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Ambos ya habían terminado su café hace varios minutos, pero todavía querían seguir hablando, por lo que decidieron dejar el local para la gente que lo necesitaba.
  Changkyun buscó algún asiento libre en la plaza que no estaba tan lejos y guió al mayor para que ambos estén tranquilos, pero el viento frío comenzaba a hacer presencia. Kihyun escondía sus manos entre sus piernas, preguntándose mentalmente dónde había dejado su bufanda.

—Perdón por lo de antes, hace unas horas —dijo Changkyun, llamando la atención del castaño.

—¿Qué cosa?

—Lo de tu hombro, no me di cuenta cuándo te agarré

—No te preocupes —sonrió, levantando sus hombros— la otra vez me agarraste por la cintura

—¿En serio? Dios, perdón —volvió a disculparse— tengo la costumbre de que Minhyuk sea tan apegado

—Te dije que no te preocupes, me vas a hacer enojar —Changkyun lo miró unos segundos, pensando si estaba hablando en serio, pero al ver que todavía seguía con una sonrisa suspiró.

—Igual voy a intentar no hacerlo, sé que te incomoda

—Se sintió bien —soltó. Changkyun levantó sus cejas sorprendido, esperando a que siga hablando— estaba tan ocupado intentando que la gente no se me acerque, que me olvidé lo bien que se siente el contacto de alguien que queres

Chang no sabía qué responder, solo se había quedado plasmado viéndolo. ¿Eso qué significaba? ¿Le había dicho que lo quería indirectamente o lo decía en general? Con tantas preguntas no notó que Kihyun agachó su cabeza, algo avergonzado al parecer.

—¿Te puedo dar un abrazo? —preguntó el pelinegro, sin pensar dos veces en lo que estaba pidiendo.

—¿Qué? —murmuró, soltando una risa nerviosa.

—Pensé que... no sé, no pensé... —se trabó con sus palabras, golpeándose una y mil veces mentalmente.

Kihyun se levantó y Changkyun se preocupó, pensando en que había hecho algo mal y el mayor se iría, pero no lo hizo. Kihyun estiró su mano lentamente, buscando al menor sentado hasta que Changkyun agarró la misma.
  El pelinegro no dijo nada, simplemente se levantó del asiento y sin soltar su mano se paró enfrente.

—¿Te acordas de la película que dijiste? ¿Sobre la roca y la ciega? —Changkyun afirmó y Kihyun apretó su mano un poquito más fuerte— ¿puedo?

—¿Seguro? —preguntó sorprendido, porque no esperaba eso. Kihyun asintió.

Changkyun lo miró unos segundos y levantó la mano de ambos para llevarlas a su rostro, donde los dedos fríos de Kihyun tocando su mejilla lo hizo estremecer levemente. Bajó su mano y dejó que Kihyun inspeccionara su rostro con la yema de sus dedos, sintiéndose algo avergonzado por las marcas de acné que habían quedado por su adolescencia.
  Verlo tan concentrado hizo que sonría, entonces fue cuando Kihyun encontró un hoyuelo en su mejilla.

—No te imaginaba con un hoyuelo —dijo tocando el mismo con una sonrisa.

—¿Cómo me imaginas?

—No sé, es difícil —murmuró alejando su mano.

—¿Y el abrazo entonces no? —preguntó luego de unos segundos donde ambos se quedaron en silencio.

Kihyun asintió y abrió sus brazos, nervioso por la cercanía tan repentina que iban a tener, pero cuando Changkyun rodeó su cuerpo y apoyo su mentón en su hombro esos pensamientos se fueron. Kihyun rodeaba la cintura del menor suavemente, mientras este ajustaba un poco más el agarre. Ambos tenían la misma altura, Kihyun podía usar eso como referencia para saber dónde se ubicaba cada parte del pelinegro.

—Decime cuándo queres que te suelte —murmuró Changkyun, sin separarse.

—Un momento más —respondió en el mismo tono, sintiéndose nervioso al escuchar su voz tan de cerca.

Ninguno quería soltarse, porque tenían miedo de que no se vuelva a repetir. Aunque el momento fue arruinado cuando el teléfono de Kihyun comenzó a sonar, ambos sobresaltados se separaron al instante. El castaño sacó su celular del bolsillo y con cuidado buscó el botón correspondiente para atender.

—¿Hola?

Changkyun se había quedado parado mirándolo, aunque mucho no escuchaba sabía que era su madre y estaba algo alterada.

—Sí, ya voy —murmuró Kihyun. Chang apretó un poco sus labios, porque le molestaba que la sonrisa del mayor se borrara. La llamada finalizó y Kihyun comenzó a tantear el asiento— perdón, tengo que irme

—¿Te acompaño? —ofreció el pelinegro, viendo como Kihyun armaba su bastón.

—No te preocupes. Deberías ir rápido también, empieza a hacer frío

—Está bien, cuidate

—Nos vemos —bromeó Kihyun, y con una sonrisa comenzó a caminar tranquilamente.

Changkyun se lo quedó observando solo unos segundos, para luego voltear y seguir su camino. Su cabeza tenía tantos pensamientos que le mareaba, no dejaba de repetir la escena que solo pasó hace minutos.

—Contacto de alguien que queres... —murmuró, llevando su mano a su mejilla, donde Kihyun lo había tocado.

el sonido de tu voz ¡! changkiWhere stories live. Discover now