Vegas - Macao

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Pete había decidido ir con Arm y Pol a comprar el regalo para Tanakhun, su cumpleaños se acercaba y creían que entre los tres serían capaces de encontrar la mejor idea para su regalo, ya que los dos guardaespaldas del mayor se sentían completamente sin mentalidad para preparar su regalo y la necesaria fiesta que siempre pedía su jefe.

Vegas había cerrado su agenda para que nadie pudiera concretar una reunión con él durante ese día, su pareja le había hecho saber que Macao no tenía clases ese día y el hermano mayor había decidido que sería una buena oportunidad para recuperar su relación con su hermano, ya que últimamente no habían podido pasar tanto tiempo juntos como hacían anteriormente. El mayor había tenido mucho trabajo en las últimas semanas, y Macao se había centrado en los estudios, y en alguna persona que parecía haberle robado el corazón y no estaba muy enterado de ello, aunque parecía que Pete sabía un poco más de ese tema que él.

Cuando se despidió de Pete se dirigió a la habitación del menor, no se escuchaba ningún ruido, por lo que imaginó que seguía durmiendo, se vistió rápidamente y salió a comprar algo para que pudieran desayunar, escribió una nota que dejó sobre la mesa principal para que, en caso de despertarse, Macao supiera donde estaba y no se preocupara. Fue a la panadería que había cerca de su casa, donde su madre solía comprar los desayunos cuando eran pequeños, sabía que en aquel lugar vendían las pastas favoritas de Macao y le apetecía hacerle una sorpresa a su hermano.

Cuando llegó, debían de ser aproximadamente las 9.45 de la mañana, seguía sin haber ruido en la casa, por lo que Vegas fue a la cocina a terminar de preparar el desayuno, calentó dos vasos de leche y los dejó en la mesa, junto con las pastas que había comprado. Se acercó de nuevo a la habitación de su hermano y llamó a la puerta y abrió con cuidado, sentándose en el borde de la cama. Le acarició el pelo con cuidado y sonrió al ver que se movía, rascándose los ojos como cuando era un niño, lo ayudó a levantarse de la cama y salió de la habitación para que pudiera vestirse con tranquilidad.

Se sentó en la mesa y miró su dispositivo móvil, contestó a un par de mensajes importantes y cuando escuchó la puerta abrirse desconectó el móvil por completo, no quería que nadie ni nada lo pudiera molestar durante el día de hoy, quería poder centrarse en estar con Macao. Sonrió ampliamente al ver la reacción de su hermano cuando se sentó a desayunar, sus ojos se agrandaron como platos y miró a su hermano con una gran sonrisa en el rostro, Vegas podía jurar que había visto a ese niño pequeño de nuevo debido a su reacción.

Desayunaron juntos, hablando de temas sin importancia, hasta que Vegas le propuso una idea, un tanto alocada, pero que podían terminar pasándoselo muy bien los dos juntos. "Había pensado que podíamos irnos a la playa donde íbamos antes, encontré las tablas de surf que habíamos usado cuando éramos algo más jóvenes, ¿qué te parece?" Macao miró a su hermano y asintió, todavía con esa gran sonrisa en el rostro.

Durante las vacaciones de verano, solían ir a surfear a la pequeña playa que había a las afueras, iban a escondidas de su padre con la excusa de decir que iban a ver la puesta de sol o alguna cosa, su padre tampoco ponía muchas pegas, no parecía importarle donde su hijo mayor se llevaba a su hermano. Desde que Vegas empezó a tener más responsabilidades y la relación de ambos con su padre había empeorado, ya no tenían tiempo ni la oportunidad para hacerlo, por lo que había quedado como un simple recuerdo en sus mentes.

Recogieron la mesa entre ambos y fueron a preparar las cosas conjuntamente, hacía tanto tiempo que no hacían algo los dos que podían sentir como sus corazones se aceleraban con solo la idea de volver a realizar esa actividad como cuando eran pequeños. Guardaron las bolsas en el maletero del coche y colocaron las tablas en la parte superior del techo antes de subirse al coche, poner la música y empezar su viaje hacia los recuerdos de cuando eran jóvenes.

El viaje transcurrió entre risas y canciones, ambos podían jurar que hacía mucho tiempo que no reían tanto en un viaje en coche, aunque para ser sinceros, hacía mucho que no reían tanto estando los dos juntos. Cuando llegaron a la playa, Vegas se encargó de sacar las cosas del coche mientras Macao corría hacia la costa de la playa para poder probar el agua. Se quitaron la camiseta y los pantalones, dejándolos junto a los zapatos y demás prendas dentro del coche y, después de colocar la protección de la tabla alrededor de su tobillo, corrieron hacia la orilla una vez más.

Macao fue el primero en meterse en el agua y sentarse encima de su tabla, Vegas se quedó unos segundos, fuera observado la felicidad de su hermano antes de nadar hasta llegar a su lado, imitando su postura y apoyando su brazo sobre su hombro. El menor lo miró y sonrió antes de empujar a su hermano, provocando que este cayera de la tabla. Las risas podían escucharse a kilómetros, pero para su suerte, estaban completamente solos, por lo que nadie iba a poder molestarlos.

El día transcurrió mucho más rápido de lo que ninguno de ambos había podido llegar a imaginar y cuando quisieron darse cuenta el sol ya se estaba poniendo, habían pasado todo el día surfeando y riendo, incluso habían comido en par de bocatas que había preparado Vegas mientras esperaba para despertar a su hermano por la mañana. Ahora se encontraban sentados de nuevo en sus tablas de surfear, observando como el sol se ponía delante de ellos, se miraron con una gran sonrisa en los labios y se fundieron en un abrazo en el cual Macao se dejó acunar por su hermano mayor.

No podían negar, ninguno de los dos, que echaba de menos la compañía del otro y que, quizás, debían recuperar su costumbre de venir a desconectar, incluso podían enseñarle a Pete para que se uniera a ellos, parecía que Macao había aceptado su compañía muy rápido y Vegas no iba a negarse a ello, tampoco podía esconder la felicidad de saber que las dos personas indispensables de su vida eran tan cercanas y se querían tanto.

En el trayecto de vuelta, Macao se quedó dormido al instante que tocó el asiento del copiloto, Vegas no pudo evitar sacar una foto con su móvil para mandársela a Pete como información de que ya estaban volviendo a casa. Al llegar despertó al chico con delicadeza y entraron al comedor y Macao saltó a los brazos de Pete, contándole todo lo que habían hecho él y Vegas, provocando que la pareja se mirara con una sonrisa, era como ver a un niño al que le habían dado un caramelo.

Cenaron todos juntos y el menor se despidió para poder irse a dormir, no sin antes abrazar a su hermano y susurrarle un "te quiero", abrazó a Pete y se dirigió a su cuarto, dejando a la pareja sola en el sofá del gran salón. Vegas se apoyó en las piernas de Pete y dejó que este lo acariciara con cuidado, sentía como todo el cansancio se apoderaba de él y, junto con los mimos de su pareja, se dejó llevar por el sueño, pero sin borrar la sonrisa de su rostro.

-Time<3

KinnPorsche cortosWhere stories live. Discover now