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Cuando llegó a su casa lo primero que hizo fue tirarse en la cama, sin siquiera darse el tiempo de sacarse las zapatillas o cambiar su ropa. Todavía le faltaban horas de sueño, aunque se iba a arrepentir cuando su insomnio lo levantara a la madrugada. Por más que no distinguía entre el día y la noche, intentaba mantener un horario de sueño como el de los demás.
  Le gustaba dormir con Changkyun, pero no lograba dormirse por completo cuando estaba con él debido a la incomodidad de un espacio reducido. Todavía no se acostumbraba a no poder ocupar toda la cama, y el miedo a patearlo o empujarlo estaba presente.

Como era de esperarse, a las cuatro de la mañana estaba sentado en su escritorio, jugando con el punzón dando pinchacitos a su mano, por lo menos debía aprovechar el insonmio para hacer algún poema o terminar el audiolibro que había abandonado, pero se decidió en dejar sus sentimientos en claro y escribirle una carta a Chang. Estaba seguro de que el menor iba a poder leerla y entenderla, tampoco quería escribir algo complicado. Un poema corto y luego pedirle de ser novios. Algo demasiado cursi que lo hacía sonrojar de solo pensarlo, mas era la mejor manera en que podía pedírselo, ya que Changkyun demostró ser una persona muy cariñosa y no encontraba la forma de devolverle eso, ya fueron varias veces que esquivó sus muestras de afecto y no quería que volviera a pasar.

El primer punto fue marcado, pero soltó el punzón y mordió su labio repetidas veces. ¿Por qué no se animaba? Si sus palabras no se acomodaban en un papel entonces mucho menos en persona, no sería capaz de hablarle por más que no pudiera verlo, tal vez eso también le generaba conflictos y muchas inseguridades. Su mente le ganaba, invadiendo con miles de pensamientos y casi ninguno bueno.

—Yo puedo —murmuró, volviendo a agarrar el punzón con firmeza.
 

[...]

 

El martes llegó. El programa de radio había terminado y el grupo estaba esperando a que Changkyun apareciera, sobre todo Kihyun. Había pasado los últimos dos días escribiendo en borradores, incluso hacía notas de voz para no olvidar lo que quería dejar plasmado en la hoja que le entregaría a Chang, hasta que por fin tenía el resultado final guardado en su mochila.

—Buenas —saludó con una sonrisa, casi sobresaltando a algunos—. Ay perdón, me olvidé de tocar —se disculpó mientras se sentaba al lado de Minhyuk.

—Te trajeron un libro, dijeron que extrañan tu voz —comentó con una sonrisa, pasándole el mismo.

—Me hacen poner rojo —tocó una de sus mejillas y lo agarró—. ¿Romeo y Julieta?

—Busca la parte trágica —habló un chico de pelo castaño oscuro, sentado a su frente.

—¡No! ¡La parte del beso! —interrumpió una chica a su lado, sacudiendo el brazo del castaño—. Imaginate ese relato con la voz de Changkyun, me muero

El pelinegro cubrió su boca para no reírse, sintiendo sus mejillas acalorarse.

—Esa parte no —se quejó—. Yo traje el libro

—Ellos son pareja —le susurró Minhyuk, riéndose de la situación que estaban armando.

—¿Por qué ibas a querer la parte triste? —dijo molesta, cruzándose de brazos.

—Porque es lo que la mayoría recuerda, lo demás es aburrido

—Mejor la parte del beso, y después donde se juran amor —habló Kihyun.

—¡Sí! —gritó la chica con unos cortos aplausos—. Qué romántico, deberías aprender —le dijo a su novio. Kihyun escondió su sonrisa bajando su cabeza

Changkyun quedó con la boca abierta, viendo fijamente al mayor, ignorando los comentarios que los demás empezaron a sumar. El calor y el sonrojo llegó hasta sus orejas.
Minhyuk golpeó su brazo para traerlo a la realidad. El pelinegro parpadeó varias veces y carraspeó su garganta, abriendo el libro para buscar las partes.

el sonido de tu voz ¡! changkiWhere stories live. Discover now