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Changkyun había dejado de leer a la segunda página, no se sentía cómodo y que las chicas lo prácticamente lo obligaran no le agradó. Minhyuk buscó otro libro para darle, por lo que "Los Juegos del Hambre" pasó a ser la siguiente lectura.

Aunque su voz salía, sus pensamientos estaban en otra cosa, más precisamente en Kihyun. Le parecía extraño que esté tan serio, casi no habló cuando todos habían empezado a discutir sobre el libro.
Para su suerte el tiempo pasó volando, ya la mayoría se estaba yendo. Quería hablar con él lo más pronto posible, aunque su plan estaba fallando porque Kihyun se estaba acercando a la puerta.

—Kihyun —le llamó mientras se acercaba rápidamente. El nombrado se detuvo en en lugar y apretó sus labios— ¿Estás bien?

—Estoy bien —sonrío ligeramente. Iba a seguir avanzando pero Changkyun volvió a hablar.

—¿Vamos a tomar algo? —dijo no muy convenido, pero tal vez Kihyun necesitaba esa distracción por lo que sea que le haya pasado.

El castaño pareció dudarlo unos segundos, pero terminó aceptando. Changkyun le dijo que espere unos minutos, debía agarrar su mochila y saludar a Minhyuk para poder irse tranquilamente.

—¿Seguro que estás bien? —preguntó luego de un rato en silencio, mientras esperaban a cruzar la calle. Irían al mismo café de la otra vez.

—Antes de venir me empujaron y caí. Me lastimé la mano, las rodillas y creo que el brazo —murmuró, tocando la parte dolida.

—¿En serio? —su instinto fue de querer tocarlo, pero seguro lo molestaría— ¿Te sangró?

—No sé —se detuvo y estiró su mano en dirección al menor— ¿sangra?

Changkyun agarró su mano y miró la misma, haciendo una leve mueca de dolor.

—Está raspada, tenes un poquito de sangre, igual ya está seca —notó como la mano de Kihyun intentaba alejarse y lo soltó al instante— perdón, no quería molestarte

—No es eso —sonrío ligeramente y bajó su mano— es que me arde un poco

—Te acompaño al baño cuando lleguemos —dijo comenzando a caminar junto con el mayor.

Kihyun se sentía inútil, una vez más. Primero en la mañana cuando su alarma no sonó porque su celular se había apagado, aun cuando estuvo toda la noche enchufado. Luego descubrió que el cargador no estaba conectado.
  Pero lo peor fue en la calle, cuando un grupo de adolescentes golpeó su bastón y luego lo empujó. Perdió estabilidad al instante y cayó al suelo, casi perdía sus anteojos y su bastón, pero por suerte los pudo recuperar.

—Acá no te dejan usar el baño si no compras, pido todo rápido y vamos —avisó el pelinegro.

—Quiero lo del otro día —contestó. Changkyun asintió y caminó hacia el mostrador— ¿Chang?

—¡Perdón! Dios, costumbre —se acercó rápidamente y lo guió a su lado— perdón, en serio

—No te preocupes —le consoló.

Changkyun hizo ambos pedidos y mientras estos se hacían acompañó a Kihyun al baño. El pelinegro estaba atento a sus movimientos por si necesitaba ayuda, pero Kihyun era bastante independiente, por lo que se quedó en silencio mientras el castaño lavaba sus manos con cuidado.

—¿Hay papel? —preguntó luego de la tarea terminada. Changkyun miró a su alrededor.

—No, pero te presto mi remera si querés —ofreció acercándose.

—No gracias, tengo la mía —sonrió y uso su propia remera para secarse.

Changkyun sonrió, porque ahora sí Kihyun había sonreído sin fingirlo.
  Ahora ambos ya tenían sus pedidos y estaban sentados sobre los sillones, habían podido conseguir ese lugar cómodo luego de que Changkyun prácticamente corriera para sentarse.

—Estos son los mejores lugares, es como una zona vip —bromeaba el menor, mientras disgustaba su café.

—Es muy cómodo

—¿Cómo te fue en la semana? —preguntó, intentando sacar alguna conversación.

—Normal, supongo —levantó sus hombros indiferente— lo de siempre, aunque están haciendo reformas en la casa, tengo que acostumbrarme nuevamente a todo

—¿Cómo? O sea, ¿Cambiaron todo de lugar?

—Algo así —puso su vaso sobre la mesa y lo señaló— yo se que mi vaso está ahí pero si lo moves, obviamente, no voy a poder verlo. Tal vez lo tire por querer alcanzarlo

—Entonces en tu casa no podían mover casi nada

—Más que nada muebles, como las sillas, mesas... Creo que ahora mis piernas tienen el doble de moretones —levantó sus hombros y siguió tomando.

—Debe ser difícil —murmuró, Kihyun sonrió y asintió.

—Ah, tengo algo para darte —buscó su mochila por debajo de la mesa y levantó la misma, bajo la curiosa mirada de Changkyun.

Kihyun revisó su interior, muy paciente hasta chocar con lo que estaba buscando. Sacó de su interior una cosa negra, todavía Changkyun no descifraba lo que era hasta que lo hizo.

—¿Un antifaz? —Kihyun rio y asintió— ¿Y por qué?

—Me dijiste que te enseñe un nuevo mundo, ¿no?

Changkyun abrió su boca sorprendido, porque siendo sincero casi ni recordaba eso, y se sentía algo culpable.

—Pero no puedo ir a la calle con esto, me tratarían como un loquito

—Usalo en tu habitación. Recordá dónde están todas tus cosas y también intenta no romper nada. Yo al principio tenía que usar vasos de plástico

—Mi mamá me mata si le rompo algo, pero lo voy a intentar. Gracias

—El martes contame cómo te fue —sonrío y siguió tomando tranquilamente.

—¿Cómo haces para ir al baño?

Esa pregunta tan inesperada logró que Kihyun escupiera un poco de café en su mano, ahogándose en una risa. Changkyun buscó rápidamente unas servilletas por sus bolsillos mientras Kihyun se seguía riendo.

—Perdón, toma limpiate —se disculpó pasándole los papeles.

—No pasa nada —otra risita mientras limpiaba su boca— sos la primera persona que me pregunta eso, y mira que me preguntaron cada cosa

—Me dio curiosidad —dijo apenado.

—La técnica es acercarse bien al inodoro —explicó con una sonrisa.

Changkyun se quedó mirándolo, algo fascinado diría. Verlo tan triste unos momentos atrás le había afectado un poco, pero ver esa sonrisa era diferente.

—¿Chang?

—Perdón, pero tu sonrisa es muy linda

Kihyun apretó sus labios ocultando la misma y giró un poco su cabeza, lo había avergonzado, pero se sentía muy bien ser halagado.

el sonido de tu voz ¡! changkiWhere stories live. Discover now