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Apenas Changkyun se sentó en la cama de su amigo, el sedentarismo le había ganado y sus ganas de salir se habían esfumado por completo, pero para sorpresa del pelinegro Min tampoco tenía ganas de salir, por lo que decidieron comprar varias cervezas y ordenar unas pizzas para aguantar la noche.

  Minhyuk llevaba la cuenta de cuántas veces Changkyun había sacado su celular para revisar sus notificaciones y luego volver a guardarlo en el bolsillo.
  Con una media sonrisa y dejando el vaso de cerveza en la mesa lo miró, esperando a que su amigo hablara, cosa que no hizo y solamente levantó una de sus cejas confundido.

—¿Con quién te estás hablando? —preguntó Min, dispuesto a hurgar en los bolsillos ajenos para quitarle el aparato y ver por su propia cuenta lo que sucedía.

—Con nadie —respondió agarrando su vaso—. Estaba viendo si me mandaron algo

—¿Y de quién esperas mensaje?

—¿Sos mi mamá?

—No, por suerte —rió, mientras estiraba su mano para agarrar una porción de pizza—. Pero estás a cada rato fijándote, perdón por aburrirte

—No es eso. Al mediodía estaba hablando con Kihyun, pero no respondió más

Minhyuk lo miraba atento, mientras masticaba en silencio, esperando el momento justo para bromear sobre que Changkyun estaba enamorado. Aunque detrás de cada broma se esconde algo de verdad, Min no lo iba a hacer de maldad sino que esperaba que finalmente lo aceptara.

—¿Hace cuánto salen? —habló limpiando su boca. Chang dejó de tomar para preguntarle con la mirada a qué se refería—. Llevan como tres meses juntándose para tomar café

—Ah... —murmuró, sirviendo ambos vasos hasta terminar la botella—. Creo que sí, algunos días después del taller salíamos

—¿El martes vas a ir? Dije que escriban un poema y si se animan que lo lean, sino que me los den y yo los leo anónimamente

—¿Sabes leer braille? —preguntó sorprendido. También desabrochó su cinturón, porque su pantalón comenzaba a apretarle de tanta comida.

—Estuve aprendiendo, no es tan difícil. ¿Te presto un pantalón? —limpió sus manos y se levantó del suelo para revisar su armario.

Changkyun le agradeció y se levantó también para retirar la prenda, mientras Minhyuk buscaba algún pantalón deportivo para que su amigo esté cómodo. En el transcurso del cambio, el celular del pelinegro comenzó a vibrar y Min sonrió al ver como el contrario se apuraba a acomodar la prenda para agarrar el aparato y desbloquearlo.

—Es Kihyun —dijo con una sonrisa, poniendo en reproducción el audio.

—"Hola Chang, ¿Todo bien? Recién llego a casa, perdón por hablarte tan tarde..."

—Que ternura me da —Minhyuk habló luego de escucharlo. Chang asintió y se quedó pensativo mirando su pantalla—. ¿Qué pasa?

—Sonaba cansado, ¿Debería decirle que se duerma y que hablamos mañana?

—Que haga lo que él quiera —sonrió el rubio, levantando sus hombros—. Al menos preguntale qué tal su día

—Tenes razón —frotó uno de sus ojos y nuevamente se quedó mirando la pantalla. Luego de unos segundos levantó su vista para mirar a su amigo—. ¿Sueno muy ebrio?

Minhyuk rió a lo alto y negó con la cabeza, aunque también se retractó y admitió que su lengua comenzaba a "resbalar", esto hacía que su pronunciación sea horrible.
  Chang formó un ligero puchero en sus labios y dejó el teléfono a un lado, pensando en que tal vez luego le respondería. Aunque las cervezas que siguió tomando junto con su amigo le hizo olvidar la conversación pendiente.

 
 
 

Despertó en mitad de lo que suponía que seguía siendo la noche, y así lo confirmó al desbloquear su teléfono y escuchar la hora.
  Cuatro de la mañana, revisando si su mensaje fue escuchado y si había obtenido una respuesta. Pero no fue el caso, por lo que dejó el aparato a un lado y soltó un ligero suspiro.

¿Qué podría hacer con insomnio a las cuatro de la madrugada? Su cuerpo estaba cansado, pero no podía dormirse, tampoco podía poner música porque seguramente sus padres lo escucharían.
  Se levantó de su cama y buscó por el escritorio el papel donde comenzaba a escribir su poema, también agarró la regla a cuadros y el punzón que servía para marcar los agujeros. Repasó con sus dedos lo anteriormente escrito para saber en dónde se había quedado y acomodó el plástico y el papel para comenzar a escribir.
  El proceso llevaba su tiempo, pero quería que lo que no se animaba a decir al menos quedara plasmado en aquella hoja. Llegado el martes seguramente le daría el mismo a Minhyuk, porque no iba a ser capaz de animarse a leerlo a lo alto y menos si estaba Changkyun presente.

El sonido de su celular al recibir una notificación lo sobresaltó ligeramente, porque no esperaba que algo interrumpiera el silencio de su habitación. Dejó el poema a un lado y con sus manos fue buscando el teléfono que estaba escondido en alguna parte de la cama. Al encontrarlo, su corazón dio un golpe en su interior. Changkyun había mandado un audio.

—"Dios, me olvidé de contestarte" —su voz sonaba rota, pero no por llanto, incluso estaba medio riéndose al igual que alguien en el fondo—. "¿Qué te iba a decir? Minhyuk me está distrayendo"

Luego de eso, un saludo bastante efusivo se escuchó de fondo, logrando que Kihyun sonriera. Ese fue el fin del audio, pero al instante ya estaba recibiendo dos más.

—"¿Qué haces despierto? Anda a dormir, o me enojo"

—"¡Ki! Te espero el martes. No te olvides el cuento... poema, eso" —la voz de Minhyuk sonaba aún peor que la de su amigo.

—Me desperté y no pude volver a dormir, justo estaba escribiendo para el martes ¿Qué hacen ustedes borrachos a esta hora? —rió, mientras que sus dedos jugaban con el punzón.

—"Supuestamente íbamos a salir, pero pasaron cosas" —rió Changkyun mientras Minhyuk hablaba de fondo, aunque muy bien no le entendía—. "Me agarró sueño y este pibe no se calla"

—Vayan a dormir, en unas horas no se van a poder ni mover. También voy a dormirme, me está volviendo el sueño

—"Ojalá pudiera dormir... que envidia. Bueno Ki, hablamos mañana, te quiero"

Kihyun abrió su boca, dejando salir todo el aire que le había quedado en sus pulmones. ¿Cómo debía responderle? ¿Lo había dicho sinceramente o fue un impulso de lo ebrio que estaba?
  Dejó todos sus pensamientos de lado y recuperando el aliento aclaró su garganta para hablar.

—Hablamos mañana, también te quiero. Cuídense

Apenas escuchó el ruido de que su mensaje había sido enviado, soltó el aparato y llevó ambas manos a su rostro, notando como este se encontraba caliente. Luego de un rato en la misma posición, separó sus manos y ventiló su rostro con las mismas, dándose al menos una brisa fría.
  Se levantó de su cama y dejó todas las cosas en el escritorio, no quería que el poco sueño que tenía se le vaya, aunque seguramente eso pasaría ya que sus pensamientos le ordenaban que borrara el audio y a su vez que lo dejara para saber qué reacción tenía el menor.

No le quedaba otra opción que dormirse y esperar algunas horas.

el sonido de tu voz ¡! changkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora