Macao - Tay

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En casa de su mejor amigo siempre había habido una sala donde solo bajaba él, era de esos lugares que el chico creó con él por una broma y que, sin darse cuenta, se convirtió en un lugar secreto de ambos, donde el rubio siempre iba cuando necesitaba desahogarse solo y simplemente estar a solas con él mismo y la música. La sala tenía solamente un par de altavoces y estaba perfectamente aislada para que el sonido no se escuchara fuera del lugar, había pocas luces, pero las que habían eran de un color rojo oscuro, lo suficiente para que el chico pudiera verse a él mismo en el espejo cuando la usaba. La barra plateada que iba del techo al suelo estaba justamente en el centro del lugar, frente a un gran espejo que iba de punta a punta de la sala.

Tay no sabía si alguien más, a parte de Kinn y Time, conocían ese lugar, tampoco se podía acceder desde el interior de la casa, debían salir fuera y descender por unos escalones que había en la parte trasera del parking donde guardaban los coches los guardaespaldas. Únicamente el rubio disponía de las llaves para poder usar la sala, de esta manera solo él podía usarla y podía hacerlo como él quisiera, sin que nadie pudiera tocar nada de lo que había dentro.

Era tarde por la noche y sentía que su cabeza iba a explotar, escribió a Macao sin un texto de explicación, solo adjuntó una dirección y donde debía acudir exactamente cuando llegara a la casa de la primera familia. Decidió ir a desconectar, y no sabía como pedirle al menor que fuera con él y le hiciera compañía, sentía que quería poder enseñarle esa faceta suya que tan poca gente conocía, algo muy personal del mayor, esa acción que lo había hecho desconectar de los engaños de Time durante todo este tiempo, pero sentía vergüenza de explicárselo, por lo que prefería que el menor lo viera con sus propios ojos.

Usó la llave, nadie lo vio entrar, por suerte el garaje no estaba cerca de la entrada principal por lo que no era fácil que alguien lo viera acceder al lugar, esa era la gracia de su pequeño secreto. Al entrar prendió la luz pero esquivó su reflejo en el espejo, no quería ver cómo sus ojos estaban hinchados a consecuencia de las muchas lágrimas de la mañana después de discutir por teléfono, una vez más, con Time. Conectó su teléfono móvil al amplificador y escogió una canción de forma completamente aleatoria, quería que su mente volara sin ningún prejuicio, si escogía la canción a consciencia sentiría que estaba tomando él mismo el rumbo de su cuerpo, quería que fuera el destino quien lo llevara.

Llevaba una bolsa con él, se cambió de ropa, dejó sus jeans ajustados y su camisa a un lado, colocándose unos pantalones cortos algo sueltos y una camiseta un par de tallas superior a la suya. Se quitó los zapatos y los guardó junto a la ropa, caminando en dirección hacia el centro de la sala, recogiendo su pelo en una pequeña cola para estar más cómodo.

Agarró la barra plateada con fuerza y cerró los ojos rápidamente, estaba fría y en un primer momento su cuerpo se erizó por completo al sentir el tacto del metal contra su cuerpo, la música empezó a sonar en ese momento y sintió cómo su cuerpo empezaba a moverse al mismo compás, hacía mucho que no se dejaba llevar por lo que sentía que su cuerpo no estaba tan ágil como la última vez que bailó para sus amigos una noche donde había algo de alcohol por en medio.

Sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas en ese momento, recordaba la escena a medida que se dejaba ir y empezaba a bailar sin comerse la cabeza, podía ver a Time de pie delante suyo, Kinn salió a buscar más bebida en aquel momento. Podía sentir sus labios sobre los del mayor, como sus manos jugaban con la ropa del otro de una forma necesitada, como si les faltara el contacto piel con piel. Sentía cada suspiro, cada jadeo como si estuviera sucediendo en ese mismo instante. También escuchaba la risa de Kinn cuando llegó de vuelta, la escena transcurría en su cabeza como si fuera una película, pero rápidamente la dispersó como el humo, redució ese recuerdo al polvo y se volvió a centrar en la música, dejó que su cuerpo volviera a conectar con el momento y se dejara de recuerdos que ya no quería sentir.

Macao estaba en el gimnasio cuando recibió el mensaje, por lo que tardó en verlo más de lo normal, al percatarse de que la notificación era de un mensaje de Tay corrió a ducharse y dirigirse al lugar que le había indicado. Se le hacía extraño ir a la casa de la primera familia sin "un motivo de peso", incluso su hermano se sorprendió al escuchar las palabras del menor cuando le preguntó a dónde se dirigía con la moto. Colocó su casco con rapidez y empezó su camino hacia la casa de su familia, su cabeza estaba hecha un lío, ¿por qué lo citaba sin explicaciones en ese lugar? ¿había sucedido algo en su casa? Al llegar aparcó la moto fuera del aparcamiento y se acercó siguiendo los pasos que le había marcado el rubio, observó la puerta y la abrió con curiosidad, pero con delicadeza por miedo a provocar un susto en Tay. Sus ojos se abrieron por completo al ver la situación, sentía que su corazón se aceleró, y no podía apartar la mirada de admiración del chico. Cruzó sus brazos sobre su pecho y se apoyó en la puerta para seguir observando en silencio, no quería perderse ningún movimiento del rubio, y tampoco quería que él se percatara de su presencia y que dejara de bailar.

Por otro lado Time había ido a buscar a Kinn en busca de ayuda sobre unos asuntos de trabajo, pero cuando dejó el coche en el garaje le sorprendió ver que la puerta de la sala donde habían visto a Tay bailar en más de una ocasión estaba medio abierta, incluso pudo ver una leve figura apoyada en la entrada. Sintió su sangre arder ante la idea de Tay mostrando algo tan privado a alguien desconocido, aunque no era del todo cierto, sabía perfectamente quien era la persona que estaba en la puerta, reconocía la silueta a la perfección. Negó con la cabeza repetidas veces y lo pensó dos veces antes de alejarse e ir en la dirección a la que debía ir, no iba a buscar problemas, no todavía y menos si quería recuperar al rubio.

Cuando la canción terminó de sonar, Macao se fijó en como Tay dejaba de bailar y descendía por la barra con la misma delicadeza que la música al dejar de emitir sonido, cuando sus pies tocaron el suelo de nuevo la sonrisa en los labios del menor se hizo más notable y se acercó con pasos cautelosos hacia el chico. Colocó sus manos alrededor de su cintura y lo abrazó, Tay no se asustó, había notado el perfume del menor desde que había llegado al lugar y no podía negar que ese detalle lo había ayudado a que su cuerpo fuera menos pesado, lo había ayudado a fluir más con la música.

El mayor entrelazó sus manos y echó la cabeza hacia atrás, apoyándose en el hombro de Macao y cerrando los ojos, ambos sonreían por completo y había un completo silencio que los envolvía en una paz distinta a la normal. Era una sensación de calma, un ambiente de cierto cariño y, podrían decir, amor. Un ambiente al cual no estaban acostumbrados, pero se sentían demasiado cómodos. La voz del menor rompió el silencio, pero no quebrantó la sensación que había en el ambiente, le dio un toque aún más íntimo y que los terminó de fundir en los brazos del otro. "Eres mágico, Tay". 

-Time<3

KinnPorsche cortosOn viuen les histories. Descobreix ara