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Un nuevo martes había llegado, junto con nerviosismos y dolores de dedos debido a que Kihyun no podía parar de morder su piel. Estuvo varios días pensando en cómo podía enseñarle braille desde cero a alguien, a alguien que podía ver y encima que ese alguien lograba que su corazón se acelerara con solo escucharlo hablar. 
  Minhyuk le había dado ánimos sobre que Changkyun iba a entenderle y eso también se traduciría a que cualquiera podría aprender gracias a Kihyun. Eso incentivó al castaño a tenerse más confianza, incluso no podía esperar a que el taller terminara.

Ahora mismo Changkyun se encontraba leyendo un poema que había encontrado en internet, porque por más que intentó no había sido capaz de crear el propio, pero quería que el grupo y sobre todo Kihyun escucharan uno de los tantos que lo conmovió. Un poema corto de un autor que se olvidó escribir y que no iba a encontrar tan fácil por su largo historial de búsquedas en la noche, mas no le importaba y al parecer al grupo tampoco, ya que apenas terminó le aplaudieron y felicitaron. Kihyun ocultó su sonrisa agachando su cabeza, porque estaba casi seguro de que era para él.
  Los minutos restantes pasaron rápidamente, casi como si hubiera saltado en el tiempo solo para estar a solas con Changkyun, cosa que no era mentira ya que al levantarse comenzó a armar su bastón, mientras escuchaba como el pelinegro saludaba a quienes iban dejando el salón.

—Ki, hola —el toque en su hombro lo hizo sobresaltar ligeramente. Chang apartó su mano al instante—. Perdón, ¿Te asusté?

—No, no, estaba distraído —sonrió y estiró su mano para medir la distancia. El menor agarró su mano y lo atrajo a su cuerpo para abrazarlo, abrazo que Kihyun devolvió sin dudar, incluso se aferró con fuerza a sus hombros.

—¿Estás bien? —preguntó, acariciando su espalda suavemente. Kihyun asintió repetidas veces con su cabeza.

—Tenes olor a sol —soltó luego de un rato en silencio. Changkyun detuvo sus caricias para reformular lo que había escuchado. El mayor soltó una risa y se separó para explicarle—. Tu ropa, tiene olor a sol

—¿Qué es eso? —preguntó confuso, oliendo su propia remera.

—Cuando la ropa queda mucho tiempo colgada al secarse, se quema con el sol. Le queda olor a sol, olor a casi quemado —dijo entre risas. Changkyun sonrió y agarró su mano para comenzar a caminar.

—Sigo pensando que tenes un sexto sentido. Nunca se me hubiera ocurrido decir que el sol tiene olor

—Es como el olor a lluvia, ¿Sabes cuál es? —cuestionó mientras se dejaba llevar, aunque no sabía muy bien a dónde se dirigían. Confiaba en Chang.

—Olor a tierra mojada —respondió, mirándolo unos segundos para confirmarlo.

—También asfalto. Creo que eso tiene un nombre

—Después buscamos, primero quiero tener mi clase —sacudió su mano ligeramente con una sonrisa—. Estamos yendo a la biblioteca, creo que va a ser más cómodo que ir a un café

—Sí... ¿Seguro que querés aprender? Es algo difícil y no sé si voy a poder explicarlo bien —su voz iba perdiendo fuerza con cada palabra, otra vez la inseguridad lo había atacado y no quería que Chang perdiera su tiempo por su culpa.

—Estoy seguro —respondió firme—. Y también estoy seguro de que vas a poder explicarlo. Ya llegamos

Kihyun quedó en silencio hasta que Changkyun dijo que podía sentarse. Con la mochila sobre sus piernas comenzó a rebuscar en el interior de la misma, sacando varias hojas, dos reglas con cuadros y dos punzones.
  Chang lo veía atento, casi emocionado por aprender, emocionado porque ahora tendría una forma de conectarse más a Kihyun.

—¿Por dónde debería empezar? —murmuró, dejando la mochila en el suelo.

—¿Vocales? —sugirió el menor. Kihyun asintió y le extendió los útiles—. Soy zurdo, ¿Afecta en algo?

—¿Qué? —cubrió su boca para no reír a lo alto y negó con la cabeza—. No me hagas tentar, nos van a echar

—Casi no hay nadie —sonrió y comenzó a jugar con el objeto puntiagudo—. ¿Alguna vez te lastimaste con esto?

—Varias veces me lo clavé por dejarlo en la cama. No me distraigas, me pierdo en lo que iba a decir —se quejó, rascando su cabeza pensativo—. ¿Debería enseñarte primero en cómo se escribe o cómo se lee?

—¿No es lo mismo? —dijo confuso, simulando hacer puntitos en su hoja.

—Para escribir tenes que hacerlo al revés. Espera, no me salen las palabras —sacudió su mano en el aire y respiró profundo—. Primero, la letra "A"

Acomodó la regla con cuadros sobre la hoja y marcó un solo punto. Luego retiró el plástico y dio vuelta la hoja para pasar su dedo por encima. Changkyun lo veía atentamente.

—La "A" es un solo punto a la izquierda, pero para escribirlo se hace a la derecha —volteó nuevamente la hoja y repasó su dedo—. Es como un espejo. Todas las letras se escriben al revés para que al voltear la hoja quede el relieve para lectura. También se empieza a marcar derecha a izquierda

—Creo que entendí. Entonces tengo que aprender las dos formas de hacer los puntitos

—Es mucho, ¿Estás...?

—Ya te dije que sí —lo interrumpió antes de que termine la frase—. Escribí y yo te copió —acomodó todo para empezar y sostuvo el punzón firme, haciendo el primer punto para la primera vocal.

Kihyun sonrió y comenzó a enseñarle las demás vocales. Lento, pero seguro. Changkyun iba entendiendo el funcionamiento, aunque le iba a costar memorizar cada letra al derecho y al revés, luego llegarían las demás letras, números y signos.
  Un largo y difícil trabajo para ambos, pero gracias a Changkyun, Kihyun estaba aprendiendo a cómo expresarse y a acomodar sus ideas. Incluso ambos aplaudieron felices cuando pudieron completar las vocales, siendo reprimidos por el encargado de la biblioteca.

—Voy a enseñarte el abecedario de a poco, para que no te marees —dijo por lo bajo.

—¿Me enseñas la "B" y la "S"? —preguntó. Kihyun arrugó su frente confuso, pero cumplió con el deseo bastante curioso del menor.

Changkyun, con calma, fue marcando varios puntos. Kihyun le preguntó que estaba escribiendo, porque podía escuchar el ruido de la hoja siendo perforada, pero no obtuvo respuesta hasta después de varios segundos. El pelinegro le pasó su hoja y esperando que esté bien su escrito, le dijo que leyera.

—¿Beso? —pronunció Kihyun, totalmente inocente. Changkyun rió y subió su mano para acariciar la mejilla ajena.

—¿Puedo? —pidió acercándose. Kihyun sonrió y asintió, acomodándose para darle mejor acceso.

Changkyun sin desperdiciar un segundo más unió sus labios, paseando su mano hasta la nuca del castaño. Kihyun sentía derretirse en la forma en la que el menor movía sus labios y en como su lengua pedía encontrarse con la suya. Los chasquidos sonaban más fuertes de lo habitual debido al silencio del lugar, provocando que el mayor se sonrojara y fuera el primero en separarse.

—¿Seguimos estudiando? —habló Chang, acariciando una vez más su mejilla antes de alejar su mano. Kihyun asintió y comenzó a explicar nuevamente las vocales.

el sonido de tu voz ¡! changkiWhere stories live. Discover now