amables, nadie se va a enojar porque se te escape algo relacionado a la vista

—No, pero igual es re incómodo, como presumirles algo que no tienen

—Creo que lo estás pensando mucho — lo rodeó con su brazo y salieron de la universidad— vamos a tomar algo

—Recién es martes

—Y casi las siete de la tarde, ¿y?

Chang negó, pero terminó aceptando de todas formas. Mañana no tenía nada qué hacer, aparte de estudiar, un trago no le haría mal.

el sonido de tu voz ¡! changkiWhere stories live. Discover now