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—Que ojeras asquerosas, ¿qué te pasó? —fue lo primero que dijo Jooheon apenas lo vio llegar.

—Me quedé despierto estudiando —murmuró mientras frotaba sus ojos.

—¿Y estudiaste?

—No, no me pude concentrar

Jooheon le rodeó el cuello con su brazo y comenzó a caminar.

—¿Fue por tu mamá? —el pelinegro asintió— ¿qué te dijo ahora?

—Lo de siempre. Dijo que el taller de lectura es una excusa para no estudiar

—¿Lo es? —preguntó ladeando su cabeza, tenía algo de sentido.

—Claro que no —soltó un suspiro y sacó el brazo de su amigo— me tiene cansado, me saca las ganas de todo

—¿Queres fumar antes de entrar? —preguntó palpeando su bolsillo.

—No, no quiero volver a viciarme

—Bueno, cualquier cosa decime —Changkyun asintió y siguieron su camino hacia el aula.

Durante las clases Changkyun no pudo concentrarse, el sueño le estaba ganando y sus ojos iban perdiendo. Las voces se escuchaban cada vez más lejos, hasta que una mano sacudió su brazo con fuerza, despertándolo al instante.

—El profe te miro con un odio... —murmuró Jooheon.

—Me voy a casa, no me siento bien —guardó sus cosas y se levantó del asiento, antes de que su amigo lo detenga.

Se apresuró a salir del salón y también del edificio. Se estaba agobiando de tan solo estar ahí dentro, pero también sentía que le faltaba el aire afuera. Reviso la mochila para buscar su billetera y contar el dinero de su interior, al menos para una bebida le iba a alcanzar.

[...]

El sonido del semáforo se escuchaba distorsionado y lejano. Con tantos murmullos Kihyun no podía prestarle atención a la señal para cruzar, cuando quiso poner un pie en la calle un tirón para nada sutil en su brazo le hizo perder el equilibrio.

—¿Necesitas ayuda?

Kihyun frunció su ceño e intentó soltarse, pero quien sea que le esté agarrando se negaba.

—Puedo cruzar por mi cuenta si me decís cuándo y por dónde, no hace falta que me agarres así —respondió. La mano lo soltó y nadie más habló, parece que se había ofendido y se había ido.

El castaño soltó un suspiro y esperó nuevamente la señal con sonido, ya se estaba cansando de tanta espera. Años atrás hubiese cruzado sin importarle si era atropellado.

—¿Kihyun? —dio un salto en el lugar y abrió su boca de sorpresa.

—¿Changkyun? —preguntó estirando su mano con cuidado.

El pelinegro agarró su mano suavemente y Kihyun sonrió, al fin alguien que "conocía".

—¿Necesitas ayuda?

Changkyun lo miraba preocupado, porque había visto la escena del hombre sujetándolo y Kihyun intentando soltarse. Y se sintió culpable de haber tardado más de lo esperado en acercarse y ofrecerle ayuda.

—Quiero cruzar. Esta calle siempre es difícil —murmuró el castaño. Changkyun asintió, pero otro golpe mental lo hizo hablar.

—Está en rojo, ya podes cruzar —dijo soltando su mano— yo te sigo

Kihyun asintió y con cuidado bajó del cordón y comenzó a caminar, tanteando el lugar con su bastón. Changkyun lo seguía, mitad preocupado mitad sorprendido, porque la seguridad con la que caminaba el mayor pudo jurar que él nunca la tuvo.
  Apenas llegó a la otra acera Kihyun sonrió, buscando nuevamente a Changkyun.

—Acá estoy —dijo parándose a su lado.

—Gracias por ayudarme —le sonrío.

—De nada. Tene cuidado

Changkyun podía verlo más de cerca, notando varias cicatrices en su rostro y cuello. No podía ver sus ojos porque uno lentes negros los cubrían, ¿tendrán alguna cicatriz o algo?

—¿Estás ocupado? —le preguntó— te invito un café

—No hace falta —Kihyun borró un poco su sonrisa y asintió— me refiero a que puedo pagarmelo. No tengo nada que hacer

—Ah —volvió a sonreír y elevó sus hombros— ¿sabes dónde hay un café?

Changkyun rió y le dijo que sí. Kihyun pidió permiso para apoyar su mano en el hombro del menor y comenzar a caminar con cuidado.
  Se engañaba si decía que no estaba emocionado, no solo porque Changkyun había aceptado su invitación, sino porque salía después de tanto tiempo. Ya ni recordaba lo que era estar tomando algo con amigos. Ahora podría tener un buen recuerdo con el que pensar cada noche.

el sonido de tu voz ¡! changkiWhere stories live. Discover now