14

425 83 7
                                    

Changkyun disfrutaba de la sonrisa que mostraba Kihyun, también de ver sus labios rojizos al igual que sus mejillas por lo caliente del café. ¿Qué tan malo era quedarse mirándolo mientras el otro no podía?

—¿Van a empezar la radio? —preguntó, volviendo al pelinegro a la realidad.

—Supongo que después de las vacaciones, creo que Jooheon no tiene que estudiar —elevó sus hombros y revolvió su taza— igual tiene esa bendición de estudiar poco y aprobar

—¿No te pasa lo mismo?

—Me cuesta mucho concentrarme, a veces no sé por qué sigo estudiando

—¿Qué te gustaría hacer?

Chang levantó su vista para verlo, porque la pregunta lo había impresionado. Juraba que nadie nunca le preguntó qué era lo que quería, y el tampoco nunca lo pensó. Solo estudiaba porque fue lo que sus conocidos le dijeron que le iría bien.

—No quiero meterme, está bien si no respondes —sonrío ligeramente, encogiéndose un poco de hombros.

—Estaba pensando, no pasa nada. Creo que no tengo algo decidido, estudio porque estudio y listo

—No sonas muy convencido

—¿Seguro que no tenes un sexto sentido? —bromeó para cortar la tensión.

Kihyun río. Y lo que pudo notar Changkyun fueron unos pequeños hoyuelos marcarse debajo de los anteojos.
  Otra curiosidad se desbloqueó dentro del menor, ¿por qué Kihyun usaba lentes oscuros?

—Tal vez la empatía pueda considerarse un sentido más

—Kihyun no entiendo, siempre te pones en el lugar del otro —el nombrado levantó sus cejas sorprendido por el repentino mensaje— estando... así

—¿Ciego? —completó al notar el silencio.

—No quería...

—Llamalo por su nombre, creeme que es menos incómodo para ambos —deslizó sus dedos con cuidado por la mesa hasta llegar a su taza, donde envolvió la misma con sus manos— al principio odiaba a todo el mundo, pero ¿de qué me serviría? Solo lograba alejarme más de las personas y eso no me devolvería lo que perdí

—Te admiro —fue lo único que logró pronunciar, no tenía por qué haber más línea.

—Bueno, gracias —sonrió y dio un ligero sorbo a su café.

Changkyun respiró hondo y miró fuera de la ventana, notando una ligera llovizna que comenzaba a mojar las calles.

—Está lloviznando, ¿te acompaño?

—No te preocupes. Podes ir si queres, todavía no termino mi café

—Pero te vas a mojar

—Solo un poco de lluvia, no es nada

—Estás mal de la garganta —regañó, tirando un poco de la bufanda que estaba puesta sobre sus hombros— voy a acompañarte, tengo un paragua en la mochila

Kihyun abrió su boca, pero no pronunció nada. No quería que Changkyun lo acompañara, pero sabía que no lo iba a dejar irse sólo y menos si la lluvia se hacía más intensa.
  Rendido se dispuso a terminar su café, mientras tenían una nueva conversación para pasar el rato.

Una vez dejaron el lugar, esperaron un momento debajo del tejado. Kihyun acomodaba su bufanda mientras que Changkyun abría el paraguas, era algo chico para ellos dos, pero mientras Kihyun no se mojara estaría bien.

—¿Listo? —preguntó mirándolo, el castaño ya tenía su cara tapada.

—Listo —estiró su bastón y con cuidado se acercó a Changkyun, quien comenzó a seguirlo— ¿seguro que queres ir? Tal vez te quede lejos

—No pasa nada, no quiero que te mojes. Y creo que no me voy a perder

El castaño no respondió más y siguió caminando, algo nervioso porque la mayoría de las veces él tenía que ser guiado, ahora estaba siendo al revés.

El viendo soplando era realmente molesto, Changkyun ya tenía su hombro izquierdo mojado por intentar cubrir al mayor. Pero un viento más fuerte dio vuelta el paraguas del menor, logrando que ambos comenzaran a mojarse.

—¡Que mierda! —gritó Changkyun, mientras intentaba volverlo a la posición.

Kihyun rió a lo alto mientras esperaba. También se encogió de hombros porque las gotas frías le estaban golpeando cada vez más, pero le divertía, porque hace mucho no se mojaba con la lluvia y hace mucho no tenía un amigo al lado con quien pasar un momento como este.

—Listo —Changkyun se apegó al instante al cuerpo del mayor rodeando su cintura, haciendo que de un pequeño salto en el lugar.

—Estamos cerca, cuando lleguemos puedo darte un paraguas que no se de vuelta —dijo con una sonrisa, comenzando a caminar con cuidado.

Changkyun solo sonrió y le siguió, como siempre con esa curiosidad sobre la vida de Kihyun, ahora que iba a saber dónde vivía eso le permitía poder pasar al menos un tiempo más con él.

—¡Ki! —el nombrado se tensó un momento, mientras que Changkyun miraba confuso a la mujer que se acercaba.

—¿Ma? —preguntó algo desorientado. Se quedó en el lugar y esperó a que aquella voz se acercara.

—Kihyun, estaba preocupada —habló apenas estuvo lo más cerca que podía— te llamé, pero no marcaba

—Perdón, se habrá apagado —murmuró tanteando sus bolsillos. Dejó eso de lado y señaló a su izquierda— él es Changkyun, lee en el taller

El menor al instante salió de sus pensamientos y miró a la mujer con una ligera sonrisa a modo de saludo, pero ella no parecía tan contenta.

—Un gusto —saludó. Changkyun respondió de la misma forma y apartaron sus miradas— vamos a casa, Ki

—Hasta el martes, Chang —se despidió, con esas sonrisas falsas que tanto le dolían al pelinegro.

—Hasta el martes —murmuró, pero no estaba seguro si el castaño lo había escuchado. Ya estaba caminando con su madre hasta una de las casas de la esquina.

Por lo menos sabía dónde vivía, pero algo en su interior le hacía sentir raro. Será en la forma en que la mujer lo miró, o la forma en la que Kihyun agachó su cabeza al alejarse. Definitivamente algo en su interior quería saber más acerca de Kihyun, más acerca de su vida y sobre cómo estar a su lado.

el sonido de tu voz ¡! changkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora