Esa mañana habían decidido empezar los entrenamientos un par de horas antes de lo habitual, los ataques habían sido muy repetidos últimamente y querían estar preparados para todo. A penas eran las 9 de la mañana y ya estaban todos preparados en la piscina interior, la unión entre la primera y la segunda familia había ayudado a la llegada de nuevos guardaespaldas al lugar y aunque los grupos seguían siendo los mismos, todos debían aprender a convivir juntos y entrenar de manera conjunta para misiones futuras. Era la primera vez que, finalmente, podían ejercer esta prueba, ya que al inicio los estuvieron preparando físicamente hablando para que esta no fuera tan dura, igual que habían hecho siempre que llegaba algún guardaespaldas nuevo, a excepción de Porsche, él demostró desde un primer momento estar físicamente muy preparado para ejercer la profesión.
Los más veteranos en los entrenos de la primera familia enseñaron las formas básicas de entrenamiento a los novatos, el tipo de atadura cuando entrenaban como escapar en la piscina, el tipo de entrenamiento físico qué hacer en la sala de máquinas, los horarios para la sala de tiros, etc. En este caso, enseñaron concretamente que debían lograr en este tipo de entrenamiento y Porsche, a pesar de ya no formar parte del equipo de guardaespaldas, decidió hacer una demostración. Kinn lo observaba con una sonrisa de oreja a oreja, recordaba perfectamente la primera vez que tuvo que hacer esta prueba y como el menor se enfadó por pensar que era macabro obligar a sus guardaespaldas a hacer un tipo de entrenamiento que podría provocar que murieran. Cuando salió del agua se agachó para poder besar a Porsche y poder ayudarlo a levantarse y dar paso a los guardaespaldas para empezar el entreno de la mañana, entre ellos se encontraban Pol y Arm, los cuales eran los únicos guardaespaldas originales que habían seguido con la primera familia y que, además, seguían vivos, aunque doliera aceptarlo.
Kinn y Porsche abandonaron la sala antes de que empezara el movimiento, ambos sabían que tener a los jefes presentes podía ser complicado e intimidante, por lo que preferían salir y vigilar el entreno desde la sala de Arm, donde habían las cámaras para poder llevar una correcta vigilancia del lugar. Pol miró al más bajo y esté asintió dándole la espalda a uno de los nuevos guardaespaldas, a pesar de llevar unos meses con ellos ni siquiera sabían sus nombres, pero ahora no importa, parecía ser una de las nuevas normas, querían evitar que hubiera mucha intimidad entre los guardaespaldas por miedo a que pudiera volver a pasar alguna cosa parecida a lo de Big, incluso por miedo a que volviera a ver algún tipo de chivatazo dentro del equipo, mientras hubiera respeto entre los compañeros, no hacía falta conocer mucha vida privada de las personas con las que se trabajaban.
Una vez Arm estuvo atado de pies y manos, como habían hecho todo este tiempo, esperó a la señal y se dejó caer al agua, al igual que sus nuevos compañeros. A pesar de haber entrenado durante años, parecía que esta vez se le estaba complicando un poco el cómo desatarse, y no creía haber podido olvidar como se hacía después de estos últimos meses sin practicar. Los demás fueron saliendo y Pol empezó a preocuparse, observaba el fondo de la piscina y revisaba los segundos que marcaba el reloj. Era extraño que uno de ellos fuera incapaz de desatarse, Porsche salió corriendo en dirección a la piscina, mientras Kinn miraba extrañado que era lo que estaba sucediendo y que era lo que impedía que Arm pudiera soltarse.
Cuando Pol se percató de que el reloj marcaba casi los dos minutos, saltó al agua sin pensarlo, bajó hasta el fondo y agarró al otro por los brazos, llevándolo a la superficie donde Porsche lo ayudó a sacarlo fuera. Al poco rato llegó Kinn, quien ayudó a ambos a desatar las cadenas de las muñecas y las piernas de Arm, Pol golpeó levemente la mejilla del otro y colocó su oreja en su pecho, sentía que su sangre había dejado de circular por todo su cuerpo cuando notó que el más bajo no respondía a su llamada. Sus ojos se empezaron a humedecer, sus manos temblaban, todo él empezaba a hacerlo, pero no dudó ni dos segundos en juntar sus labios y realizar un rcp a Arm. Kinn no dejaba de mirar el reloj, pidió al resto de los guardaespaldas que salieran, buscando al que había puesto las ataduras al de gafas, pero parecía no estar ya en el lugar, eso ahora no era lo más importante, su mirada volvió a centrarse en el reloj, cuatro minutos desde que Pol lo había sacado del agua, estaban empezando a entrar en el intervalo más complicado si el más alto era incapaz de recuperar la respiración del otro.
Pol seguía con la reanimación, no dejaba de repetir el nombre del otro, incluso cuando Porsche le propuso hacer el cambio para que descansara, pero este negó repetidas veces asegurando que él iba a estar bien. Ninguno de los otros dos presentes había visto al chico de esta manera, siempre lo veían con Tanakhun riendo o siguiendo sus tonterías y les resultó extraño conocer el lado de Pol que nunca antes habían podido ver, en ese momento se dieron cuenta de que verdaderamente se tenían el uno al otro. El mayor por fin logró hacer reaccionar a Arm y enseguida lo incorporó, golpeando levemente su espalda para ayudarlo a sacar toda el agua que se había quedado en sus pulmones. Pol por fin respiró aliviado, Kinn se agachó para ayudarlo a levantar a Arm y lo llevaron hacia la enfermería del lugar, a pesar de que este juraba y perjuraba que se encontraba bien y que no hacía falta hacer mucho ruido sobre eso.
Porsche fue primero para avisar a los médicos y estos acudieron rápidamente, Pol pidió permiso a Kinn para poder quedarse con él mientras lo tenían en revisión, ya que querían asegurarse que no hubiera algún tipo de daño interno que estuvieran ignorando y pidió no avisar a Tanakhun, Arm necesitaba descansar y si él se enteraba probablemente lo preocuparían demasiado. Cuando se quedaron solos, Pol volvió a acercarse a la cama donde se encontraba el más bajo y sonrió levemente, sujetando su mano con cuidado, con miedo a hacerle más daño. Arm se movió con cuidado para dejarle espacio y que pudiera sentarse a su lado, y este correspondió a la acción, inclinándose para poder juntar sus labios en un tierno e inocente beso, ambos sonrieron al separarse, no solían poder mostrarse cariñosos entre ellos a menudo fuera de su cuarto, temían que los nuevos pudieran descubrirles, además hacía falta añadir lo vergonzosos que ambos podían llegar a ser con este tema y sobre mostrarse ante los demás como una pareja.
Sus manos seguían unidas, Pol acariciaba la de Arm con ternura, solamente se miraban y el más alto se atrevió a hablar antes de ser interrumpido por el otro, "por un momento pensé que había cometido el error de dejarte irte" hizo una pausa y bajó la mirada "incluso reaccioné tarde y no sé porque esperé tanto a ayudarte, te puse en peligro de forma gratuita y casi..." su voz se rompió levemente y Arm llamó su atención intentando incorporarse en la cama para poder abrazarlo y conseguir que Pol apoyara la cabeza en su pecho. "¿Oyes eso, verdad? No hace falta darle más vueltas al tema". Así era él, lo sucedido ya no importaba para el más bajo, y quería hacerle ver a Pol que eso ya no era relevante por qué finalmente todo había terminado bien. Dejó un beso en su frente y después otro en sus labios, esta vez sin tanta inocencia en él, pero tuvieron que separarse de forma súbita cuando escucharon los gritos de Tanakhun en el exterior, ambos negaron con la cabeza y se separaron antes de que este entrara y se abalanzó casi encima del más bajo.
"¿cómo puedes ser tan descuidado! Ahora que Pete no está solo me quedáis vosotros dos, ni se os ocurra atreveros a dejarme solo." La voz de este se escuchaba distorsionada, no sabían si estaba enfadado o triste por la situación, pero no pudieron evitar reír y asentir con la cabeza mientras correspondía el abrazo que les dio el mayor de los tres. En el fondo no podían negar que apreciaban a su jefe a pesar de lo molesto que podría llegar a ser a veces. Mientras duró el abrazo, ellos aprovecharon para unir sus manos a la espalda de Tanakhun y se sonrieron antes de seguir tranquilizando al mayor.
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